- Los traders de la bolsa de Nueva York están preocupados por la creciente fortaleza del dólar, las perspectivas de ganancias en caída y la turbulencia desatada por el debilitamiento de la libra en el Reino Unido.
Las acciones en Wall Street siguen en caída libre y el mercado bajista amenaza con profundizarse, a medida que el riesgo de recesión global aumenta debido al endurecimiento de las políticas monetarias restrictivas de los banqueros centrales.
Todo esto se evidenció con el hundimiento por sexto día consecutivo del S&P 500. A las 1:52 pm hora de Nueva York, el índice registraba una pérdida acumulada en un mes de 9,93% para caer hasta 3.631,67 puntos, su nivel más bajo desde diciembre de 2020.
Por otro lado, la libra esterlina el lunes se debilitó a niveles históricos con respecto al dólar, al igual que las materias primas. Al contrario de los rendimientos del Tesoro de EE. UU. a 10 años que siguieron en aumento. Los bonos subieron hasta 21 puntos básicos (3.898%). Este es su nivel más alto desde abril de 2010.
Tanto en Europa como en EE. UU., los responsables de trazar la política monetaria sólo profundizaron las pérdidas de los activos de riesgo. Los inversores están huyendo de este tipo de inversiones y prefieren el efectivo, tal como lo advirtió Bank of America recientemente.
Desde que la Reserva Federal estadounidense decidió aumentar drásticamente las tasas de interés y los índices de inflación siguen elevados, los inversores se están resguardando en activos más seguros.
El pesimismo se apodera del mercado
Las probabilidades de una recesión global severa en 2023 ha aumentado a un 98%, según un estudio reciente de la firma independiente de investigación y soluciones de inversión, Ned Davis Research.
Otros expertos como Lisa Shalett, jefe de inversión en Morgan Stanley Wealth Management, advierten que quienes están soñando con ganancias en esta temporada de caídas de las acciones caminan sonámbulos por un precipicio.
La venta masiva de acciones en los mercados de EE. UU. y Europa, estimulada por los temores globales y las malas noticias que no cesan, están afectando duramente al mercado bursátil, que se encamina hacia su peor desempeño solo comparado con la crisis de 2008.
En declaraciones para Bloomberg, la directora de inversiones de Homrich Berg, Stephanie Lang, dijo que “desafortunadamente, este es solo un proceso que tendrá que desarrollarse porque la Fed no se va a detener y el mercado tiene que fijar los precios en consecuencia”.
Añadió que “todavía hay algunas desventajas debido a la perspectiva de que si no estamos en una recesión, pronto lo estaremos”.
La libra en niveles récord de caída frente al dólar
El hundimiento de la libra esterlina en el Reino Unido terminó de socavar el apetito por el riesgo en el mundo entero. Esto ocurre porque existe un sentimiento en los inversores y analistas del mercado de que algo está a punto de estallar.
En Europa y EE. UU. los banqueros centrales de Europa y EE. UU. mantienen una cruzada para combatir la inflación, basada exclusivamente en los aumentos progresivos de los tipos de interés, independientemente de que esto provoque una recesión.
Con el S&P 500 cayendo por segundo día consecutivo esta semana, las acciones tecnológicas a la baja y el índice Russell 2000 de empresas más pequeñas perdiendo un 2,63%, el optimismo de muchos se ha evaporado.
Si bien el mercado viene evidenciando las preocupaciones de los inversionistas sobre el crecimiento económico mundial desde hace algún tiempo, ahora la debilidad que está presentando el ciclo industrial y la caída de los precios en el mercado inmobiliario de los EE. UU. ha acrecentado estas preocupaciones.
El dato de la investigación de Ned Davis Research sobre la probabilidad de recesión global ha puesto en alerta a los mercados. Este modelo estuvo antes en niveles de gravedad similares, durante las crisis económicas de 2020 provocada por la pandemia y en 2008-2009, debido a la burbuja inmobiliaria.
“Esto indica que el riesgo de una recesión global severa está aumentando durante algún tiempo en 2023, lo que crearía un mayor riesgo a la baja para las acciones globales”, dijeron los expertos de Ned, Alejandra Grindal y Patrick Ayres.
Más pesa el miedo que la codicia
Por ahora, el miedo es mayor que la codicia de los inversores. Algunos siguen apostando a que el mercado ya tocó fondo y sobrevendrá un período de subidas nuevamente. Pero la mayoría piensa lo contrario, guiados por los datos fríos y el sentimiento de incertidumbre generalizado.
“Los movimientos son tan intensos que todos esperan ver si algo se derrumba. Algún mercado o resultado económico muy malo, afirmó el CEO de 22V Research, Dennis DeBusschere.
La Fed de alguna manera alimentó el sentimiento de optimismo al repetir la idea de que buscaba conducir la economía hacia un aterrizaje suave, mientras intentaba contener la inflación. Cuando se dio cuenta que su fórmula no estaba surtiendo el efecto deseado, dejó atrás su prédica.
Acostumbrados al dinero barato y las fuertes ganancias que dejaron las acciones tecnológicas, las materias primas, las criptomonedas y demás activos de riesgo durante durante 2020 y 2021, ahora a los inversores les cuesta hacerse a la idea de que la temporada de vacas gordas no volverá pronto.
Esas ganancias generadas en buena medida por la expansión monetaria generada por los estímulos pandémicos trajeron estas turbulencias. Ahora están apareciendo los primeros signos de desaceleración económica.
Un posible ‘ajuste de cuentas’ está próximo
Según Shalett, el mercado podría “enfrentar un día de ajuste de cuentas”, después de que termine de digerir que la Reserva Federal actuó con retraso. Los pronósticos negativos no parecen estar en la bitácora de algunos inversores buenos solo para predecir ganancias, pero en otros escenarios.
Los expertos sugieren que la política monetaria suele operar con retrasos largos de hasta dos años. De modo que cualquier racha temporal de subidas de las acciones podría conducir a los inversores a sacar malas cuentas.
“Este mercado bajista no ha terminado y los inversores deberían esperar más sorpresas negativas si continúan subestimando el impacto del rápido aumento de las tasas de interés”, dijo la analista. Falta todavía el repunte del mercado bajista del cuarto trimestre.
Por otro lado, la fortaleza del dólar perjudica a los fabricantes estadounidenses porque encarece las exportaciones. Pero también representa un desafío para la industria mundial. A lo cual hay que añadir las amenazas geopolíticas globales para agravar el problema.
“Casi tenemos una carrera armamentista con los banqueros centrales aumentando las tasas y los empleadores reteniendo a los trabajadores”, señaló el director de investigación de FBB Capital Partners, Mike Bailey.
Pronostica que “esto podría desarrollarse con tasas bastante elevadas hasta la próxima primavera, lo que sería malo para los bonos y las acciones de alto crecimiento”.