La mayoría de los seres humanos termina trabajando durante décadas hasta su vejez sin poder desarrollar una base que les permita una mejor calidad de vida, la libertad financiera o una jubilación más temprana.
Debemos decirte que no es necesario trabajar de por vida para alcanzar dichas metas, así como tampoco debes resignarte a depender de una pensión durante tu vejez.
Los mercados bursátiles son una herramienta para producir riqueza a través de la inversión en instrumentos como las acciones, el más popular de todos.
La revolución de las telecomunicaciones y las tecnologías de la información a través de internet le han abierto la puerta al inversor minorista.
Ya no es preciso ser millonario. Tampoco es necesario ser un experto.
Lo que sí necesitas es educarte financieramente y conocer los conceptos que te permitirán ganar dinero a través de las acciones con un riesgo controlado y al menor costo posible.
En este primer artículo sobre el tema te enseñaremos todo lo que necesitas saber sobre las acciones. Es el paso inicial para aprender a invertir como un profesional.
¿Qué son las acciones?
Las acciones son los títulos en los cuales se divide proporcionalmente el capital social de una compañía.
Por tanto, representan un activo que otorga a su poseedor la propiedad sobre una fracción del capital de esa compañía.
Las acciones otorgan ciertos derechos a su propietario, como por ejemplo, una participación en las ganancias de la compañía según la cantidad de acciones que posee en relación con la cantidad de acciones en circulación.
Por ejemplo, si una empresa tiene 1.000.000 de acciones en circulación y un individuo posee 500.000 de esas acciones, poseerá entonces el 50% del capital social y tendrá derecho al 50% de los beneficios de la empresa, amén de otros derechos según el tipo de acción.
De manera que cuando se compran o venden acciones se está intercambiando una fracción del capital de la empresa y los derechos que este conlleva.
Acciones como renta variable
Las acciones son consideradas activos de renta variable, ya que las compañías que las emiten lo hacen con la promesa de generar beneficios actuales o futuros para sus accionistas.
Pero estos beneficios dependerán del rendimiento de la empresa, por lo que no hay una certeza sobre su pago, por eso se definen como “renta variable”.
Por otro lado, es necesario tener en cuenta que no todas las acciones suponen el reparto de beneficios. Las compañías que no lo hacen deciden reinvertir esos beneficios en el crecimiento del negocio.
Aun así, esos beneficios no distribuidos están reflejados en el capital de la empresa.
Las acciones son consideradas la inversión bursátil por excelencia, y en general, son el activo que mejores rendimientos da a largo plazo.
Sin embargo, existe el riesgo de perder dinero, tal y como en cualquier otra inversión.
Stocks, equity, shares: ¿Qué significan?
En lengua inglesa se usan las palabras “stock” o “equity” para referirse de forma general al capital de una compañía. Mientras que para referirse a las unidades específicas en las que se divide ese capital se usa la palabra “shares”.
Existe gran confusión con estos términos ya que en lengua española usamos básicamente la palabra “acciones” para referirnos al capital y sus unidades.
¿Por qué las compañías emiten acciones?
Las compañías emiten acciones para recaudar fondos que les permitan financiar la operación y el crecimiento de sus negocios.
A cambio de este dinero otorgan al inversor una cantidad proporcional de acciones que le dan una participación en la compañía y sus beneficios.
Es decir, el inversor compra las acciones y la compañía recibe el capital.
Propiedad del capital versus propiedad de la compañía
Generalmente se cree que la propiedad de las acciones de una compañía equivale de forma directa a poseer la compañía y sus activos como tal, pero esta noción, tan popular, no es exacta del todo.
En virtud de las leyes las compañías tienen personalidad jurídica, por lo que tienen la obligación de pagar impuestos como cualquier persona, pueden pedir prestado, pueden comprar y poseer activos, pueden ser demandadas así como demandar a terceros, etc.
Al tener personalidad jurídica una compañía es dueña de sus propios activos. Por tanto, un accionista lo que posee realmente es una porción del capital de la empresa.
Dependiendo del tipo de acción se le otorgan ciertos derechos y prerrogativas, pero no es dueño de forma directa de la compañía y sus activos. No puede tomarlos o disponer de ellos sin más.
En otras palabras, la propiedad de la compañía está legalmente separada de la propiedad del capital que poseen los accionistas, y esto por supuesto define y limita la responsabilidad de cada parte.
Ciertamente los accionistas, en especial los mayoritarios, pueden incidir indirectamente en el gobierno de la compañía a través del nombramiento de su Junta Directiva, la cual es el órgano de gobernanza corporativa propiamente dicho.
¿Qué tipos de empresas existen?
En cuanto a la propiedad del capital se refiere, debes saber que existen compañías privadas y públicas, lo cual afecta la manera en que se obtienen fondos.
Compañías Privadas
Las compañías privadas son aquellas que no cotizan en la bolsa de valores, pero han recaudado capital a través de la emisión acciones de forma “privada” al momento de su fundación, e incluso posteriormente para poder financiarse y crecer.
Compañías Públicas
Las compañías públicas son todas aquellas que cotizan en la bolsa de valores. Fueron privadas previamente, pero decidieron hacerse públicas para poder acceder a capital en la bolsa de valores a través de un complejo proceso regulado por las autoridades.
Una de las formas más comunes de hacerlo, aunque no la única, es a través de una IPO (“Initial Public Offering”) u Oferta Pública de Venta donde se emiten acciones en el mercado primario de valores.
Acto seguido, al comenzar a cotizar en bolsa (mercado secundario), cualquier individuo puede comprar libremente acciones de esa empresa y por eso se les denomina “públicas”.
Ser pública implica la rendición de cuentas periódicas a los accionistas, así como estar bajo la supervisión y escrutinio de los entes reguladores.
Todas las compañías inscritas en las bolsas de valores de todo el mundo son públicas: Nike, Coca Cola, Procter & Gamble, etc.
Facebook por ejemplo, fue privada desde su fundación en 2004 hasta que decidió incursionar en la bolsa en 2012, momento en que se convirtió en pública.
Algunas compañías deciden mantenerse privadas pues sus accionistas fundadores prefieren mantener el control de la empresa y les es posible obtener fondos sin incursionar en la bolsa de valores.
Otras deciden pasar por el proceso de hacerse públicas para poder obtener el capital que les permita expandirse.
También se pueden catalogar las compañías de acuerdo a su capitalización de mercado.
La capitalización no es más que el múltiplo de la cantidad total de acciones en circulación por su precio de mercado.
Es decir, es el valor que el mercado va asignando a la compañía, por lo que puede variar según su desempeño.
En ese sentido tenemos 4 categorías:
“Large-cap” o de capital alto
Son aquellas compañías con una capitalización de mercado de más de 10 billones de dólares. Hablamos de grandes compañías muy bien establecidas, por lo que sus acciones son muy populares entre los inversores.
Aquí entrarían empresas como Microsoft, Apple, Amazon o Google, por ejemplo.
“Mid-cap” o de capital medio
Son aquellas compañías con una capitalización de mercado entre 2 y 10 billones de dólares. Son compañías de tamaño intermedio.
“Small-cap” o de capital bajo
Son aquellas compañías con una capitalización de mercado entre 300 millones y 2 billones de dólares.
Los inversores que buscan este tipo de compañías por lo general se centran en empresas jóvenes y de muy rápido crecimiento.
“Micro-cap” o de capital mínimo
Son aquellas compañías con una capitalización de mercado entre 50 millones y 300 millones de dólares.
Por lo general tienen poca o ninguna ganancia y no suelen pagar dividendos.
Los precios de sus acciones son tan bajos que se les llama “penny stocks” o “acciones de centavo” y son altamente especulativas.
En general, mientras mayor sea la capitalización de mercado de una acción mayor será su liquidez, y por tanto, más fácil será comerciar con ella en la bolsa.
Es decir, cuando compres o vendas podrás entrar o salir rápidamente del mercado. Es un aspecto clave a considerar cuando comercies acciones.
En ese sentido no es recomendable operar con acciones de compañías micro-cap, podrías quedar atrapado por su baja liquidez…
¿Cómo gestionan las empresas sus acciones?
Es importante considerar que las compañías que cotizan en bolsa pueden emitir nuevas acciones cuando necesitan recaudar más capital. Esto tiene la consecuencia de diluir la proporción accionaria de los propietarios actuales, si es que estos no compran más títulos.
Las empresas también pueden recomprar acciones en circulación (“buybacks”) cuando su flujo de caja y las circunstancias son idóneos. En este caso el efecto es el contrario, pues al bajar la cantidad de acciones en circulación se aprecia el valor de las acciones restantes.
Incluso las compañías pueden hacer un split o división de acciones, el cual implica dividir el mismo capital entre una mayor cantidad de acciones a un precio menor. Esto se hace cuando una compañía considera que el precio de sus acciones es demasiado alto y puede generar problemas de liquidez en el mercado.
Aunque no es muy común, también existe la figura opuesta o contra-split que sería la agrupación del mismo capital entre una menor cantidad de acciones a un precio mayor. Aunque no es muy común, esto se haría cuando una compañía considera que el precio de sus acciones es demasiado bajo y busca generar un efecto psicológico en los inversores.
¿Qué tipos de acciones hay?
Básicamente hay dos tipos de acciones. Según las facultades y derechos que les otorgan a sus poseedores las acciones pueden ser comunes o preferentes.
Acciones comunes
Son aquellas que por lo general, dan a su poseedor el derecho a voto en las asambleas de accionistas y el derecho a recibir el pago de dividendos.
Acciones preferentes
Son aquellas que no dan derecho a voto o lo limitan, pero suponen un mayor pago de dividendos y tienen mayor peso sobre los activos que las acciones comunes.
Los accionistas preferentes reciben el pago de dividendos antes que los comunes y tienen prioridad en caso de quiebra y liquidación.
Para las empresas que cotizan en la bolsa de valores, las públicas, también podríamos catalogar las acciones de acuerdo a sus características bursátiles.
En ese sentido tendríamos las acciones de crecimiento (growth stocks) y las acciones de ingreso (income or dividend stocks).
Acciones de ingreso o dividendos
Son aquellas acciones de compañías que pagan dividendos periódicos a sus accionistas. Hablamos de empresas bien establecidas y con un claro modelo de negocio que ya se encuentra en marcha.
Los dividendos son aquella porción de los beneficios que genera un negocio y que la compañía decide repartir entre sus accionistas.
En ese sentido, son un ingreso pasivo que los accionistas reciben por poseer una fracción del capital.
Los dividendos proporcionan al accionista un flujo de dinero constante que puede ser trimestral, semestral o anual.
El precio de las acciones de ingreso en el mercado de valores no aumenta tan rápido en virtud de que transfieren al accionista parte del valor que generan bajo la forma de dividendos.
Podemos mencionar por ejemplo, Procter & Gamble o Pepsi. Las acciones de ingreso de las empresas más grandes suelen llamarse acciones “blue chips”.
Los inversores a largo plazo se concentran en este tipo de acciones, ya que permiten obtener un ingreso estable sin necesidad de vender tus acciones.
Las mejores acciones de ingreso son aquellas que aumentan sus dividendos con el paso del tiempo a tasas por encima de la inflación.
Acciones de crecimiento
Son aquellas acciones que por decisión de la compañía no pagan dividendos a fin de reinvertir sus beneficios en el crecimiento del negocio.
Esto ocurre con compañías relativamente nuevas que están en fase de desarrollo o expansión.
Su precio en el mercado de valores suele aumentar rápidamente cuando estas compañías logran generar beneficios crecientes. Sin embargo, tienden a ser más volátiles y arriesgadas.
El ejemplo por excelencia es Amazon, un gigante del comercio electrónico cuya acción para febrero de 2022 rondaba los 3.152$ por acción. En efecto, invertir en Amazon es una opción muy popular y atractiva entre los inversores minoristas.
En este tipo de acciones se hace dinero a través de las ganancias de capital, es decir, a través del aumento del precio de mercado a lo largo del tiempo.
¿Cómo se gana dinero con las acciones?
Básicamente se gana dinero con las acciones de 4 formas.
Comentaremos brevemente estas vertientes, pero te invitamos a leer nuestro artículo sobre cómo comprar acciones con garantías si quieres profundizar estos conceptos:
Ganancias de capital
Las ganancias de capital son aquellas que obtenemos cuando sube el precio de una acción con respecto a su precio de compra.
Por supuesto, también corremos el riesgo de sufrir pérdidas de capital cuando ocurre lo contrario.
Dividendos
Los dividendos son aquella porción de los beneficios periódicos que una compañía reparte a sus inversores.
Aprovechando herramientas como el interés compuesto, los inversores pueden optar por reinvertir sus dividendos para obtener mayores beneficios a largo plazo.
Venta en corto o “short sell”
Es una operación especulativa en la que se venden acciones (prestadas) para luego comprarlas al menor precio posible, capitalizando así una ganancia.
Se enfoca al corto plazo y puede suponer ganancias importantes en presencia de acciones sobrevaloradas o en momentos de crisis y ajustes cuando las valoraciones de las acciones han subido demasiado y tienden a moverse hacia su precio real.
Trading de opciones sobre acciones
En este caso se usan opciones sobre acciones, las cuales son un instrumento derivado que da al inversor el derecho pero no la obligación de comprar o vender una acción a un determinando precio si las condiciones le son favorables.
Para los inversores que están comenzando su camino en la bolsa se recomienda centrarse en las ganancias de capital y los dividendos.
¿Por qué cambia el precio de las acciones?
Cuando una acción se comercia en la bolsa de valores su cotización depende de la oferta y la demanda sobre el título en cuestión.
A su vez, el precio de las acciones está influenciado por los aspectos fundamentales del negocio: ventas, beneficios, productos y servicios, etc.
De igual forma influyen aspectos microeconómicos como el sector de actividad en el cual se encuentra la compañía y sus competidores.
Los aspectos macroeconómicos como el crecimiento de la economía, el desempleo y la inflación también pueden afectar la cotización de las acciones.
Todos estos factores afectan las expectativas de los inversores, sus emociones, su psicología.
¿Cómo funciona el proceso que mueve el precio de las acciones?
Cuando compras acciones alguien debe venderte sus títulos, mientras que cuando vendes acciones alguien debe comprártelos y esto se refleja en los precios de demanda (bid) y de oferta (ask) que se publican en el mercado segundo a segundo.
Siempre hay una contraparte del otro lado que está haciendo una de estas tres cosas: abriendo una posición contraria a la tuya, cerrando una posición ganadora, o bien, cerrando una posición perdedora. Veamos cómo determinan el precio de las acciones:
Precio de las acciones en tendencia alcista
Si las expectativas sobre una compañía son positivas es probable que los inversores estén dispuestos a pagar precios cada vez más altos para comprar sus acciones, ya que tienen la creencia de que el precio subirá.
Si esta creencia se hace dominante en el mercado, los potenciales compradores comenzarán a colocar órdenes a precios cada vez más mayores, las cuales serán “llenadas” por los vendedores que estén dispuestos a aceptar estos precios más altos. De manera que tendremos 4 grupos bien definidos:
1) Los compradores que abren una posición larga en la creencia de que el precio seguirá subiendo, siendo el grupo dominante durante el aumento.
2) Los compradores que cierran una posición corta perdedora, los cuales tenían la creencia de que el precio bajaría, pero se han visto obligados a cerrar sus posiciones para no acumular más pérdidas.
3) Los vendedores que abren una posición corta (“short sell”) en la creencia de que el precio no subirá más y comenzará a caer.
4) Los vendedores con posiciones largas ganadoras que piensan que el precio ha subido demasiado y prefieren capitalizar una ganancia cerrando su posición y tomando beneficios.
En un escenario alcista, en el cual el precio de las acciones está subiendo, el grupo 1 y 2 deben superar en volumen de operaciones a los otros grupos; solo así se conseguirá ejercer una presión alcista en el precio de las acciones.
Precio de las acciones en tendencia bajista
Pero si las expectativas sobre una compañía son negativas es probable que los inversores estén dispuestos a aceptar precios cada vez más bajos para vender sus acciones, ya que tienen la creencia de que el precio bajará más.
Si esta creencia se hace mayoritaria, los potenciales vendedores comenzarán a colocar órdenes a precios cada vez más menores, las cuales serán “llenadas” por los compradores que estén dispuestos a pagar estos precios más bajos.
Es decir, sucede lo contrario al caso de una subida de precio y los inversores se juntan en 4 grupos.
Los que abren posiciones al alza, los que abren posiciones a la baja, los que cierran posiciones largas ganadoras y los que cierran posiciones perdedoras. Para poder ejercer una presión bajista en el precio de las acciones, deben predominar los que abren una posición a la baja y aquellos que venden sus acciones.
Este proceso se repite una y otra vez en el mercado de valores todos los días y es lo que en definitiva mueve el precio de las acciones. Los movimientos en una u otra dirección dependen de cuál sea el grupo dominante en un momento dado.
Se comercian las acciones, pero en realidad lo que intercambiamos en el mercado son nuestros sistemas de creencias.
Valor intrínseco versus precio de mercado de una acción
El precio de mercado de una acción es sencillamente su cotización en bolsa a lo largo del tiempo.
Como acabas de ver, el proceso de fijación del precio se ve influenciado por factores externos, pero pasa por un filtro interno dentro de cada inversor.
Ese filtro puede ser racional muchas veces, pero otras tantas puede ser dominado por las emociones y llegar a extremos que carecen de lógica.
En ese sentido, el precio de mercado de una acción puede alcanzar valores no racionales e injustificados, demasiado altos o demasiado bajos.
En contraste el valor intrínseco de una acción se refiere al valor monetario que se desprende de los fundamentos del negocio (ventas, beneficios, flujo de caja, proyectos, mercados, competencia, etc.).
El valor intrínseco es lo que debería valer la acción en el mercado, mientras que el precio de mercado es lo que vale.
La razón de ser del análisis fundamental y la inversión en valor (“value investing”) es buscar divergencias entre estas dos variables para detectar oportunidades de inversión, en especial cuando el precio de mercado de una acción está por debajo de su valor intrínseco.
Aunque los mercados pueden ser irracionales por algún tiempo, se espera que a largo plazo actuemos de forma racional. Siendo así, cuando una acción se desvía de su valor intrínseco se esperaría que retorne al mismo con el paso del tiempo.
De este modo, podríamos invertir en acciones que estén subvaloradas por el mercado, ya que tenderían a aumentar su precio de mercado hasta desplazarse hacia su valor intrínseco, generando importantes ganancias de capital.
También podríamos evitar costosos errores invirtiendo en acciones sobrevaloradas. Por el contrario, podríamos incluso implementar estrategias de corto plazo como la venta en corto y el trading de opciones sobre acciones.
Beneficios y riesgos de las acciones
Las acciones son el activo bursátil con más potencial de ganancias a largo plazo, especialmente en temporalidades mayores a los 5-10 años.
Por otro lado, cuando se invierte en compañías públicas se tiene la ventaja de la hacerlo en empresas que deben rendir cuentas periódicamente y están bajo la supervisión de entes reguladores.
Sin embargo, los precios de las acciones también pueden bajar. No existe una garantía absoluta de que la compañía en la que inviertas tendrá éxito a lo largo del tiempo, por lo que se puede perder dinero.
Si posees acciones comunes y la compañía quiebra, cuando sus activos sean liquidados estarás en último lugar después de sus acreedores de deuda y de los accionistas preferentes.
Incluso cuando las compañías no tienen problemas internos sus acciones pueden fluctuar mucho. De hecho, hay un riesgo sistémico en el mercado de valores más allá de cada compañía individual.
De manera que hay unos riesgos inherentes a la inversión en acciones. Por lo general estos riesgos se controlan y equilibran invirtiendo en acciones de diferentes características, geografías y sectores, así como en otros tipos de activos bursátiles.
¿Cómo comprar acciones?
Por ahora te diremos que las acciones se comercian en un exchange o bolsa como por ejemplo, el New York Stock Exchange (NYSE) o el National Association of Securities Dealers Automated Quotation (NASDAQ).
Cuando las compañías se hacen públicas sus acciones pasan a estar disponibles en la bolsa donde están inscritas, de manera que los inversores pueden comprar y vender libremente sus títulos.
Para hacerlo debes abrir una cuenta de corretaje con el bróker de tu preferencia. Este será el enlace entre la bolsa y tú, dándote acceso a toda la información relevante para cada acción y permitiéndote compra y vender las accione que desees.
Cuando operas con un bróker debes pagar comisiones por tus operaciones. Además, deberás pagar otros cargos por servicios relacionados. Es un aspecto al que debes estar atento al momento de escoger un bróker apropiado para ti.
Cada acción, y en general cada activo bursátil, se identifica en la bolsa con un código único de letras llamado “ticker”. Este permite ubicar las acciones que quieras comerciar.
Por ejemplo, si quieres comerciar acciones de Apple Inc., su ticker es “AAPL”. Al introducirlo en la plataforma del bróker podrás observar todos los datos necesarios para operar: precios, gráficos, etc.
También existen otras formas de comprar acciones, como por ejemplo, a través de los Planes Directos de Acciones, los Planes de Reinversión de Dividendos y los Fondos de Inversión en Acciones.
Son alternativas distintas a un bróker que pueden resultar interesantes para ciertos inversores.
Esperamos que ahora tengas una idea bastante clara de qué son las acciones y cómo se han convertido en una de las principales fuentes de creación de riqueza a través de la inversión en el mercado de valores.
Si quieres seguir aprendiendo sobre las acciones y sus posibilidades te invitamos a seguir con la lectura del siguiente artículo de esta serie:
Comprar acciones: cómo hacerlo con garantías y un buen plan