La pandemia de COVID-19 provocó una escasez masiva en el mercado laboral de Estados Unidos. De acuerdo con un estudio de la Oficina Nacional de Investigación Económica, el coronavirus redujo la población activa de EE.UU. en aproximadamente 500.000 personas.
Un cuarto de millón de personas en edad de trabajar han muerto a causa de la pandemia. También al menos medio millón de personas de todas las edades han dejado de trabajar permanentemente, según el reporte del medio británico The Guardian.
Para algunas personas, los síntomas de coronavirus permanecen meses o incluso años después de que la infección inicial haya pasado. El estudio señala que muchos de los que se enferman pero sobreviven a la enfermedad sufren problemas de salud duraderos. “Aproximadamente 500.000 adultos no trabajan ni buscan activamente trabajo debido a los efectos persistentes de la patología”.
Una investigación de la Brookings Institution estimó el mes pasado que hasta 2,4 millones de personas han faltado al trabajo, están temporalmente ausentes o trabajan con horario reducido debido a los efectos persistentes del virus. Algunos simplemente pasan directamente de la enfermedad a la jubilación.
“Estimamos que los trabajadores con ausencias laborales de una semana tienen un 7% menos de probabilidades de estar en la población activa un año después, en comparación con los trabajadores similares que no faltan una semana al trabajo por motivos de salud”, detalló Gopi Shah Goda y Evan Soltas, autores del estudio.
Deterioro de las condiciones laborales
Para suplir este vacío, algunos empresarios de Estados Unidos buscan fuentes de trabajo baratas, como la mano de obra penitenciaria. Pero la escasez generalizada de trabajadores también ha provocado el deterioro de las condiciones de trabajo.
La escasez de personal en sectores clave, como la sanidad, la hostelería y la educación, ha ejercido una presión sin precedentes sobre millones de trabajadores, lo que ha desencadenado una oleada de conflictos laborales.
Ejemplo de ello es el conflicto ferroviario, el cual fue resuelto por la Casa Blanca con un aumento salarial del 14,1% para los trabajadores del sector. También se consiguieron excepciones a las políticas de asistencia del empleador que permitirá a los empleados buscar atención médica sin ser sancionados.
Demasiados sectores siguen luchando por encontrar trabajadores. La proporción de estadounidenses en edad de trabajar que tienen un empleo o lo están buscando se sitúa en el 62,4%, un punto porcentual menos que en febrero de 2020, según datos del Departamento de Trabajo.
“Tenemos aproximadamente 2,5 millones de personas menos en la población activa de las que íbamos a tener con las tendencias anteriores a la pandemia”, dijo Wendy Edelberg, directora del Proyecto Hamilton de la Institución Brookings. “Es una cifra importante, y significa que la gente que sigue ahí, que sigue trabajando en esos empleos, tiene que hacer aún más”.
Aunque la economía estadounidense ha recuperado oficialmente los 20 millones de puestos de trabajo que perdió al principio de la pandemia, los avances han sido desiguales. Siguen existiendo importantes carencias, sobre todo en las industrias de bajos salarios que han perdido trabajadores en favor de oportunidades mejor pagadas en los sectores de los almacenes, la construcción y los servicios profesionales y empresariales.