- La inversión en el oro no es tan segura como se puede suponer y requiere detenerse a observar múltiples factores.
- A diferencia de los activos bursátiles, no se puede invertir directamente en el oro, sino en empresas que se dedican a la tarea de minarlo.
- Existen formas de exposición más directas al valor del metal por medio de los fondos ETF.
- En este trabajo se analizan las diferencias entre una y otra forma.
Las condiciones macroeconómicas en Estados Unidos parecen apuntar hacia una recesión en el corto plazo. Eso empuja a las personas a invertir en activos de refugio, como el oro, frente a lo que podría ser una gran sacudida. Sin embargo, colocar capitales en ese metal no es un asunto tan fácil como se puede suponer. Existen diversas formas de hacer entrada en ese activo y en este trabajo se analizan las dos más importantes.
En tanto, se excluyen las opciones futuras o la compra de lingotes, dado que ambas son complejas para los inversores, sobre todo para los minoristas. Así, quedan los denominados fondos negociados en bolsa, es decir, los populares ETF. Para el metal dorado, hay dos categorías principales de ETF. Los primeros son los que rastrean el precio del oro en el mercado al contado. Los otros rastrean a las empresas mineras que cotizan en la bolsa de valores.
Vale mencionar que entre unos y otros hay similitudes considerables, pero las diferencias también pueden llegar a ser abrumadoras. Los factores a considerar antes de colocar capitales se componen en una extensa lista. Aquí algunos: tolerancia al riesgo, situación del mercado, enfoque a corto o largo plazo y los objetivos de los inversores.
Con esto en perspectiva, ya se puede hacer un pequeño paseo por estas dos formas de inversión.
Artículo relacionado
Demanda de oro del banco central alcanza un récord en el primer trimestre
En los primeros tres meses del año, los bancos centrales aumentaron en 228 toneladas las reservas globales del metal precioso....
Invertir en ETF respaldado por el mercado spot del oro
La modalidad de invertir en oro del mercado spot por medio de ETF apareció en el año 2004. A partir de entonces, los inversores ya no tenían necesidad de comprar onzas de oro para resguardarse de los malos momentos. Ahora podían hacerlo de una manera similar a cuando compran acciones. Se trata de una forma fácil y barata de comprar derechos sobre lingotes de oro de respaldo de las empresas dueñas de los fondos.
Así, aunque no poseen el metal en físico, los inversores tienen derecho de reclamo sobre una porción de los lingotes que posee la emisora. Estos fondos ganaron popularidad rápidamente, puesto que permitieron la exposición al oro sin necesidad de exponerse a los futuros. De tal modo, el valor del metal se podía agregar a portafolios de todos los tamaños. Estos ETF, como ya se insinuó, rastrean el precio del oro spot mediante la posesión de lingotes. Las participaciones, por tanto, varían de precio de acuerdo al valor del mercado al contado del oro.
Es importante acotar que el oro es visto como un refugio de valor durante tiempos de incertidumbre y volatilidad (cuando esperan que el valor de otras inversiones se derrumbe). Al contrario, durante tiempos de estabilidad, cuando se espera que las acciones ofrezcan ganancias, el precio del oro tiende a mantenerse estancado o incluso baja. De tal manera, invertir en ETF respaldados por el oro significa ir bien en mercados bajistas, pero no tanto en tiempos de florecimiento.
Los dos principales fondos ETF para invertir en oro spot son SPDR Gold Shares (GLD) e iShares Gold Trust (IAU). El potencial alcista de estos fondos se limita exclusivamente al precio del oro. Aunque el precio de este metal puede fluctuar, no tiende a presentar el mismo potencial de otros activos del mercado como las acciones.
El rendimiento de estos fondos
Vale la pena decir que el rendimiento de GLD y IAU es similar debido a que ambos responden al mismo estímulo externo. En ese sentido, da igual cuál de ellos seleccionar para establecer una comparación de rendimientos con el índice de referencia S&P 500.
En lo que va de año 2023, los ETF basados en oro spot tienen un rendimiento moderadamente superior al del índice. En consecuencia, muestran un positivo 10,4%, mientras el S&P tiene un 8,4%. Cuando se amplía el panorama hasta 12 meses, las diferencias se tornan más pronunciadas. Esto último se debe al fuerte mercado bajista de 2022.
Durante los últimos 12 meses, el S&P subió un moderado 5%, mientras que los dos fondos mayores tuvieron un rendimiento cada uno de 9,3%. Esto deja en evidencia la ventaja de invertir en oro en el corto plazo cuando se presentan períodos de alta volatilidad o de condiciones adversas de mercado.
En el largo tramo, por su parte, la cosa se torna negativa para los inversores en el metal. No existen ventajas convincentes que digan que es mejor invertir en el metal dorado pensando en el largo plazo. Lo único que se puede remarcar es que el oro es mucho menos volátil que el índice.
En resumen, se puede decir que colocar capitales en los mencionados ETF u otros, es muy parecido a comprar oro. La diferencia es que el inversor no tiene el metal bajo su poder, lo que implicaría gastos de logística y los riesgos que todo el proceso implica. Por todo lo demás, los resultados son exactamente los mismos en cuanto a retornos o pérdidas. Las ganancias en el corto plazo solo pueden producirse cuando hay tiempos turbulentos y en largos períodos no tienen gran atractivo.
Artículo relacionado
Lo peor está por venir para las acciones, según analista de JPMorgan
Los temores de recesión en la economía de Estados Unidos se convierten en un factor que afectará negativamente las acciones:...
Invertir en ETF de empresas mineras de oro
La segunda forma de invertir en oro, es por medio de ETF que rastrean a las empresas mineras que cotizan en la bolsa de valores. A diferencia de los ETF respaldados por el mercado al contado, estas tienen más volatilidad. Los precios de sus participaciones, aunque también están influenciados por el del oro, dependen de las empresas. En otras palabras, de los fundamentos como la relación de los ingresos y gastos de las compañías del sector.
En teoría esto quiere decir que reflejan un comportamiento vinculado al precio del oro, pero en la práctica les afecta el inventario de oro de la compañía. Entendiendo esto, surge el hecho de que la industria de la minería es una de costos fijos extremadamente altos. Entre estos se cuenta la maquinaria, la infraestructura minera y los gastos generales administrativos. Todos estos costos se deben asumir independientemente de cuánto se genere.
Estos ingresos son variables, puesto que dependen de la cantidad de oro producido y del precio del mismo en el mercado. En todo caso, cuando el precio del oro sube, también lo hacen los ingresos de las compañías, mientras sus gastos fijos permanecen iguales. El resultado es que una gran parte de los ingresos fluye hacia las ganancias, lo que aumenta la rentabilidad e impulsa las acciones de la empresa.
Al otro extremo, cuando el precio del oro cae, el asunto se torna tenso, dado que los gastos fijos deben ser cubiertos. La ventaja es que cuando el precio del oro disminuye, algunos productores tienden a recortar gastos para aumentar la rentabilidad. Esto les permite, por ejemplo, pagar dividendos para atraer inversores en malos momentos.
Esto último, por razones evidentes, no se puede hacer con los ETF respaldados únicamente por el valor del oro en el mercado al contado.
En concreto, los productores de oro se enfrentan a los mismos problemas que el resto de las empresas. Invertir en las mineras de oro individuales es lo mismo que invertir en acciones de riesgo. Por ello se recomienda colocar capitales en ETF de estas empresas para minimizar el riesgo y la volatilidad.
La rentabilidad de esta forma de inversión
En el mercado financiero estadounidense hay seis ETF de este tipo, es decir, sin contar los apalancados ni los que tienen menos de $50 millones en activos bajo administración. Estas dos últimas subcategorías son complicadas (la primera) y arriesgada (la segunda). En palabras puntuales, para librarse de problemas indeseados, los inversores deben buscar la conveniencia de los fondos más grandes.
El mayor y más conocido de estos fondos es VanEck Gold Miners ETF (GDX). Este ofrece exposición a las mayores mineras de EE.UU. También se destaca el iShares MSCI Global Gold Miners ETF (RING).
En el corto plazo, este tipo de fondos ofrecen mejores resultados, tal como muestran las estadísticas. GDX, por ejemplo, tiene un crecimiento de 14,6% en lo que va de año. En el mismo plazo, RING tiene un positivo 14%.
Pero no se debe perder de vista que las acciones de las mineras de oro tienen una alta correlación con el resto de las acciones. Las grandes mineras de Estados Unidos sufrieron grandes pérdidas a mediados del año pasado, al mismo tiempo que se desangraban los mercados.
Esto último se evidencia en los retornos de 12 meses de las mineras, las cuales estuvieron a un nivel similar al del S&P 500. GDX tuvo un favorable 7,3% y RING subió 3,6% en ese plazo de tiempo. Esto sugiere que invertir en acciones de empresas mineras no es sinónimo de hacerlo en oro.
Como ya se recalcó, el precio del oro tiene una gran influencia en esas compañías, pero están lejos de ser el único factor, como en el caso de los ETF que rastrean el precio del oro a contado.