- Desde que el CEO de Tesla tomara posesión de su cargo en Twitter, la empresa no ha tenido ni un momento de respiro.
- Las polémicas se convirtieron en algo natural para una de las más importantes plataformas de redes sociales del mundo.
- Eso ha motivado a que un creciente número de anunciantes se retire de la plataforma dejando en aprietos los ingresos de la compañía.
El hombre más rico del mundo no estaba contento con poseer una gran influencia en redes sociales, sino que quería más. Así se consumó la compra de Twitter por el polémico Elon Musk y los resultados son palpables con un número creciente de anunciantes que huyen. Esta plataforma depende en gran medida de los anuncios y ahora se enfrenta a la descapitalización a pesar de (o debido a) las medidas enérgicas del magnate.
Para reducir los enormes costos de la empresa, Musk tomó la decisión de despedir a un gran número de empleados. A estos se sumaron otros cargos de responsabilidad que decidieron marcharse de manera voluntaria. La red social parece entrar en una crisis que pone a dudar a muchos sobre su futuro. El propio dueño no descartó la entrada en bancarrota de la compañía. Esa inestabilidad crea temor entre los anunciantes, muchos de los cuales prefieren marcar distancia antes de que sea demasiado tarde.
Las polémicas y los comentarios retadores de Musk crearon un clima de temor y nerviosismo que comienza a pasar factura. Además, el intento de diversificar las fuentes de ingresos no salió como se esperaba con la proliferación de cuentas falsas con la insignia azul. La llegada al frente de la plataforma de una persona como Musk encendió las alarmas entre muchos clientes de publicidad, algunos de ellos como General Motors se retiraron de inmediato.
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Twitter se convierte en una pesadilla para los anunciantes
Los anunciantes actualmente huyen de Twitter por diversos factores como la inestabilidad que proyecta la empresa y las condiciones de crisis. Desde hace dos semanas, el número de problemas no para de crecer y muchos analistas esperan una situación de caos debido al poco ortodoxo manejo de la compañía. Las principales críticas a la empresa se centran en la improvisación de la directiva comandada casi en solitario por Musk.
El empresario prometió un giro total en el funcionamiento de la plataforma para convertirla en una ventana para la libertad de expresión. Sin embargo, uno de los primeros anuncios fue el cobro de $8 dólares mensuales a los usuarios por la insignia azul de verificación. Para tener esa insignia, no se necesitaría verificarse, sino pagar la suscripción. De inmediato comenzó la polémica entre el empresario y usuarios, sobre todo políticos del partido demócrata.
Luego se conoció que la empresa tendría tres tipos de usuarios. Los primeros llevarían la etiqueta de cuenta oficial y estaba reservada a políticos y otras personalidades de renombre. Seguidamente, estaría la mencionada medallita azul para quienes pagaran el servicio. Finalmente, estarían los usuarios normales que usan la plataforma gratuitamente.
Esa división en “castas” era la vuelta del revés del reino utópico de la libertad de expresión prometido por el empresario. Sin embargo, la libertad de expresión no es el elemento que impulsa la estampida de anunciantes que huyen de Twitter. El problema radica en la proliferación de cuentas impostoras amparadas por la facilidad de obtener la medalla azul. La propuesta de Musk de variar las fuentes de ingreso terminó en pocas horas, puesto que no era más que una receta perfecta para más problemas.
Estos son algunos de los anunciantes que huyen de Twitter
Como ya se dijo arriba, GM fue una de las primeras empresas que congeló la compra de publicidades en la plataforma de su rival. Debe recordarse que General Motors es competencia directa de Tesla en el sector de los coches eléctricos. Sea por razones de competencia o por una real preocupación por la inestabilidad, la automotriz decidió retirarse de inmediato.
La más reciente de las corporaciones que marcó distancia fue Omnicom. Se trata de una de las casas publicitarias de mayor renombre de todo el mundo y que ampara a empresas como PepsiCo, Apple y McDonald’s. Este viernes, la firma recomendó a sus clientes abstenerse de pagar publicidades en la red social del pajarito. La empresa justificó retirada por los “eventos de los últimos días”.
Estos podrían tener “serias implicaciones para los anunciantes”. Con eso hace alusión a los despidos masivos en los equipos de seguridad y anuncios, además de la renuncia de varios altos ejecutivos junco con la proliferación de cuentas impostoras. Esto último se convirtió en un tema muy delicado, puesto que muchos malhechores compraron la verificación y se hicieron pasar por cuentas de empresas y personalidades para causar daño.
Entre los casos más emblemáticos se ubica una cuenta verificada (impostora) del expresidente de Estados Unidos, George W. Bush. En uno de los tuits, esa cuenta “añoraba” los buenos tiempos en los que solía “asesinar iraquíes”. En lo concerniente a las empresas, se destaca el anuncio de la insulina. Durante ese otro episodio, una cuenta compró la verificación y se hizo pasar por una poderosa farmacéutica y publicó un texto sobre la gratuidad de la insulina. Las acciones de la empresa (Eli Lilly) en la bolsa se derrumbaron.
Casos como estos son motivos suficientes para alejar a los anunciantes, quienes ahora huyen de Twitter.
Los riesgos aumentan de manera inaceptable
La proliferación de cuentas falsas puso a Twitter en la cuerda floja a pesar de que la verificación paga se eliminó rápidamente. No obstante, Omnicom concluye que los riesgos para las empresas “aumentan de manera inaceptable”. De allí que retirarse de las publicidades se convierte en una medida defensiva para evitar daños como los mencionados arriba con el caso de la insulina.
“Importantes firmas estarían dispuestas a frenar sus publicidades en Twitter motivadas por la incertidumbre de las decisiones de Elon Musk de alterar el funcionamiento de la plataforma”
Anterior a esta firma, otras empresas anunciaron el distanciamiento. Los motivos de algunas de ellas fueron diversos, pero el mayor fue la arenga de Musk de poner la libertad de expresión por encima de la moderación. Entretanto, el empresario ha hecho lo posible por calmar a los anunciantes y hasta ahora los cambios en las políticas de moderación son imperceptible o inexistentes. Sin embargo, la estampida ya estaría en curso.
De continuar esta realidad, el espectro de la bancarrota de la red social podría estar más cerca que nunca. La publicidad es la principal fuente de ingresos de la compañía y un abandono masivo se traduciría en que Musk debe asumir los costos, lo cual no parece estar muy dispuesto a hacer. El caso ya nombrado de los despidos ha sido considerablemente debatido en los medios de comunicación y en las redes. Plataformas del tamaño de Twitter, con decenas de miles de usuarios, tienden a presentar fallas comúnmente.
Esas fallas son abundantes y la mayoría de ellas son pequeñas. Pero la falta de un gran equipo que atienda todos los casos podría llevar a una acumulación de problemas que se harían sentir en la calidad a largo plazo de la plataforma. Esto explica que los despidos sean unos de los mayores motivos de temor para los anunciantes de Twitter quienes ahora huyen frente a lo que ellos ven como “un caos casi seguro”.
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La migración hacia otras plataformas rivales
Una de las mayores tragedias que podría enfrentar Twitter en breve tiene que ver con la época del año. Generalmente, por estos meses se negocia gran parte de los contratos de publicidad, lo que quiere decir que las decisiones de muchas de las empresas que retiran sus anuncios entrarían en vigencia casi de inmediato. En consecuencia, un importante grupo de anunciantes insinúan una migración a otras plataformas.
Según Wall Street Journal, en esta época del año se realizan los contratos de publicidad con grandes jugadores que representan el 30% de los ingresos. Este diario habla de una poderosa empresa de publicidad que retiraría sus habituales $10 millones de dólares en anuncios. Tan pronto como en el primer trimestre de 2023, esta firma de la que habla WSJ haría un cambio completo hacia TikTok y Google.
Esta claro que las empresas no dejarán sus inversiones de publicidad guardadas, sino que las llevarán a otras plataformas. Entre las principales elecciones podrían estar las redes sociales de Meta, principalmente Instagram, la china TikTok y Google de Alphabet. Aunque los esfuerzos de Musk sean convincentes en los próximos días, es poco probable que muchos de los anunciantes que huyen regresen nuevamente a Twitter en el corto plazo.
La razón de esto es que ya estarían firmando acuerdos de ads a largo o mediano plazo con otras plataformas. Paralelamente, no se espera una rápida vuelta como el caso de Facebook en 2020, relata el portal. En ese entonces, muchos anunciantes se retiraron de las publicidades de esa plataforma ante el mal manejo de datos, el lenguaje de odio y la desinformación. No obstante, los retornos sobre la inversión en las publicidades de Facebook en forma de ventas hicieron que el boicot tuviera una corta vida.
Las matemáticas apuntan a la quiebra de Twitter
Los intentos de Elon Musk por calmar a los anunciantes y evitar que se marchen son motivados por el temor de la quiebra. El empresario ya estaría al tanto de las matemáticas de la compañía y de lo que necesita para mantenerse rentable o al menos viva. Debe recordarse que la compra de Twitter fue financiada por unos $13 mil millones de dólares en deuda.
Para el año 2021, la publicidad de la empresa se convirtió en la proveedora del 89% de los ingresos. Estos últimos habrían sido de poco más de $5 mil millones de dólares ese año. No se debe perder de vista que, a pesar de tratarse de ingresos respetables, la plataforma es una máquina de gastos operativos. En otras palabras, la proporción de gastos deja poco espacio para que gran parte de los ingresos se conviertan en ganancias.
Precisamente, esa fue la intención de Musk al hacer el recorte de personal, aumentar el margen de ganancias de la compañía. Pese a ello, la jugada, de la misma manera que la de Twitter Blue, no salió como él lo esperaba, sino todo lo contrario. Ahora el empresario se enfrenta a una estampida de anunciantes que huyen de Twitter aterrados por sus decisiones.
De cualquier manera, si la principal fuente de ingresos de la plataforma, las publicidades, se marcha, entonces el riesgo de quiebra es claro. El pasado jueves, el tycoon de la tecnología dijo a sus empleados que no estaba seguro de cuanto quedaba a la empresa en publicidad y que la bancarrota no estaba descartada. Con semejantes declaraciones, la salida de los anunciantes se convierte en un movimiento más que predecible.