- La empresa dedicada a la venta de coches usados estaría en una compleja situación financiera y los expertos hablan de una posible bancarrota.
- La directiva no ha pronunciado la palabra “quiebra”, pero muchos factores apuntan a que ese podría ser el caso.
- La empresa habría descartado una nueva ronda de recaudación y aseguran que tienen suficiente soporte de colchón.
A pesar de un inicio de año positivo para las acciones de la gigante de los coches usados, su situación financiera luce precaria. Las participaciones de Carvana en la bolsa arrancaron 2023 con una subida del 113%, pero no todos están convencidos de la solidez de ese impulso. La salud financiera de la compañía no da muestras de que ese rally se mantendrá en el tiempo.
En el arranque de año, las acciones pasaron de $4,74 a $10,08 dólares por cada acción. Sin embargo, la empresa no había hecho absolutamente nada para que se produjera esa crecida. En otras palabras, los análisis apuntaban a que se trataba de una crecida injustificada dado que los fundamentales no habían cambiado. La firma tampoco habría realizado ningún anuncio que provocara el interés entre los inversores.
En consecuencia, el impulso detrás del incremento de las acciones fue una oleada “meme”. Con ese término se define a las medidas coordinadas de los inversores minoristas en las redes sociales para volcar capitales hacia una acción. Esa medida tiene como objetivo hacer perder dinero a los fondos short-sellers. Estos últimos se dedican a obtener grandes ganancias apostando a la caída de las acciones de las compañías.
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La situación de Carvana: una mirada a sus cifras
Pero una cosa es hablar de una mala situación de Carvana y otra adentrarse y observar la magnitud de ese mal momento. La vendedora de carros usados se mantiene en una fiera batalla frente a las crecientes deudas que acumula. A esto se suma que la firma cerró 2022 con apenas $434 millones de dólares en efectivo a la mano.
Así, lo que parecía un año 2023 de ensueño, se está convirtiendo en una pesadilla que lleva a la agrupación a estrellarse contra la realidad. El impulso de los inversores minoristas podría diluirs en cualquier momento debido a las fuertes condiciones macroeconómicas. A eso se suma que la herencia de 2022 reapareció con mayor crudeza. Durante la llamada de ganancias del pasado 23 de febrero, la empresa resaltó que el año pasado fue uno “muy difícil”.
La directiva de la empresa ratificó:
“Desde una perspectiva a corto plazo, fue claramente un año muy difícil. Después de ocho años consecutivos de mejora anual, fue el primer año que retrocedimos en las métricas clave”.
Concretamente, los números de la firma son terribles. Durante el tercer trimestre, las ventas cayeron un doloroso -23%. Al mismo tiempo, las ganancias retrocedieron un -24,4%. Por cada coche que vendió, la empresa perdió unos $7,400 dólares y la ganancia bruta por cada unidad retrocedió $2,219 dólares. Esto último equivale a la mitad por debajo en comparación con las ganancias brutas del mismo trimestre del año pasado.
En el mismo orden, Carvana quemó $1,8 mil millones de dólares en efectivo para quedar con apenas $432 millones a finales de 2022. En lo que respecta a su deuda, la misma creció hasta los $7 mil millones de dólares, donde se incluyen los arrendamientos.
Otras cifras que evidencian la mala situación de Carvana
Lo descrito arriba es solamente una parte de los malos resultados de la comercializadora de carros usados. Una de las figuras más dramáticas tiene que ver con las pérdidas netas del año pasado. Durante 2022, la empresa registró una caída neta equivalente a los $1,59 mil millones de dólares. Para tener una imagen clara de esa magnitud, se debe destacar que las pérdidas acumuladas entre 2014 y 2021 fueron de $610 millones.
En ese período de seis años, la mayor caída anual de la compañía fue de $171 millones de dólares en 2020. Vale mencionar que ese desplome de 2020 estuvo asociado con los efectos económicos provocados durante el anuncio de la pandemia.
Pero la pandemia también entregó a la empresa una buena situación gracias al incremento de los precios de los coches usados. Los problemas con la cadena de suministro y la escasez de chips provocaron una caída de la oferta de carros nuevos. Eso llevó a que las personas se volcaran hacia automóviles usados como una alternativa. En medio de ese momento de crecidas, la empresa optó por comprar coches usados en exceso con la esperanza de venderlos a mejores precios.
No obstante, las condiciones en el mercado automotor se normalizaron y la Reserva Federal anunció rápidas y agresivas subidas de tipos. De tal manera, el alto costo del endeudamiento y las mejores ofertas de las automotrices hicieron a las personas volver al mercado de carros nuevos. El resultado para Carvana es que se quedó con los almacenes repletos de vehículos.
No hay planes de emprender nuevas recaudaciones
Las circunstancias apuntadas arriba y otras adicionales fueron enumeradas durante la llamada por el CEO de la compañía, Ernie García. Aunque el ejecutivo no nombró la palabra “bancarrota”, muchos expertos creen que se trata del elefante en la habitación, remarca The Street.
El empresario recalcó que la compañía está haciendo todo lo posible para reducir las pérdidas y los costos. En ese sentido, uno de los planes consistiría en comprar menos coches para enfocarse en las ventas de los que poseen. Con ello, se buscaría compensar la ralentización de las ventas. En otras palabras, la empresa apuesta por vender más coches de los que compra.
Paralelamente, la empresa espera recortar los costos anuales en unos $100 millones de dólares este 2023. Asimismo, el García descartó la posibilidad de emprender rondas de financiación, al menos por el momento. Sobre ese tema dijo que Carvana “cuenta con muchas opciones”. Una de las que más tranquilidad daría a la empresa son las posesiones de activos en el sector de bienes raíces.
“Creo que tenemos acceso a capital en muchas formas. Obviamente, tenemos muchas propiedades inmobiliarias de muy alta calidad. Tenemos aproximadamente $2 mil millones en bienes raíces”, expresó.
No se debe perder de vista que la empresa de las máquinas dispensadoras de coches usados cuenta, además de los $432 millones en efectivo, con otros $1,500 millones en instalaciones comprometidas. Pese a ello, ese soporte no es suficiente para despejar las dudas de los analistas sobre el estado de las finanzas.
Al momento de redactar, las acciones de la compañía en la bolsa se cotizan en $9,57%. Se trata de un incremento del 7,22% al cierre de la jornada del 28 de febrero.
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¿Es recomendable invertir?
Teniendo en consideración el paisaje de las condiciones de la empresa, invertir en sus acciones no es una opción recomendable. Todo ello depende de la tolerancia al riesgo de los inversores. En otros términos, las acciones de Carvana podrían provocar la pérdida total de los capitales.
No se debe pasar por alto el hecho de que las acciones de esta firma pasaban los $50 dólares en agosto del año pasado. Se espera que en 2023 las condiciones macroeconómicas empeoren y la economía estadounidense termine en una situación de recesión.
Tales circunstancias representarían una política monetaria más apretada por parte del banco central, lo que implica mayores dificultades a la hora de endeudarse. Como es de suponer, eso no es bueno para el negocio de coches usados.
Este trabajo tiene fines exclusivamente informativos y no se puede asumir como una asesoría o invitación a invertir.