- El mercado de Estados Unidos continúa inmerso en la volatilidad debido a las agudas condiciones macroeconómicas.
- La inflación parece estancada y las autoridades del banco central hacen maniobras para evitar que los precios tengan un repunte.
- En medio de ese escenario, las empresas de todos los sectores experimentan cambios bruscos en sus respectivos mercados.
Hace pocos días se conocieron los resultados trimestrales y anuales de Carvana, los cuales asomaban grandes posibilidades de quiebra para la comercializadora de coches usados. Entre los problemas que azotaban a la empresa se destacaba la caída de precios de los automóviles de segunda mano. Esto último debido a la mejoría del mercado de cero kilómetros.
Pero no pasó mucho tiempo para que los precios de estas mercancías usadas aumentaran de manera descomunal al por mayor. Aunque la mencionada empresa está en un pantano mayor, el incremento de los coches se presenta como un alivio ante una presión que parecía absorber al sector. Según importantes firmas de análisis, los precios de estos carros experimentan la mayor subida de un mes a otro desde 2009.
En ese sentido, los precios de los vehículos usados subieron en febrero un 4,3% en comparación con enero, según Cox Automotive. A pesar de este estirón, los precios están todavía un -7% en comparación con la subida sin precedentes que vivieron el año pasado. De cualquier manera, la empresa especializada asegura que la tendencia hacia récords está volviendo de manera aparentemente sólida.
Según la misma fuente, se trata del tercer mes al hilo de crecidas de precios de las máquinas usadas al por mayor. Los principales decepcionados por esto son los consumidores que esperaban pescar una buena oferta este año.
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Mercado de coches usados parece reanimarse
Como ya se mencionó, los coches usados se mantienen lejos del demencial ascenso de precios del año pasado. No obstante, para Cox, eso no se traduce en una caída generalizada del mercado, sino todo lo contrario. Según un informe reciente de la firma, la demanda se reanima y se espera que los precios continúen al alza en los meses sucesivos.
Aparte de los consumidores, la noticia del aumento se presenta como un balde de agua fría para las autoridades gubernamentales. En consecuencia, la administración Biden considera al mercado de carros de segunda mano como un termómetro para medir la temperatura de la inflación. Así, los funcionarios del gobierno consideran que si ese mercado está caliente, también lo estarán los precios al consumidor y a la inversa.
En ese mismo orden, se destaca que este martes el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, no fue en absoluto ambiguo. En su discurso frente a los legisladores recalcó que hay indicios de una reversión en la tendencia de freno que traía la inflación. Eso obligaría al banco central a aplicar subidas de tipos superiores a lo que se tenía estimado. De tal modo, de la franja de 4,5% al 4,75%, se movería por encima del 5%.
En el caso del mercado de coches usados, esto se traduce en un incremento. La razón de lo último es que las grandes empresas del sector tendrían dificultades de producción y de ventas. Los clientes lo pensarían dos veces antes de endeudarse para adquirir un automóvil nuevo, pues tendrían que pagar precios más altos con intereses mayores. De allí que voltear nuevamente hacia el mercado de carros de segunda mano sea la única opción a la vista.
La misma tendencia para el mercado minorista y mayorista
Aunque los datos de Cox se enfocan en el mercado al por mayor de coches de segunda mano, eso se refleja como espejo en el minorista. El precio promedio de los coches en el primer caso es de $26,510 dólares. Vale la pena mencionar que en el momento cumbre del año pasado, ese promedio se colocó en $28,000 dólares.
Pese a que el sector minorista experimentó un agudo decline, sería cuestión de tiempo para que siga los movimientos alcistas. Son muchas las razones para que los precios de los carros usados se incrementen de manera tan pronunciada durante los últimos años. Desde el inicio de la pandemia comenzó el crecimiento acelerado de los precios.
La pandemia provocó convulsiones en la cadena de suministro de las principales fabricantes. Tal es el caso del mercado de chips, el cual obligó a algunas empresas a recortar la producción e incluso a aplazar lanzamientos de sus modelos recientes. Ante semejante falta de opciones y con mucho dinero ahorrado, las personas salieron de los confinamientos comprando a discreción los autos usados.
Aunque ahora las automotrices ofrecen ventajas a los usuarios para que adquieran coches nuevos, las condiciones macroeconómicas muestran la otra cara. Ante el espectro de una recesión, lo menos que desearían las personas es entrar en una deuda de varios años por un vehículo. Esto nuevamente hace resaltar el atractivo de los coches usados.
Esta situación contrasta con la que se presenta en el naciente mercado de coches eléctricos. El mercado de segunda mano de eléctricos, se convierte en la mayor fuente de pérdidas para los compradores. Con este escenario, lo único cierto es que los precios parecen que no retrocederán este año y los compradores están al tanto de ello.
Los carros nuevos están cada vez más caros
Pero si los autos usados tienen un incremento descomunal de precio, esto se queda pequeño en comparación con los nuevos. Los automóviles recién salidos de agencia se encuentran a precios difíciles de acceder para las personas que desean comprarlos. Según datos recientes, los modelos de menos de $25,000 dólares se reducen solamente a 10.
Muchas empresas fabricantes parecen orientar la mayor parte de su producción hacia coches de lujo. No se debe perder de vista que el sector de lujo es uno de los más resistentes a las condiciones económicas. De allí que los precios bajos de los carros sean sumamente raros en el mercado de Estados Unidos y de otras partes del mundo.
El mencionado reporte de Cox manifiesta que todo el mercado de coches nuevos se está convirtiendo en uno eminentemente de lujo. En otras palabras, solo las personas ricas están en la posibilidad de comprar un coche recién llegado a la agencia. Este público tiene pocos problemas con las tasas de interés debido a que sus compras no suelen ser a crédito.
La tendencia se expresa de manera casi idéntica en otros mercados como el de la UE y Reino Unido.