El covid-19 no solo ha causado muerte en todo el mundo y destruido cientos de miles empleos. También está cambiando los paradigmas de las relaciones de trabajo entre las personas y las empresas.
Se estima que para mayo pasado, 94% de los trabajadores a nivel mundial vivía en países que tenían algún tipo de restricción para el acceso a sus respectivos lugares de trabajo.
A pesar de las ayudas y los estímulos de los gobiernos, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) considera que muchos de quienes perdieron su trabajo debido a la pandemia, tendrán menos posibilidades de reinsertarse en el mercado laboral.
La OIT prevé que esta situación afectará mayormente a las mujeres, a los jóvenes y también a las personas que padecen algún tipo de discapacidad.
La crisis sanitaria que mantiene en vilo al mundo, ha generado un amplio debate sobre las relaciones laborales y la forma de trabajar. Pero cómo ha cambiado el trabajo desde la aparición del virus de origen chino hasta ahora. Veamos.
Horario y jornada laboral
Desde 2019 fue adoptada la primera norma laboral de carácter internacional acerca de la duración de la jornada de trabajo. La jornada laboral en la industria se fijó en ocho horas diarias máximo, o lo que es igual, 48 horas a la semana.
La jornada de trabajo, desde entonces, se ha reducido haciéndose más flexible. En Europa de 38,6 horas en promedio de trabajo semanal para 2005 se pasó a 37,6 horas en 2010 y a 36,6 horas en 2015.
Al flexibilizarse los horarios de trabajo en las empresas, ha mejorado el resto de los horarios de afectan directamente a la familia en el hogar. Por ejemplo, los horarios escolares, compras, formación, cuidado de personas mayores, así como los horarios sanitarios y de ocio.
No obstante, la organización del tiempo de trabajo sigue siendo determinada en mayor medida por las empresas. Esto crea dificultades para que las personas puedan ser más autónomas y flexibles en cuanto a la toma de decisiones.
El sitio de trabajo
Si bien el trabajo remoto no nació con la pandemia, esta lo ha estimulado. Ahora se está hablando y segmentando más claramente a los trabajadores. Los que pueden teletrabajar y los que no tienen esa posibilidad por el tipo de trabajo que desempeñan. Los primeros tienen una ventaja sobre los segundos en ciertos aspectos.
Las tecnologías de la información y la comunicación han sido claves para el trabajo remoto. Lo que ha requerido de una inversión extra por parte de las empresas que, de alguna forma, ha sido compensada por la disminución de los costos del trabajo presencial.
El teletrabajo presenta ventajas competitivas para el talento profesional. Además que goza de un salario más elevado que le sirve de incentivo.
Cada día son más los trabajadores que prefieren el trabajo desde el hogar o desde cualquier otro lugar distinto a la empresa. Claro que necesita de los necesarios recursos tecnológicos que alguien debe pagar. En España ha quedado claro que deben ser las empresas las que carguen con estos costos.
Otro punto en discusión es la definición física del espacio de trabajo y cómo esto modificará las relaciones laborales. Las preguntas ahora giran en torno a cómo se van a relacionar los trabajadores con sus jefes y con sus demás compañeros.
¿Esto traerá algún cambio en las funciones y las tareas a ejecutar? ¿Cómo será evaluado el desempeño?
Tiempo de permanencia en la empresa
Ya no es seguro ni para el trabajador ni para la empresa eso que conocíamos como hacer carrera dentro de la compañía u organización. La pandemia ha eliminado millones de empleos productivos parciales o totales, pero también ha significado un cambio de paradigma respecto al tiempo de trabajo en una misma empresa.
El covid-19 ha inducido a muchos trabajadores a cambiar de empleo por razones de comodidad, bienestar y seguridad. Incluso, es el culpable de que muchos trabajadores hayan descubierto su vena para los negocios y optaran por crear sus propios emprendimientos.
Liderazgo y relaciones con los colaboradores
Otro cambio suscitado durante la pandemia tiene que ver con las relaciones entre directivos y trabajadores. Estas relaciones laborales han variado en cuando a cómo se controlan y supervisan las tareas y funciones.
Ahora parecen ser más importantes para la dirección y las metas de la empresa, los objetivos cumplidos en lugar de cómo o cuándo se hace. Los expertos consideran que esto es una evolución, porque brinda al trabajador la oportunidad de organizar mejor su tiempo.
Adicionalmente, podría elevar la productividad y el rendimiento del trabajador, puesto que trabaja en un ambiente más tranquilo y ameno.
El liderazgo se ejerce mejor cuando hay proximidad física. Pero tiende a disminuir ante la distancia provocada por el virus en este caso y teniendo a la tecnología como intermediaria. De allí surge la necesidad de reorientar en la empresa las relaciones con los colaboradores.
Tales relaciones ahora se basarán en la confianza mutua trabajador – empresa. Con otros elementos agregados como la flexibilidad en el trabajo, la negociación y en ciertos protocolos de comunicación que deberán establecerse para evitar el caos.
El líder de alguna forma deberá fomentar el autodesarrollo del trabajador. Deberá así mismo estimular al colaborador para que asuma y cumpla cabalmente las responsabilidades asignadas.
El trabajo como medio de desarrollo personal y profesional
Los desajustes provocados por la pandemia en la fuerza laboral son evidentes. Anteriormente, los ciclos económicos eran los principales factores de afectación del empleo. Ahora es el covid-19 quien se ha encargado de eliminar algunos empleos y generar otros en muy poco tiempo.
Ciertos oficios y profesiones están siendo afectados ya por los cambios en los patrones de consumo de la gente a partir de la pandemia. Los consumidores se han visto en la necesidad de cambiar sus hábitos de compra y de consumo pero también las empresas están cambiando su comportamiento.
Hay trabajadores profesionales que durante la pandemia han abandonado sus puestos de trabajo, porque han descubierto otras opciones. Algunos dejaron de practicar su profesión para dedicarse a empleos más lucrativos.
¿Qué prefiere el trabajador?
Un estudio citado por Harvard Bussines Review determinó que los trabajadores de la mayor agencia de viajes de China (Ctrip), aumentaron su rendimiento laboral con el teletrabajo en un 13%.
De este porcentaje de trabajadores, el 9% aumentó por sí solo el trabajo por turno. En otras palabras, tomó menos descansos y reposos médicos. Los demás trabajadores (4%) realizaron más llamadas por minuto porque dijeron estar en un entorno de trabajo más adecuado y tranquilo.
El teletrabajo “bien administrado, aumenta la productividad, el compromiso, el equilibrio entre la vida laboral y la retención”, señala el profesor Michael Boyer O’Leary de la McDonough School of Business de la Universidad de Georgetown.
Una encuesta de Gallup realizada a trabajadores estadounidenses reveló que desde marzo ha aumentado la disposición de los empleadores a ser más flexibles con el trabajo u ofrecer opciones de teletrabajo. Desde mediados de marzo hasta abril creció de 39% a 57%.
El 72% de los trabajadores estadounidenses afirman que han trabajado en remoto durante la crisis. Esta cifra se duplicó desde mediados de marzo.
De cada cinco trabajadores, tres preferían seguir trabajando desde casa según el estudio, aun después de que sean levantadas las restricciones. Otro 41% dijo que preferiría regresar a empresa para continuar sus labores.
Los españoles prefieren el teletrabajo
En España un estudio de Bain & Company, encontró que el 68% de los trabajadores españoles respondió que era tan o más productivo trabajando desde casa. La encuesta indicó que 51% de los trabajadores consultados prefieren el teletrabajo.
En contraste con un 25% que desea seguir trabajando en la empresa de forma presencial. Otro dato interesante es que casi un 40% de los trabajadores encuestados afirma que ha visto extenderse más su jornada laboral con el trabajo desde casa. Frente a un 18% que dijo trabajar menos en confinamiento.
El estudio realizado entre el 1 y el 6 de mayo, halló que la mayoría de los trabajadores españoles se sentía incómodo de volver a sus lugares de trabajo.