Cuando el mercado muestra signos de turbulencia, los inversores tienden a ponerse nerviosos. Cualquiera lo haría. Sin embargo, los expertos ofrecen algunos consejos sobre cómo manejar esta situación para evitar pérdidas o malas jugadas.
Nadie sabe a ciencia cierta qué pasará este año y el siguiente en el mercado de valores de los Estados Unidos. Según Bloomberg, hasta los mismos economistas tienen opiniones divididas sobre el futuro y la posibilidad de que la economía caiga en recesión.
Lo cierto es que son tiempos difíciles para la inversión en el mercado bursátil, dada la incertidumbre existente. Los datos macroeconómicos no muestran todavía la solidez que espera la Reserva Federal para parar la subida de las tasas de interés.
Todo es muy incierto. Una tasa de desempleo muy baja acompañada de salarios muy altos en las empresas. Todavía la esperada desaceleración de la economía no ha comenzado. Al contrario, las cifras de enero indican todo lo contrario.
Los economistas coinciden en que este año habrá un crecimiento débil en la economía estadounidense. En lo que no se ponen de acuerdo – y es algo raro, debido a que casi siempre tienen opiniones más o menos similares – es en la magnitud de tal debilidad.
Incluso, en los últimos dos años ha aumentado la brecha sobre las mejores y las peores previsiones del PIB real de los EE. UU. recopiladas por Consensus Economics. El máximo de crecimiento en dos años ha sido del 2,2 % y el mínimo se calcula en una contracción del 0,7 %.
¿Qué hacer entonces?
No hay que alarmarse tampoco, pues los episodios de volatilidad en el mercado para las inversiones a largo plazo son normales, aunque desconcertantes. Un inversor agudo puede aprender de ellos estudiando las caídas periódicas del mercado, su frecuencia y magnitud.
Claro que es más fácil decirlo que asumirlo. Quien tiene su dinero invertido en una determinada acción o activo es el que sabe lo que se siente cuando su activo se deprecia. Surge de inmediato la pregunta: ¿Debería hacer algo?
A continuación algunos consejos sobre qué acciones considerar para minimizar el impacto de la volatilidad y no morir de un ataque de nervios frente al monitor.
Analizar la volatilidad en el mercado
No desesperarse. Resistir la tentación de deshacerse del activo tomando como referencia únicamente los datos más recientes del mercado. No se aconseja la venta de acciones durante episodios de mercado bajista, sin antes hacer una análisis más profundo de la situación.
Las pérdidas temporales podrían convertirse en permanentes. Hay que tratar de mantenerse firme emocionalmente, sin perder el foco de la estrategia de inversión trazada inicialmente. Esto no es nada fácil, desde luego, pero puede resultar muy favorable para la cartera del inversor.
Tampoco significa que el inversor debe aferrarse ciegamente a una determinada acción, no. Se trata de no perder la perspectiva de inversión inicial. En todo mercado hay altas y bajas. La sugerencia entonces es no dejarse afectar por el ruido y el miedo infundado.
Además, si es una inversión a largo plazo, debe mantenerse la proyección a largo plazo. Así como los mercados bajan también suben. Hay que analizar la coyuntura y ver si las perspectivas iniciales de la inversión se mantienen en un plazo mayor.
Incluso, los ciclos de mercados bajistas, con caídas superiores al 20%, históricamente son relativamente cortos en comparación con los mercados alcistas. De modo que en lugar de agitarse, los expertos recomiendan ignorar por completo el ruido y concentrarse en el plan trazado.
Revisar la tolerancia al riesgo y la capacidad de riesgo
Cada inversor debe revisar periódicamente su tolerancia al riesgo. Es decir, su capacidad para controlar emocionalmente las oscilaciones de precios. Mientras que la capacidad de riesgo es la capacidad financiera del inversor para asumir una pérdida.
Cuando se produce una caída del mercado es bueno reconsiderar nuestra tolerancia individual al riesgo. Pero lo más recomendable es dejar que las aguas se calmen y analizar la situación más sosegadamente.
No obstante, siempre es aconsejable tener en cuenta la capacidad de riesgo para no cometer imprudencias financieras. No está demás preguntarse si por el momento disponemos de suficiente efectivo para cubrir los objetivos a corto plazo.
Recuerde que solo debe invertir en el mercado bursátil aquella fracción de los ahorros que no necesitará en el futuro cercano. Para nada es aconsejable jugar con el dinero de hacer mercado. Es más seguro invertir ese dinero en activos más seguros y estables.
Por ejemplo, certificados de depósito, letras del Tesoro o fondos del mercado monetario. Si el inversor es un jubilado, lo mejor es asegurar los gastos de manutención al menos de 6 meses en una cuenta de ahorros.
También podría colocar su dinero en bonos con vencimiento al momento de necesitar su dinero. De esta manera no tendrá que preocuparse por la volatilidad del mercado actual y mantener cubiertos sus gastos de vida.
Diversificar la cartera de inversión
Esto es sumamente importante por aquello de no meter en un solo cesto todos los huevos. A menudo, la volatilidad de los mercados es un indicador de cuán adecuadamente diversificadas están las carteras de los inversores.
Hay que revisar periódicamente los productos que integran la cartera de inversión para saber si es necesario actualizar y balancear dicha cartera. Conforme los mercados se ajustan es necesario hacer ajustes también en las estrategias de inversión.
Observar el desempeño de un determinado activo y su combinación con los demás siempre es aconsejable. Hay activos que el inversor podría necesitar sustituir o reforzar para mejorar la asignación de activos objetivo.
Considerar activos que ofrezcan mayor estabilidad
Hay algunos activos defensivos que pueden ayudar a elevar la estabilidad de la cartera de inversión. Entre ellos está el efectivo y otros equivalentes, los bonos del Tesoro y demás papeles del gobierno de los EE. UU., que se consideran activos seguros.
Así cuando una o varias acciones caen en el mercado, estos activos sirven de colchón para soportar las pérdidas. Estabilizar la cartera es parte de la estrategia de todo inversor responsable.
Por otro lado, si en algún momento espera tomar dinero de la cartera de inversión para gastarlo, es recomendable mantener productos que son relativamente líquidos. Por ejemplo, bonos a corto plazo que son menos volátiles que las acciones. De esta forma evitará vender acciones en un mercado bajista.
Reequilibrar la cartera de acuerdo a la necesidad
Hay cambios en el mercado que pueden apartar al inversor de sus objetivos originales. Hay desviaciones que por pequeñas que sean terminan desajustando una estrategia completa y por eso fracasa.
Es tan sencillo como que los activos que tienen un mejor desempeño se refuerzan y los que no se venden total o parcialmente. El reequilibrio de acciones supone vender aquellas posiciones que están sobreponderadas con relación al resto de su cartera.
En cambio, se deben reinvertir las ganancias de las acciones más rentables hacia otras acciones infraponderadas. Esto es bueno hacerlo con alguna regularidad.
Adaptar el trading hacia mercados de rápido movimiento
Cuando se opera en tiempos de mercados volátiles, hay que tener en cuenta las condiciones actuales al momento de ingresar una orden. Por lo tanto debe tenerse especial cuidado cuando el mercado abre y cuando está cerrando que suelen ser los momentos de mayor volatilidad.
Hay que operar con posiciones más pequeñas e ir escalando. A medida que el precio de las acciones fluctúa comprar o vender acciones y tomar pasos defensivos. Esto es proteger una ganancia no realizada o también limitar pérdidas potenciales durante una posición.
En otras palabras, emitir órdenes de parada (stop orders) y órdenes de límite de parada (stop-limit orders). Ambos tipos de órdenes ayudan al trader a automatizar su toma de decisiones y evitar pérdidas por un descuido durante la sesión.