- El crecimiento económico es uno de los temas dominantes del debate social y político de nuestros días.
- Los gobiernos se han endeudado como nunca y los bancos centrales han flexibilizado al máximo las condiciones monetarias, y aun así, las tasas de crecimiento han sido relativamente bajas.
- ¿Por qué dejamos de crecer vigorosamente en las últimas décadas?
- En este interesante artículo respondemos a esa pregunta.
El crecimiento económico presenta unos hechos relevantes y hoy los pondremos de manifiesto.
Asimismo, conocerás el factor estructural que explica la reducción del crecimiento económico en muchos países occidentales.
Crecimiento económico: Una muy breve introducción
A un nivel muy básico, el nivel de producción de una economía depende de 2 factores directos: el capital y el trabajo.
Estos a su vez, están determinados por otros factores indirectos como el ahorro, la inversión y el crecimiento de la población.
Los factores directos se combinan en las funciones de producción de cada de cada empresa, de cada sector y de cada industria.
“Hablamos de crecimiento económico cuando el PIB aumenta de un período a otro ajustando su valor a partir de la inflación.”
El resultado es el conjunto de todos los bienes y servicios producidos en la economía de un país durante un año, el llamado “Producto Interno Bruto” o “PIB”.
Es un aspecto central de nuestras vidas, ya que el PIB per cápita es el que determina el nivel de vida de un país.
En la medida que ese indicador crece podemos asumir que, en promedio, el nivel de vida de la población está aumentando.
Cuando decrece, pues ocurre lo contrario y se generan toda una serie de problemas sociales y políticos. Esto podemos apreciarlo todos los días en las noticias: inestabilidad, pobreza, desigualdad, polarización, violencia, etc.
En el siguiente gráfico podemos observar la Evolución del PIB per cápita para EE.UU., la Unión Europea y China durante el período 1961-2020, según cifras del Banco Mundial:
Para 2020, EE.UU. lideró este grupo con un PIB per cápita de 58.510 $; mientras que la Unión Europea y China alcanzaron 34.423 $ y 16.410 $ respectivamente.
Por la inmensidad de su población, China aún tiene mucho camino por recorrer para alcanzar en nivel de vida medio a EE.UU. y Europa, pero ha crecido a tasas muy elevadas.
Valga decir que los 5 países con mayor PIB per cápita del mundo son Luxemburgo, Suiza, Irlanda, Noruega y EE.UU. China ni siquiera aparece en los primeros 20.
¿De qué depende el crecimiento económico a largo plazo?
Pues, para ir directamente al grano diremos que son 4 los factores principales que determinan el crecimiento económico a largo plazo:
La acumulación de capital
Se trata del acervo de capital que requiere el proceso productivo y se ve afectado por el nivel de ahorro e inversión de la economía.
El progreso tecnológico
Se trata de las diferentes técnicas, conocimientos y equipos que se combinan con el factor trabajo en el proceso productivo para generar los bienes y servicios que recoge el PIB.
El crecimiento de la población
Refleja el aumento de las personas económicamente activas, necesarias para aportar la mano de obra y demás recursos humanos que la economía requiere.
Las instituciones
Son las normas, leyes y organismos que resguardan los derechos de propiedad de los actores económicos y les protegen del riesgo de confiscación.
De este modo, pueden invertir y producir con la seguridad de que podrán recibir los beneficios económicos del proceso.
Los 3 primeros factores suponen una influencia directa y cuantitativa sobre la economía. Son elementos “duros” que afectan el crecimiento.
El cuarto, refleja más bien un impacto indirecto y cualitativo, aunque de grandes implicaciones.
Crecimiento económico: los hechos y la evidencia
3 grandes hechos resumen la senda del crecimiento económico en el mundo desarrollado desde mediados del siglo XX:
1.- Un crecimiento continuo, especialmente desde 1950 y hasta mediados de la década de 1970.
2.- Una clara disminución del crecimiento desde mediados de la década de 1970.
3.- Una convergencia de los países que se encontraban rezagados y fueron creciendo más rápido.
¿Qué factores explican este comportamiento?
Para responder a esa pregunta debemos centrar nuestra atención en 2 de los factores directos que determinan el crecimiento a largo plazo. A saber: la acumulación de capital y el progreso tecnológico.
¿Fue la elevada acumulación de capital la responsable, o fue un alto progreso tecnológico la verdadera razón?
Para no entrar en complicadas abstracciones teóricas te diremos que los economistas más destacados, entre ellos Olivier Blanchard, quien ha sido profesor en la Universidad de Harvard y en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, han llegado a la conclusión de que:
- Si el crecimiento económico experimentado se debió a una mayor tasa de progreso tecnológico, entonces la economía debe haber crecido a una tasa igual o similar a la tasa de progreso tecnológico.
- Si el crecimiento se debió a una mayor acumulación de capital, entonces la economía debe haber crecido a una tasa muy superior a la tasa de progreso tecnológico, producto del ajuste a un mayor nivel de capital por trabajador.
Por tanto, si se comparan las tasas anuales promedio para el crecimiento de la producción por trabajador y el progreso tecnológico, podríamos saber cuál fue el factor dominante.
Para atribuir un mayor o menor crecimiento económico a la acumulación de capital, la tasa de crecimiento de la producción debe desviarse notablemente de la tasa de progreso tecnológico.
En la siguiente tabla se resumen los hallazgos hechos por los investigadores para una muestra de 5 países desarrollados entre 1950 y 2000. La tabla refleja tasas anuales promedio:
La evidencia revela que a mayor progreso tecnológico, mayor crecimiento económico y viceversa.
Japón, por ejemplo, luego de la guerra presentaba mucho atraso económico. No obstante, logró crecer a un promedio de 7,1% anual para el período 1950-1973, gracias a un rápido progreso tecnológico del 7,0% anual para el mismo período. Las tasas de crecimiento son casi idénticas…
EE.UU. por su parte, creció en el mismo período un 2,7% anual, gracias a una tasa media de progreso tecnológico del 2,9%.
Al detallar la tabla se pueden extraer 3 conclusiones principales sobre el crecimiento económico:
“Las tasas de crecimiento de la producción por trabajador (1) y las tasas de progreso tecnológico (4) para el período 1950-1973 son aproximadamente iguales.”
Por tanto, el crecimiento económico de este período se explica principalmente por el rápido avance de la tecnología, y no por una mayor acumulación de capital.
Si así fuera, la producción habría crecido a tasas mucho mayores que las de progreso tecnológico, reflejando la influencia de ambos factores.
“El descenso en la producción por trabajador (3) para el período 1973-2000 se explica por una disminución de la tasa de progreso tecnológico (6) y no por una baja acumulación de capital.”
De hecho, en todos los países el descenso de la tasa de progreso tecnológico fue mayor al de la producción, lo cual revela que fue ese el factor clave.
El promedio pasó de 4,7% a 1,6% en un cuarto de siglo, para una reducción del 65,9%.
Si la acumulación de capital hubiese sido dominante, la economía debería haber caído mucho más que el progreso tecnológico y no fue el caso.
“La convergencia de la producción por trabajador que se produjo en el período 1973-2000 (2) se debió a un aumento mucho mayor del progreso tecnológico en los países que partieron rezagados durante el período 1950-1973 (4) y no a una mayor acumulación de capital.”
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, Japón, Francia y Reino Unido, partieron rezagados con respecto a EE.UU.
Sin embargo, lograron converger a largo plazo porque sus tasas de progreso tecnológico para el período 1950-1973 fueron mucho mayores que las de EE.UU. Hablamos de tasas de 7,0%; 5,3% y 3,7% respectivamente, versus un 2,9%.
En la columna (2) podemos ver como llegan a alcanzar tasas de crecimiento de la producción muy similares para el período 1973-2000.
Tigres asiáticos: el centro de gravedad se desplaza a Asia
Es preciso considerar que el fenómeno de convergencia de los países más rezagados que han ajustado sus políticas para crecer, también se ha extendido a otras partes del mundo.
El caso de los llamados “tigres asiáticos” para el período 1960-1990 fue evidencia de ello.
Este grupo conformado por Corea del Sur, Singapur, Taiwán y Hong Kong, logró crecer a tasas excepcionalmente altas debido al rápido progreso tecnológico y a una adecuación de sus instituciones, entre otras causas.
Esta es una de las razones por las cuales China desea recuperar el control sobre Taiwán, principal país productor de microchips del mundo. Ya retomó el control sobre Hong Kong.
Hoy en día convergen también otros países del sudeste asiático como Malasia, Tailandia, Vietnam e Indonesia.
El caso de la India es de hacer notar por su tamaño, pues ha crecido mucho también.
Para finales de 2020 alcanzó un PIB total de 2,62 trillones de dólares, siendo la sexta economía del mundo. Sin embargo, su nivel de vida medio es aún muy bajo por el tamaño de su población.
Si realizáramos el mismo ejercicio que acabamos de ver con las tasas de crecimiento de la producción por trabajador y progreso tecnológico para estos países asiáticos, probablemente encontraríamos resultados similares. Reflejarían altas tasas de progreso tecnológico.
¿Qué podemos concluir sobre los hechos del crecimiento económico?
Vista la evidencia anterior, para que haya crecimiento económico continuo es necesario que haya progreso tecnológico, ya que la acumulación de capital no puede sostener por sí sola el crecimiento.
Esto se debe a que el capital tiene rendimientos marginales decrecientes. De este modo, agregando más capital la producción puede aumentar hasta cierto punto, pero llegados a ese umbral, la productividad del capital comienza a decrecer.
“El progreso tecnológico, junto con el crecimiento poblacional, son elementos necesarios para que la economía pueda mantener un crecimiento económico sostenido y equilibrado.”
Lo que hemos visto en las economías occidentales de las últimas décadas es una peligrosa tendencia al crecimiento desequilibrado, basado en intervenciones externas a través de la políticas monetaria y fiscal.
Esto no es malo en sí mismo, ya que son herramientas legítimas para afrontar shocks externos en la economía, como ha sido el caso del Covid-19, por ejemplo.
Sin embargo, si se abusa de ellas, pueden producir distorsiones y crisis aún mayores a largo plazo, alejando la economía de su nivel de equilibrio.
Por lo pronto, Ayhan Kose, Director del Grupo de Prospectos Económicos del Banco Mundial, comentaba en las perspectivas para 2022-2023:
“A la luz de la desaceleración proyectada en el crecimiento de la producción y la inversión, el limitado espacio para las políticas y los riesgos sustanciales que nublan las perspectivas, las economías emergentes y en desarrollo deberán calibrar cuidadosamente las políticas fiscal y monetaria.
También necesitan emprender reformas para borrar las cicatrices de la pandemia. Estas reformas deben diseñarse para mejorar la inversión y el capital humano, revertir la desigualdad de ingresos y de género, y hacer frente a los desafíos del cambio climático”.
Progreso tecnológico: Dimensiones y determinantes
El progreso tecnológico es esencial para el crecimiento económico a largo plazo. Ello lo apreciamos a partir de sus 3 dimensiones básicas:
- Permite obtener una mayor cantidad de producción con unas cantidades dadas de capital y trabajo. Incluso permitiría reducir la cantidad de trabajo necesario para obtener una cierta cantidad de producción.
- Permite obtener mejores productos a través de la mejora continua de los procesos productivos.
- Permite obtener nuevos productos a través de los procesos de investigación y desarrollo (I+D).
Cabe preguntarse entonces, qué deben hacer los gobiernos y la sociedad en su conjunto para promover el progreso tecnológico.
No obstante, como veremos a continuación, se trata de una variable que no se puede cambiar en el corto plazo.
Los 2 determinantes del progreso tecnológico
En las economías modernas la mayor parte del progreso tecnológico es fruto de las actividades recurrentes de investigación y desarrollo (I+D).
Los países más ricos destinan al menos un 2%-3% del PIB a los procesos de I+D industrial.
Las compañías invierten en I+D porque aumenta la probabilidad de descubrir y/o desarrollar nuevas tecnologías y nuevos productos que les permitan incrementar sus beneficios.
A saber, los determinantes del progreso tecnológico son 2:
La fecundidad del proceso de I+D
No basta con gastar dinero investigando. Ello no garantiza resultados.
Más bien, se trata de que el proceso de I+D sea fecundo, sea productivo. Esa fecundidad depende de la interrelación productiva entre:
- La investigación básica que estudia principios, causas, efectos y resultados.
- El proceso de I+D aplicado a la obtención de nuevas tecnologías y productos.
A su vez, todas estas actividades son influidas por elementos estructurales como la orientación de los sistemas educativos, en especial la educación superior.
Hay países donde la educación privilegia el pensamiento abstracto, más idóneo para la investigación básica, mientras que en otros se privilegia la ciencia práctica, más acorde al proceso de I+D aplicado.
También influyen elementos como la cultura empresarial, no sólo a nivel de una compañía en particular, sino a nivel de los países.
Veamos la siguiente infografía de Statista que recoge los 20 países con más publicaciones científicas del mundo para 2000 y 2015:
EE.UU. ha mantenido el liderazgo, pasando de 251.000 publicaciones en el año 2000 a 355.000 en 2015.
Destacan Alemania y Reino Unido, que junto con EE.UU., son los únicos 3 países que mantuvieron su lugar en el ranking.
China pasó del octavo lugar al segundo en sólo 15 años. Otros países que subieron notablemente en el ranking fueron la India, Corea del Sur, Brasil, Turquía e Irán.
El proceso puede tardar de años a décadas entre el logro de un descubrimiento, sus posibles aplicaciones, el desarrollo de nuevos productos y finalmente, la adopción y comercialización de esos productos.
Pensemos, por ejemplo, en el desarrollo de la tecnología de propulsión para cohetes, iniciada por científicos alemanes hacia el fin de la Segunda Guerra Mundial, pero perfeccionada por estos mismos científicos en EE.UU. primero, y luego en la U.R.S.S.
El logro más importante lo presenciamos con la llegada del hombre a la Luna en 1969, 24 años después del fin de la guerra.
Otro avance tecnológico en el que podemos pensar es el desarrollo del ordenador personal, el cual tuvo su origen en aquellas grandes máquinas de la década de 1950.
Apple desarrolló un producto que cambió al mundo a comienzos de la década de 1980, pero los orígenes estaban más de 20 años atrás.
La posibilidad de apropiarse de los resultados de la investigación
Si las empresas no pueden apropiarse de los beneficios generados por el desarrollo de nuevas tecnologías y productos, no realizarán gastos en I+D y el progreso tecnológico será muy lento.
La posibilidad de apropiación, a su vez, se ve afectada por 2 elementos:
- La naturaleza del proceso de investigación. La expectativa de poder realizar/desarrollar un descubrimiento/producto cuyos resultados sean fácilmente replicables, puede desincentivar el gasto en I+D.
Por tanto, las empresas intentan inferir qué tan único o tan difícil resultaría copiar los productos finales. Nadie quiere ser el primero en un producto que resulte demasiado fácil de copiar…
- El grado de protección de las leyes a los derechos de patente. Sin esta protección los potenciales beneficios serían muy bajos y las ventajas competitivas que logre el proceso de I+D se perderían rápidamente.
No obstante, la legislación sobre patentes debe encontrar un punto medio entre la protección de estos derechos y su expiración, para no desincentivar el gasto actual y futuro en I+D.
Si la protección fuera perpetua otras compañías y sectores no podrían adoptar estas tecnologías a largo plazo y ello sería contraproducente para la economía en su conjunto.
Veamos la siguiente infografía de Statista que recoge el Ranking Mundial de Solicitudes de Patente realizadas por Mujeres entre 2011 y 2015:
EE.UU. lideró con 104.565 solicitudes, seguido por China con 63.365 solicitudes. España ocupó la décima posición con 5.543 solicitudes.
El caso de China merece especial atención, ya que se trata de un país con bajo nivel de protección a los derechos de patente.
De hecho, durante mucho tiempo China fue un “usuario de nueva tecnología” que aumentó enormemente su productividad adaptando la tecnología extranjera sin pagar ningún tipo de royalties…
Crecimiento económico y progreso tecnológico: los retos actuales
Si las tendencias del crecimiento económico actual se mantienen, China alcanzará y superará en tamaño a la economía de EE.UU. en una década aproximadamente. Ni hablar de la economía de la Unión Europea a la cual ya sobrepasó…
En el siguiente gráfico podemos observar la Evolución del PIB Total para EE.UU., la Unión Europea y China durante el período 1961-2020, según cifras del Banco Mundial:
Para finales de 2020, EE.UU. alcanzaba un producto de 20,94 trillones de dólares. La Unión Europea y China, por su parte, alcanzaban 13,01 y 14,72 trillones de dólares respectivamente.
Esto plantea serias interrogantes y convierte el tema en una cuestión de seguridad para EE.UU. y Europa.
Como demuestra la historia, los poderes dominantes tienden a reproducir sus sistemas político y económico sobre otros países y regiones más débiles.
La preponderancia del gigante asiático en todo tipo de sectores estratégicos supone muchos riesgos.
Por ello, resulta clave profundizar el financiamiento, fomento, desarrollo e impulso del progreso tecnológico a nivel público y privado.
En reportaje de Bob Violino para CNBC, Leon Panetta, Ex-Secretario de Defensa de EE.UU. y Ex-Director de la CIA, comentaba en la Cumbre del Consejo Ejecutivo de Tecnología de CNBC realizada en Nueva York a comienzos de 2022:
“China se ha propuesto invretir una enorme cantidad en inteligencia artificial, en cuántica, robótica y cibernética, y su intención es tratar de adelantarse a Estados Unidos y al resto del mundo cuando se trata de estas tecnologías”.
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Para recuperar la senda del crecimiento vigoroso es preciso que EE.UU. y Europa le den una importancia capital al tema.
Las áreas y campos de investigación son muchísimos: inteligencia artificial, computación cuántica, genética, materiales sintéticos, energías renovables, robótica, biotecnología, medios de transporte, medicina, nanotecnología, telecomunicaciones, producción de alimentos, tecnología blockchain y muchos, muchos más.
Las aplicaciones sencillamente se pierden de vista…
Es ahí donde el inversor debe afinar su atención para colocar su capital a largo plazo en aquellas compañías cuyas tecnologías resulten más prometedoras. Se trata de encontrar el próximo Apple, el próximo Amazon, el próximo Google.
Una clave para empezar a buscar es fijarnos en las compañías que apunten a una mayor escalabilidad de la tecnología, pues sin esa condición no se podrán masificar los avances tecnológicos de manera rentable.
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