- Aunque los analistas del banco alemán esperan una mayor caída del euro frente al billete verde, no se descarta un próximo rebote.
- Sin embargo, se trataría de un rebote de corta duración, puesto que la tendencia bajista de la moneda comunitaria es muy fuerte.
- Los temores de que Rusia suspenda definitivamente el envío de gas y las venideras medidas del Banco Central Europeo (BCE) garantizan que la moneda siga bajando.
De acuerdo al Deutsche Bank, el precio del euro continuará en picada durante las próximas sesiones frente al dólar estadounidense. Para esa institución financiera, el sentimiento bajista es muy fuerte y lo más probable es que la paridad no sea la última frontera.
Para el banco alemán, la incertidumbre de un probable corte definitivo del gas ruso es la primera causa de la depreciación de la moneda. En ese sentido, el valor de la divisa caería hasta los 95 céntimos en comparación con la moneda de reserva mundial.
Desde los medios rusos reaccionaron con burlas al desplome de la moneda del viejo continente. Afirman que “si Rusia se suma a las sanciones de la UE contra el gas de Rusia“, el euro saldría muy mal parado. Con eso dan a entender que las sanciones contra Moscú tuvieron un efecto contrario al esperado.
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El euro no se ve muy bien plantado
El desplome actual del euro se convierte en un fenómeno inédito en unos 20 años. La divisa se vio acorralada por diversos factores que no se limitan al problema del gas ruso, aunque este tenga un peso singular. Otras sombras también empañaron el buen estado de la moneda.
Entre los otros asuntos que se presentaron, se cuentan los datos del PMI de las economías de Francia y Alemania publicados el mes pasado. De ese modo, desde la relación de $1.15, la caída de la moneda ha sido imparable horrorizando a los políticos y analistas. Los índices de datos de gestores de compras del sector de comercio y manufactura definitivamente no cayeron muy bien en la estabilidad monetaria.
Esto último sobre todo porque la economía más importante de la zona, Alemania, fue la principal afectada y, junto con ella, la de Francia. Esos resultados del PMI, los cuales estuvieron muy por debajo de lo estimado, vinieron a demostrar una realidad que no podía ocultarse más. Se trata de una economía cuya desaceleración es evidente y comienza a aparecer antes de lo esperado.
Específicamente, el PMI de toda la zona euro cerró en 52 puntos en contraste con el 53.9 esperado. En tanto, los números de servicios quedaron en 52.8, una cifra muy inferior al estimado previo de 55.5. En lo que respecta a la economía alemana, la mayor del vecindario, el PMI compuesto cerró junio en 51.3, es decir, 2.4 puntos menos que el del mes anterior.
El impacto de la posible recesión alemana
Pero si los informes de los PMI fueron el inicio del derrumbe de la divisa, el problema del gas vino a empeorar las cosas. La reducción de los envíos de Gazprom en más del 60% provocó pánico en las esferas gobernantes de Berlín. Aunque el asunto de la turbina en teoría parece resuelto, eso no aplaca los temores de los europeos ante un Kremlin impredecible.
Debe tenerse en consideración que Alemania es uno de los países promotores de las sanciones contra Rusia debido a la guerra en Ucrania. En consecuencia, el gobierno del país europeo es considerado como “hostil” por parte de Moscú. De allí que en cualquier momento las autoridades rusas podrían responder de manera proporcional a las sanciones de Occidente en su contra. Una respuesta muy dolorosa podría ser un corte completo del suministro de gas.
Esto lo saben tanto en Moscú como en Berlín y en toda la zona donde rige el euro. De allí que las obras de mantenimiento anual del gasoducto Nord stream 1, las cuales implican la paralización total del suministro hacia Europa por 10 días, sean vistas con espanto desde Occidente. Desde Alemania sospechan que pasada la fecha de las labores (21 de julio) Rusia no reanudaría el suministro dejando las reservas del país europeo a medias de cara al invierno.
De suceder esto, las posibilidades de Alemania de esquivar la recesión se reducen hasta su mínima expresión. Por otra parte, los analistas creen que la caída de la moneda frente al dólar continuará aún con la reanudación del suministro. Es de tener en cuenta que el desplome del euro ha sido tan precipitado que la sobreventa acumulada podría llevar a un rebote. En otras palabras, el precio de la divisa estaría recuperando algo de terreno frente al billete verde al menos en el corto plazo.
El posible rebote de corta duración
Pero el rebote de la moneda frente al dólar sería breve, por lo que es calificado como “el rebote de un gato muerto”. Estas son las palabras de Jeffrey Halley quien es analista de la firma Oanda. Explica que existen numerosas opciones alcistas colocadas en el fondo de la paridad, por lo que el rebote se produciría en breve. Sin embargo, aclara que la presión bajista es tal, que el rebote será de duración breve.
“La inflación en la eurozona alcanza 8.6%, el EUR se dispone a caer por debajo de la paridad frente al USD y el banco central subirá la tasa de interés”
El EUR/USD estaría “sobrevendido en muchas métricas técnicas y la paridad era un objetivo tan grande que no sería sorprendente si vemos aquí un rebote a corto plazo” afirma Jefferies citado en finanzas.com. Pero justo acá entraría en acción la segunda parte. Cuando el par se mueva por debajo de la paridad, se activarán los stop loss. Esto llevaría directamente a un pronunciado declive del euro al cual hace referencia el Deutsche Bank.
La divisa europea, contrastada con su par norteamericana, bajaría hasta $0,95, según la institución financiera. Como ya se destacó, sus analistas creen que una vez esto suceda, no habría remedio incluso si el gas ruso comienza a fluir nuevamente hacia la eurozona.
El impacto del actual escenario se puede medir en los hogares. Hasta ahora, la inflación en los países de la eurozona alcanza el pico histórico de 8.6%. Mientras tanto, la moneda amenaza con caer por debajo de la paridad y el BCE se dispone a subir la tasa de interés. Otro dato espeluznante es que la directiva del banco central se va de vacaciones el 21 de julio, el mismo día que se supone la reanudación de los envíos de gas. En otras palabras, no habría portavoces financieros de peso que ayuden a calmar los mercados en el peor de los escenarios.
¿Por qué seguirá debilitándose el euro?
Una vez el fenómeno del gas ruso y de los PMI se desencadenan, los mismos comienzan a pesar sobre la conciencia de los inversores. Esto podría indicar que la suerte del par euro/dólar ya está echada. De esa manera, los profesionales del mercado de divisas aplican la estrategia clásica de abrir posiciones cortas en contra de la divisa que está en pique, es decir, el euro.
De acuerdo con datos de Scotiabank, citados en Bloomberg, en el plazo de una semana, se añadieron shorts por valor de $769 millones de dólares. Esa cifra habría alcanzado los $2.200 millones en la misma denominación monetaria. “Esta cantidad de posiciones bajistas es la más alta desde noviembre” del pasado año 2021, añaden los estrategas de esa institución financiera Shaun Osborne y Juan Herrera.
Los resultados de la encuesta alemana ZEW también pesaron durante la jornada del martes cuando se extendieron las pérdidas para el euro. Esa encuesta de sentimiento económico de la zona euro para julio tuvo peores resultados de lo esperado. Desde el 28 de junio, el sentimiento se ubicó en -51.1. Para tener una idea de lo que significa este resultado, se debe decir que un sentimiento negativo similar de los consumidores no se veía desde 2011. Esto expresa el pesimismo generalizado en toda la zona euro.
El bono a 10 años del Tesoro estadounidense cayó hasta el 2.899%, lo que permite visualizar una perspectiva pesimista entre los inversores de esa nación. En tanto, el billete verde continúa mostrando el mejor desempeño en 20 años de 108.56. Ahora se espera el informe de inflación de junio, el cual se publicará este miércoles. Los analistas esperan que el IPC alcance nuevos máximos de 40 años al ponerse por encima del 8.6%.
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Calendario para el par euro/dólar
Los especialistas tienen una visión bastante negativa sobre el futuro de la moneda. Por ejemplo, Jorge Tobares, analista financiero de ProfitWay afirma que el sesgo bajista a corto plazo es muy claro, según el gráfico diario. Dice que los indicadores negativos son tan notables que por seis días consecutivos han alcanzado nuevos máximos de caída.
“El RSI aún no ha corregido completamente las lecturas de sobreventa, aunque muestra una pendiente positiva. Mientras tanto, el MACD continúa mostrando barras rojas más altas que indican una fuerte presión de venta”, explica en Investing. Agrega que el rebote actual podría extenderse durante las próximas sesiones y asegura que los próximos niveles de resistencia se ubicarían entre 1.0100 y 1.0200.
Con respecto al futuro del euro también se pronuncian analistas de Unicredit y la visión también se enmarca en el pesimismo. Explican que todo depende de la situación alrededor de la Reserva Federal. “La lógica dominante en el mercado FX y a través del resto de los activos es la misma: la Fed percibiendo que tiene más espacio para subir la tasa de interés“, remarcan. Agregan que el sólido estado del empleo, expresado en el más reciente informe, anula cualquier posibilidad de que el banco central levante el pie del acelerador.
La postura de halcones de la Fed, mantiene la posibilidad de recesión y, con ella, la actual fortaleza del dólar. Asimismo, los bancos centrales como el europeo o el inglés estarían obligados a ser más prudentes debido a la exposición que tienen a las turbulencias de la guerra en Ucrania. Aunque la debilidad del euro podría ser positiva para las exportaciones, los lados negativos parecen mayores.
¿Qué significa la debilidad del euro para los consumidores?
Muchas lecturas se pueden sacar de este hundimiento de la moneda europea. Por ejemplo, para los estadounidenses que visiten el viejo continente, la caída podría ser beneficiosa gracias al tipo de cambio. Ahora los precios serán más bajos para ellos al momento de cambiar su dinero hacia la moneda de la eurozona.
Pero los hogares europeos, como se señala arriba, no tendrán los mismos beneficios. La caída de la moneda se suma a la inflación histórica que se ha alcanzado en la región. La otra cara del problema para los ciudadanos, se relaciona con las importaciones. Estas, generalmente denominadas en dólares, son más costosas. Cuando esas compras suelen ser materias primas o materiales intermedios, los precios suelen rebasar a los promedios del mercado local.
Si la situación se moviera en épocas normales, un euro débil sería el mejor escenario para economías exportadoras como Alemania. Pero la situación está lejos de ser normal con fuertes perturbaciones en la cadena de suministros, una recuperación pasmada de la pandemia y los precios de la energía vinculados con la guerra en Europa del Este. De cualquier manera, las personas estadounidenses ven esta época como una verdadera bendición.
Por ejemplo, por cada $1.000 dólares que lleven en el bolsillo podrán canjearlos por €1.000 euros, en lugar de €900 o menos que se adquirían por esa misma cantidad en febrero. En cuanto a un fondo para la moneda, los especialistas son todos pesimistas. Tal es el caso de Viraj Patel, estratega del mercado de divisas de Vanda Research consultado en DW. “Habrá más noticias negativas ahora en cuanto a la narrativa del gas, lo que llevará la debilidad del euro más allá de la paridad”, apuntó.