Invocando una ley federal de los años de la Guerra de Corea, el presidente Donald Trump ordenó a General Motors a que acelere la manufactura de respiradores artificiales, instrumental clave para sostener con vida a los pacientes más afectados por el coronavirus.
Los últimos datos relevados por el Center for Systems Science and Engineering (CSSE) de la Johns Hopkins University dicen que precisamente el país de Trump es el que tiene la mayor cantidad de contagiados con Covid-19 (97 mil actualizado al 27 de marzo), superando a Italia (86 mil) y a China (82 mil), cuna del brote.
Trump invocó la Ley de Producción de Defensa, en virtud de la cual el poder ejecutivo puede obligar a las empresas a fabricar determinados productos o a prestar ciertos servicios.
En este caso, quiere que fabrique respiradores artificiales o, en rigor, que acelere la producción que hará en alianza con Ventec Life Systems.
En una declaración oficial, la Casa Blanca dijo que “las negociaciones con GM con respecto a su capacidad para proveer respiradores han sido productivas”, pero agregó que la “lucha contra el virus es demasiado urgente” como para que el proceso siga los pasos habituales.
En resumen, el Gobierno de Trump acusó a GM de estar “perdiendo el tiempo“.
La novedad de la invocación de la ley, algo muy inusual en los Estados Unidos, se produjo luego de que Trump hubiese criticado a GM (y también a Ford) en la red social Twitter por no fabricar respiradores lo suficientemente rápido. Incluso le pidió a GM que reabriera una planta que la compañía fabricante de automóviles vendió en 2019 en Lordstown, estado de Ohio.
Si bien GM no respondió los mensajes en Twitter, dio detalles de la alianza con Ventec, una proveedora de insumos médicos líder del mercado, según CNBC.
De acuerdo a una comunicación conjunta de GM y Ventec, estarían en condiciones de entregar los primeros respiradores artificiales en abril y podrían llegar a producir unos 10 mil por mes.
El objetivo de Trump de invocar esta norma es presionar a GM e, indirectamente, al resto de las compañías que podrían aportar determinados productos que ayudarían a combatir la pandemia.
“Ayudará a garantizar la producción rápida de insumos médicos que salvarán vidas estadounidenses”, dijo la Casa Blanca.
El pasado 20 de marzo, The New York Times publicó un artículo en el que decía que GM y Ventec le habían pedido al gobierno estadounidense más de US$ 1.000 millones para reestructurar una planta de autopartes en el estado de Indiana para fabricar allí los respiradores. Incluso, que una parte de ese dinero lo pidieron por adelantado. La GM no habló del tema.
En el mismo comunicado con el que la alianza GM/Ventec dio a conocer los plazos de fabricación, también expresó que no obtendrán ganancias al producir los respiradores, y que sólo cobrarán el costo de fabricación.
“This unique partnership combines @myVOCSN’s respiratory care expertise with @GM’s manufacturing might to produce sophisticated and high-quality critical care ventilators.” Read more at https://t.co/eRynwaJvly
— VOCSN (@MyVOCSN) March 27, 2020
En paralelo, Ford está trabajando con 3M y GE Healthcare para fabricar otro respirador, aunque este necesitará una aprobación de los organismos reguladores del gobierno de Trump, algo que podría acelerarse a partir de la urgencia del caso.
Ford también está trabajando con el sindicato United Auto Workers para fabricar unos 100.000 mascarillas por mes para trabajadores de los hospitales.
El Congreso aprueba ayudas adicionales
Este mismo viernes, el Congreso de los Estados Unidos terminó aprobando una ley de ayuda de US$ 2 billones para mitigar la gravedad de la crisis económica que se espera se derive de la pandemia.
El plan, incluye pagos directos a ciudadanos, fortalecimiento del seguro de desempleo, fondos para salud, préstamos y subvenciones a empresas para disuadir despidos.