- Muchos critican que la Casa Blanca haya rescatado al SVB.
- Entre los argumentos hablan de un dato cierto: ¿por qué rescatar a ejecutivos que usan aviones privados para ir a reunirse en viñedos del otro lado del país.?
- Más allá de esto, el debate está abierto. Algunos entienden que lo sucedió en Estados Unidos es el preludio de lo que podría ocurrir en el Reino Unido.
El colapso de Silicon Valley Bank es una gran historia financiera que muchos les contarán a sus hijos. Analizado de forma aislada, es la segunda mayor quiebra bancaria en la historia de Estados Unidos.
Eso, sin contar el riesgo sistémico para el sistema bancario mundial, las consecuencias políticas de la intervención del gobierno de Joe Biden y el impacto a largo plazo en la amplia comunidad de empresas emergentes.
El hecho de que la gente tenga opiniones tan fuertes sobre un tema tan complejo es indicativo de cuánto hay en juego.
Cuando todo parecía que “explotaba”, Garry Tan, director ejecutivo de la incubadora de empresas emergentes Y-Combinator, dijo que (el en ese momento) posible colapso de SVB, si no fuera respaldado por la Casa Blanca , se transformaría en “un evento de nivel de extinción para las empresas emergentes, uno que podría hacer retroceder a las compañías y a la innovación 10 años o más”.
No era para menos, la mayoría de los capitalistas de riesgo eran alarmistas porque tenían millones de dólares en juego.
Pero hubo salvataje. El fin de semana pasado, el gobierno de EE. UU. garantizó que los depositantes de SVB recuperarían todo su dinero.
Esta fue una gran noticia para la mitad de las empresas estadounidenses respaldadas por capital de riesgo con depósitos en el banco y los inversores que las respaldan.
También fue bueno para todos los demás bancos de EE. UU. que están preocupados de que los depositantes retiren efectivo, así como para los propios depositantes, que en total representan alrededor del 95 por ciento de los hogares estadounidenses.
Rescate del SVB
Pero no será gratis. Habrá daños colaterales políticos. Rescatar a un banco que les da financiación para que luego los ejecutivos de las tecnológicas usen aviones privados para visitar viñedos parece, a todas luces, malo.
Especialmente mientras el aumento de las tasas de interés no se frena para tratar de evitar la inflación bajando la actividad y empujando al resto de la economía a una recesión.
El multimillonario republicano administrador de fondos de cobertura Ken Griffin dijo que no debería haber habido un rescate y dijo: “El capitalismo de Estados Unidos se está desmoronando ante nuestros ojos”.
El argumento de Griffin hubiera sido más convincente si hubiera señalado la caída de la esperanza de vida, la desaceleración de la tasa de crecimiento de la productividad o incluso los subsidios multimillonarios del gobierno de EE. UU. para su industria de semiconductores que genera pérdidas.
Explosión de startups
Más allá de la discusión de si el rescate es bueno o malo, hay algo que es evidente: la quiebra de SVB marca el final del mayor auge en la creación de nuevas empresas en los últimos 50 años.
En 2021, se formaron 5,37 millones de nuevas empresas en Estados Unidos, un 52 por ciento más que en 2019. ¿Leyó bien? ¡5,37 millones!
Este salto se debió al estímulo del gobierno y al aumento del desempleo en EE. UU. En 2020, el 30 por ciento de los nuevos emprendedores estaban desempleados, alrededor del doble de la tasa previa a la pandemia.
Mientras tanto, en el Reino Unido no hubo un salto perceptible en la formación de nuevas empresas.
El Reino Unido también recibió estímulo del gobierno, pero fue en forma de licencia en lugar de los pagos directos en efectivo utilizados en los Estados Unidos.
En lugar de iniciar nuevos negocios desde su casa, a los empleados suspendidos se les impidió legalmente trabajar en otro lugar.
Efecto contagio
Las condiciones crediticias más estrictas que seguirán al colapso de SVB llevarán a la bancarrota a muchas de esas nuevas empresas formadas en la era del covid en los Estados Unidos.
El economista francés Philippe Aghion dio un dato interesante: las startups benefician el crecimiento de la movilidad social, porque las empresas más innovadoras pagan salarios más altos a los trabajadores más jóvenes, a veces poco calificados.
La creación de nuevas empresas debería ser el juez definitivo de la salud del capitalismo y, en ese sentido, Estados Unidos está más animado que nunca.
La realidad es distinta en el Reino Unido. El gobierno no introdujo licencias para frenar la innovación. Pero claramente favoreció a las empresas establecidas sobre las que estaban al borde de la existencia.
Esto abre una pregunta: si el capitalismo estadounidense se está desmoronando ante nuestros ojos, entonces, el del Reino Unido necesita una reparación urgente.