Primero fue Nissan y ahora Renault.
Las dos fabricantes integrantes de la alianza que las llevó a la cima de la industria automotriz están inmersas en planes de reestructuración paralelos que buscan un único objetivo: reducir costos para sobrevivir a la pandemia.
La novedad de este viernes llega desde París, Francia, donde Renault tiene su sede central.
El plan del fabricante galo es recortar unos 15.000 empleos, reducir la producción anual y reestructurar algunas de sus plantas.
Todo en medio de una brutal caída de la demanda producto del coronavirus, problema que se sumó a la tambaleante situación que el grupo estaba soportando tras el arresto de Carlos Ghosn, el mentor de la alianza que tiene desde principios de siglo con la japonesa Nissan.
Con estas medidas, la marca que tuvo en 2019 el primer retroceso en ventas en una década, busca ahorrar 2 mil millones de euros en los próximos tres años.
Además, espera reducir su capacidad de producción global en unos 700.000 vehículos.
En 2019, Renault produjo 4 millones de automóviles y espera caer hasta 3,3 millones en 2024.
Crisis antes y ahora
El texto del comunicado oficial de Renault es lapidario: “La desaceleración del mercado automotriz, combinada con regulaciones cada vez más estrictas han contribuido a nuestra disminución de rendimiento; la crisis de Covid sólo ha agravado una situación ya existente y nos llevó a tomar decisiones difíciles”.
El modelo de negocios de Renault está en crisis, ya que estaba apostando a un crecimiento del mercado sin precedentes en los países emergentes y, por lo tanto, en ventas récord. Algo que con el cambio de escenario por el Covid-19 ya no sucederá.
Antes del arresto de Ghosn por cargos de mala conducta financiera en Japón, el ex líder de Renault se había puesto el objetivo de vender más de 5 millones de vehículos en 2022.
Puntualmente, las desvinculaciones serán unas 14.600 y se llevarán a cabo entre 2020 y 2022. En Francia perderán su trabajo 4.600 empleados y el resto, unos 10.000, en plantas de la compañía en el resto del mundo.
En Renault trabajan más de 180.000 a nivel mundial.
Renault en España y América Latina
La reducción de puestos de trabajo no incluirá España ni Latinoamérica, explicó la consejera delegada interina, Clotilde Delbos.
En América Latina, la marca francesa tiene operaciones en Brasil, Argentina, Colombia y Chile, publica el Financial Times.
Sí se verán afectadas las instalaciones de Marruecos, Rumania, Rusia, Turquía, China, Corea del Sur y, lo ya explicado, Francia.
El conflicto ahora se trasladará a los sindicatos, donde en Francia ya han anunciado que resistirán.
Especialmente en el país de Emmanuel Macron la marca ya dijo que hay plantas, como la ubicada en Flins, cerraría definitivamente.
Allí se produce el automóvil eléctrico Zoe, lo que muestra que no será prioridad esa movilidad, al menos por ahora, mientras dure la reestructuración.
Los sindicatos franceses, que ya han dicho que temen que se puedan cerrar cuatro plantas, vienen denunciado desde hace semanas lo que consideran es un proyecto de colapso social y de desindustrialización del país.
Con estas decisiones, la estrategia de Renault da un giro de 180 grados. “La mentalidad ha cambiado por completo. La línea anterior [la de Ghosn] se basaba en grandes volúmenes de producción y ventas, y en estar en el podio de los fabricantes”, dijo Delbos.
“Ahora no buscamos estar en la cima, lo que queremos es una empresa sostenible y rentable”, sentenció.