- La quiebra de Silvergate, Silicon Valley Bank y Signature Bank generó una oleada de pánico en Estados Unidos y Europa.
- Los expertos temen que, de no actuar rápido para recuperar la confianza, el problema podría tornarse devastador.
- Aunque la presión bajó y el ritmo de los retiros perdió fuerza, todavía existen numerosos bancos en problemas y la incertidumbre podría reanudarse.
Poco menos de un mes ha pasado desde que comenzara una cadena de quiebras que se llevó a tres bancos estadounidenses. Aunque la presión parece bajar en las últimas jornadas, las autoridades están monitoreando de cerca la situación. Al mismo tiempo, la crisis bancaria se extiende hacia los países europeos y se teme que la misma sea un atajo hacia la recesión.
Esa es la consideración del presidente de la Fed de Minneapolis, Neel Kashkari. Este funcionario parece tener pocas esperanzas de un aterrizaje suave y es uno de los promotores más radicales de las subidas agresivas de tasas. Durante una entrevista con CBS, no mostró dudas acerca de las posibilidades de una contracción del sector de créditos, la cual acercaría considerablemente la recesión.
Al mismo tiempo que formula esta afirmación, el funcionario duda de cuál sería la magnitud y la duración de la hipotética recesión. De cualquier manera, aseguró, el banco central está monitoreando con celoso cuidado el desarrollo de los eventos. Asimismo, afirma que es demasiado pronto para conocer los efectos reales de la situación en el sector bancario.
Antes del actual tropezón del área de los bancos, la gran mayoría de los analistas esperaba la recesión. Ahora, la apuesta sería mayor en tanto que las autoridades se verían obligadas a inyectar mayor liquidez en un mercado que está luchando precisamente con las consecuencias del exceso de liquidez.
Artículo relacionado
Por qué la crisis de efectivo de los bancos estadounidenses es culpa de la Fed
Cada vez hay menos depósitos en los bancos pequeños, pero las reglas monetarias de la Reserva Federal se han endurecido...
La respuesta del FOMC a la crisis bancaria
El hecho de que la crisis bancaria esté en una etapa muy temprana para determinar su verdadero impacto es notable. De allí que Kashkari considere que es imposible pronosticar cuál será (si la hay) la magnitud de la próxima subida de tipos. Las autoridades trabajan con los datos más recientes antes de la reunión del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC). En consecuencia, de aquí a la próxima reunión, la situación en el sector bancario se torna impredecible.
El próximo encuentro del FOMC será el 3 de mayo. Esto quiere decir que la medida que se tome entonces dependerá de la forma que adopten los acontecimientos en el área de los préstamos. El punto central del argumento del funcionario es que en la forma en que está ahora el problema ya se constituye en un peligro de contracción.
“Lo que no tenemos claro es hasta qué punto esas tensiones bancarias están provocando una crisis crediticia generalizada. Esa contracción del crédito… ralentiza la economía. Esto es algo que estamos siguiendo muy, muy de cerca”, aseguró el funcionario.
La semana pasada se produjo un incremento del precio del dinero de 25 puntos básicos y la Fed no descartó la posibilidad de subidas adicionales. La respuesta de los mercados fue a la baja, aunque posteriormente recuperaron una parte del espacio retrocedido. Las criptomonedas también tuvieron una reacción negativa ante la subida de tipos a pesar del buen desempeño de ese mercado durante la crisis bancaria.
Los analistas consultados en diversos portales están de acuerdo en que la presión bajó durante las últimas jornadas. Incluso, la compra del SVB por parte de First Citizens parece aliviar las tensiones y muestra un sistema financiero más sólido de lo que se temía. Cabe destacar que las acciones del First Citizens tuvieron el mejor desempeño en la bolsa desde 1990, luego de conocerse la compra.
Las posibilidades de pausar las subidas de tipos
Aunque la Fed no detuvo su política monetaria de subir las tasas de interés, es posible que haya una pausa próxima. En ese sentido, el propio banco central asegura que no subestima las posibles consecuencias negativas de la actual situación financiera. En vista de ello, se podría realizar una paralización momentánea de las subidas de la tasa hasta que pase la tormenta entre los prestamistas.
Kashkari insiste con el hecho de que apenas pasaron dos semanas desde las quiebras de los bancos, por lo que es apresurado hablar de escenarios. “Hay algunos signos preocupantes. El lado positivo es que la salida de depósitos parece haberse ralentizado. Se está estableciendo cierta confianza entre los bancos más pequeños y regionales”, argumentó.
No obstante, el funcionario también remarcó que las señales negativas son abundantes y amenazantes a la vez:
“Al mismo tiempo, hemos visto que los mercados de capitales han estado cerrados en gran medida durante las dos últimas semanas. Si esos mercados de capitales siguen cerrados porque los prestatarios y los prestamistas siguen nerviosos, entonces eso me diría, vale, esto probablemente va a tener un mayor impacto en la economía. Así que es demasiado pronto para hacer previsiones sobre la próxima reunión del FOMC”
La crisis bancaria, aunque parece calmada, podría volver con más fuerza si las medidas de emergencia de la Fed no funcionan. El banco central asegura que los resultados ya se están viendo en la ralentización de la migración de los capitales desde los bancos pequeños hacia los grandes. Durante los días que rodearon las quiebras de los tres bancos, JPMorgan anunció medidas especiales para atender todas las solicitudes de cuentas nuevas.
La supervisión y las acusaciones cruzadas
La caída de los tres bancos y los peligros de esto para otra decena de instituciones abrió un debate que estaba pendiente en Estados Unidos. Se trata de la creación de una regulación más estricta de los prestamistas por parte de las autoridades. Senadores como Elizabeth Warren vienen presionando de manera activa desde hace meses para alcanzar esa regulación que saque del peligro los fondos de los contribuyentes.
En ese mismo debate no faltan las acusaciones y los argumentos para culpar, los cuales son variados y algunos parecen razonables. Desde los sectores privados se acusa a la Fed de ser la responsable del derrumbe por las exageradas políticas monetarias. En todo caso, el protagonismo del banco central en los problemas de liquidez de los bancos pequeños parece evidente en muchos sentidos. Pero también es innegable el fracaso de la estrategia de negocios de algunos de estos prestamistas.
Sea como sea, el Congreso estadounidense celebra esta semana las primeras audiencias relacionadas con la caída del SVB. La misma presión sobre el sector lleva a la propia Fed a iniciar un proceso de revisión interna de la supervisión bancaria.
Desde el banco central tienen la certeza de que el sistema bancario estadounidense es sólido. De tal modo, la crisis bancaria como tal no es el resultado de un problema en el sector, sino del mal manejo de la directiva de los bancos quebrados. El presidente de la Fed, Jerome Powell, citado en Reuters, fue enfático sobre este asunto:
“Mi único interés es que identifiquemos qué ha fallado aquí… que evaluemos cuáles son las políticas correctas que hay que poner en marcha para que no vuelva a ocurrir, y que luego ampliemos esas políticas”
El mismo portal recaudó informaciones que hablan de banderas rojas en el SVB que se remontan a 2019. Sin embargo, las supervisiones se realizan entre las agencias correspondientes y las directivas de los bancos y no se dan a conocer públicamente.
Artículo relacionado
La economía de Alemania ya estaría en recesión: Bundesbank
Alemania es el mayor país europeo por el tamaño de su economía, lo que hace que cada dato de lo...
La Fed está comprometida en mantener el sistema sano y salvo
Otro funcionario de la Fed, esta vez el vicepresidente para la supervisión, Michael Barr, utilizó argumentos similares a los de Powell. En el documento previo a su testimonio de este martes frente al Comité Bancario del Senado señaló la mala gestión de la directiva del banco. “El fracaso del SVB es un caso de manual de mala gestión”, resalta.
Asimismo, apunta que el banco tuvo una reacción tardía frente a los problemas derivados del mal manejo del balance. “El banco esperó demasiado tiempo para abordar sus problemas e, irónicamente, las medidas que finalmente adoptó para reforzar su balance desencadenaron la avalancha de depositantes no asegurados que condujo a la quiebra del banco”, agregó.
El funcionario expresa que el sistema bancario del país norteamericano está en una posición sólida. Además, asegura que la Fed está preparada para asegurar los depósitos de los contribuyentes. Debe recordarse que solamente el pasado 9 de marzo se retiraron más de $40 mil millones de dólares del SVB en una estampida provocada por el pánico.
Entre los principales responsables de la salida de los usuarios e inversores estarían algunos capitalistas de riesgo. Estos habrían recomendado a los inversores retirarse ante la falta de liquidez del banco. Esas advertencias rápidamente llegaron a los medios de comunicación y, desde entonces, la crisis bancaria desató su furia.
Los problemas fueron más allá de las fronteras de Estados Unidos. En Europa, el eslabón más débil del sistema bancario, el Credit Suisse, se fue en picada y fue necesaria la intervención de las autoridades de ese país. Estas últimas forzaron la fusión entre ese banco y su rival UBS.