- Analistas y estrategas de grandes fondos de inversión ven poco probable que baje la inflación.
- Muchos de ellos han cambiado sus estrategias inversoras en base al efecto inflacionario.
- Bonos atados a la inflación y acciones de materias primas son las elegidas a la hora de armar un portfolio.
Las opiniones de expertos en el rubro financiero sostienen que es difícil que los bancos centrales puedan lograr una victoria a largo plazo contra la inflación. Si bien la política agresiva de subida de tasas tiene por objetivo reducir los aumentos de precios al consumidor, es probable que esto conlleve una desaceleración económica y genere recesiones. Por lo tanto no es fácil aventurar un retorno a los precios que existían hace un par de meses, debido a los vaivenes de la economía mundial.
Desde 2020 hasta esta parte dos hechos han roto la economía mundial: la pandemia y la guerra ruso-ucraniana. Hace dos años los bancos centrales comenzaron un festival de emisión de dinero por la pandemia que disminuyó el poder de las monedas de cada país al haber más dinero circulante. A comienzos de este año los precios del petróleo y gas se dispararon al alza por la ruptura de relaciones de las naciones de Occidente con Rusia a través de las sanciones económicas y financieras contra la Federación Rusa. Esto derivó en que las empresas tengan que reconstruir las cadenas de suministro y que los trabajadores pidan salarios más altos.
Todos estos factores hacen que los fondos de inversión que supervisan miles de millones de dólares esperen que la inflación se mantenga en estos niveles por mucho tiempo, más allá de las políticas monetarias adoptadas por los mercados centrales. Como protección contra esta situación los fondos han estado comprando bonos protegidos contra la inflación, acciones vinculadas a materias primas y manteniendo grandes tenencias de efectivo en lugar de volcarlos a bonos tradicionales.
“Los últimos veinte años de la gran moderación quedaron atrás”, dijo Tiffany Wilding, economista de Pimco, que tenía alrededor de 1,8 billones de dólares bajo gestión a finales de junio. “Los cambios conducirán a costes de insumos más altos en general que deberían resultar en un ajuste del nivel de precios de varios años”.
La política y los mercados en general no midieron en consecuencia el efecto de la alta inflación. Una vez superados los tiempos de confinamiento por la pandemia, el estallido de la guerra entre Rusia y Ucrania complicó las cosas aún más. El miércoles pasado Inglaterra registró una inflación del 10,1% en julio, la mayor desde 1982. Los traders de bonos británicos a dos años se deshicieron de ellos rápidamente, lo que provocó un gran aumento en sus rendimientos.
“La opinión del mercado de que los bancos centrales estarán en condiciones de reducir las tasas en varios países se verá cuestionada a su debido tiempo”, dijo Ivailo Vesselinov, estratega jefe de Emso Asset Management –
Las tensiones comerciales, altos precios de la energía y el mercado laboral ajustado influyen a una presión alcista sobre los salarios. No obstante los funcionarios económicos de diferentes países sostuvieron que seguirán endureciendo la política monetaria hasta contener la inflación.
Michael Herzum de Union Investment, jefe de macro y estrategia, sostuvo “Observar el crecimiento y no solo la inflación es un juego muy arriesgado porque la tendencia desinflacionaria estructural que tuvimos desde mediados de la década de 1980 está cambiando”.
Flavio Carpenzano, director de inversiones de Capital Group en Londres, dijo que “Los mercados laborales ajustados en todo el mundo significan que la FED tiene que provocar una gran recesión y una tasa de desempleo más alta para que la inflación baje drásticamente”
En Capital Group han comenzado a reducir las tenencias de deuda de EE. UU. más sensibles a las subidas de tipos de interés y ven a China como un punto de interés dado que la inflación es menos preocupante en ese país.
“Vemos que la desaceleración de la inflación ocurre a un ritmo mucho más lento de lo que espera el mercado”, dijo Carpenzano, “El mercado está equivocado en cuanto a los precios de que la FED reducirá las tasas a mediados de 2023″. El ejecutivo remarcó que “La inflación no es de ninguna manera un rompecabezas resuelto y la Fed seguirá vigilante”.
En tanto Glen Capelo desde Mischler Financial sostiene que “Tomará años reconstruir las redes comerciales y las cadenas de suministro. Todo esto será inflacionario. Y esta inflación estructural es algo que la Fed no puede combatir con tasas más altas” finalizó el analista.