- Según datos de Bloomberg en base a estadísticas de Newzoo, IDC y PWC, entre otras, el metaverso llegará a involucrar 784 mil millones de dólares en los próximos dos años.
- Si es así, las carteras de inversiones de aquellos que quieren estar en la vanguardia no pueden dejar de tener presente a las empresas relacionadas con el metaverso.
- Desde IBM, Microsoft y Meta, hasta Nvidia, Genies, Roblox y Universal Music Group, las alternativas para invertir en el metaverso son innumerables y cada vez mayores.
Es probable que gran parte de nosotros hayamos escuchado hablar del metaverso por primera vez a finales del año pasado, cuando Mark Zuckerberg presentó el nombre del conglomerado de tecnología y redes sociales que reemplazaría a Facebook: Meta Platforms Inc.
Luego de este anuncio, la palabra metaverso empezó a retumbar en los mercados financieros. Pero sabemos de qué se trata el metaverso.
No existe una definición exacta de esta palabra. No obstante, podemos definirla como una extensa red de mundos 3D y simulaciones realistas basada en la colaboración y participación de los usuarios.
El metaverso es una especie de sitio virtual donde la gente puede realizar distintas actividades, que van desde trabajar hasta adquirir cosas.
El metaverso es un espacio virtual, basado en blockchain, que mezcla distintas características de las redes sociales, los videojuegos online, las realidades aumentada y virtual (AR y VR) y las monedas digitales.
Igualmente, hay que aclarar que no es únicamente una experiencia de realidad digital o economía digital, sino que se trata de una manera de conservar la identidad, los productos, las compras, el historial y la constancia de la propiedad.
Esperan que el mercado del metaverso llegue a los 784 mil millones de dólares en los próximos dos años, lo que equivale a un crecimiento anual de aproximadamente un 13 por ciento según informes de la compañía de asesoría financiera Bloomberg, que recopiló información de Newzoo, IDC, PWC, Statista y Two Circles.
Universo paralelo para invertir y hacer negocios
En su publicación The Metaverse: 101, la cofundadora de Gen Z VCs, Meagan Loyst, divide al metaverso en tres unidades distintas, la realidad aumentada, la realidad virtual y el mundo virtual.
La realidad aumentada implica información visual y sonora, además de otros datos sensoriales en un contexto de mundo real. Es una representación virtual en el mundo físico, es decir, es una especie de experiencia interactiva que se da en el mundo físico y se superpone con elementos y ambientes creados digitalmente. Un ejemplo de esto es el videojuego Pokemon GO, desarrollado por Niantic, el cual llegó a superar los 230 millones de usuarios en 2016. Los jugadores podían desplazarse en un mundo real para atrapar Pokémon que aparecían en sus dispositivos móviles en cualquier momento en cualquier sitio real.
La realidad virtual, por otro lado, es completamente virtual y potencia la realidad digital. Es posible experimentarla mediante lentes, auriculares y tecnología háptica, la cual crea una experiencia táctil a través de una fuerza, vibración o movimiento al usuario. De esta manera, es posible tocar, sentir y desplazarse en un mundo completamente virtual. Un ejemplo de VR es el juego principal de la compañía Meta (ex Facebook), Horizon Worlds, un espacio de videojuegos de construcción de mundos donde se puede ingresar utilizando los lentes Oculus, desarrollados por la misma compañía.
El mundo virtual, por otra parte, es completamente digital con representación virtual. Según la fundadora de Gen Z VCs, los videojuegos convencionales como Minecraft, donde el usuario puede crearse un avatar con vestimenta, hay una economía y una plataforma social, se pueden considerar como un metaverso. “Además de los juegos más actuales que se han convertido en metaversos donde ahora se llevan a cabo recitales virtuales, como en Fortnite, hay videojuegos y mundos que se construyen en base a la blockchain, donde es posible crear nuevos ambientes y mundos que permiten una unión entre lo digital y lo físico.
The Sandbox, marcas y NFT
El videojuego The Sandbox, por su lado, no está limitado al juego únicamente. En él, los usuarios son capaces de construir, adquirir y monetizar sus experiencias de juego, y también tiene un volumen fijo de NFT de bienes raíces, por este motivo están comenzando a participar celebridades y corporaciones además de individuos.
A principios de este año, la firma de consultoría de gestión global Boston Consulting Group inauguró una sede en The Sandbox como un sitio digital para llevar a cabo conferencias, reuniones y reclutamientos.
Al mismo tiempo, el grupo bancario HSBC anunció la adquisición de un espacio virtual en el videojuego, donde también compró un espacio la firma de consultoría PwC para relacionarse con sus clientes y comunidades.
The Sandbox cuenta con más de 12 mil usuarios con espacios virtuales, entre los cuales hay más de 160 marcas y otras 500 mil billeteras que se han registrado. De esta manera, según anunciaron desde el juego, quieren expandirse más allá de los videojuegos llegando a mercados como la moda, arquitectura, recitales y actividades virtuales, etc.
Su proyecto busca usar a su favor las características que popularizaron al metaverso en la actualidad: una de ellas es el juego, y el objetivo de “jugar para ganar” que incentiva a los participantes a quedarse en el metaverso.
Otro aspecto es la colaboración, ya que se construye un metaverso que permite una mayor colaboración entre individuos y marcas por igual.
Siguiendo esta dirección, Roblox, una de las compañías con mejor valoración del metaverso, motiva a los desarrolladores para hacer nuevos juegos en la plataforma entregándoles el 24 por ciento de las ganancias generadas en el videojuego.
Inversiones en el metaverso
También hay que tener en cuenta el aspecto de la administración corporativa. Varias compañías están comenzando a realizar inversiones en el metaverso a través de la adquisición de terrenos en The Sandbox, Decentraland y Cryptovoxels para construir oficinas virtuales y crear una cultura remota en el nuevo contexto laboral post pandemia, el remote first, es decir trabajo remoto como manera principal.
En el caso de la empresa tecnológica multinacional Microsoft, su primera apuesta por el metaverso fue junto a Mesh, una novedosa tecnología de realidad mixta que busca juntar a usuarios de distintos sitios en un mismo lugar y generar un ambiente para que sientan que se encuentran en la misma habitación.
Así, a través de animaciones 3D, la compañía intenta ofrecer experiencias holográficas, mediante las herramientas desarrolladas por el equipo de Microsoft, en las cuales los usuarios tienen la posibilidad de ingresar en reuniones virtuales, chatear, realizar colaboraciones en documentos compartidos, entre otras, sin la necesidad de estar físicamente en el mismo sitio.
Invertir en la Web 3.0 y el metaverso
Como se puede ver, aunque los videojuegos impulsaron la mayoría de la adopción inicial del metaverso actualmente, son solamente el primer caso de utilización del metaverso.
Esperan que este crezca y se convierta en un reflejo digital del mundo real, incluyendo todos los aspectos de la vida y gran parte de las industrias que existen, aún algunas que no han sido creadas: sectores como el financiero, médico, deportivo, musical, videojuegos, bienes raíces, entre otros.
Si esto ocurre, será una economía multimillonaria que va a abarcar el mundo virtual y real, dando la posibilidad a sus usuarios de vivir, trabajar, comprar, jugar, y realizar todo tipo de actividades del mundo real en un entorno virtual.
Por ejemplo, es posible que se pueda probar un auto antes de realizar la compra o probarse ropa en un vestidor virtual.
Por qué se llama metaverso
La palabra “metaverso” fue creada por Neil Stevenson en su novela de ciencia ficción Snow Crash (1992), cuando desarrolló un mundo virtual llamado metaverso, en el cual los usuarios podían interactuar con animaciones digitales de ellos mismos.
No obstante, fue en la actualidad que la palabra y la utilización de este mundo se popularizó.
Esto puede ser atribuido a una combinación de factores, como ocurre generalmente con las innovaciones.
- Uno es la pandemia, que provocó un encierro y obligó a la gente a realizar sus actividades cotidianas desde su hogar, como trabajar, realizar las compras y tener una consulta médica.
- Otro factor es la tecnología, como la realidad virtual, las consolas de videojuegos y los smartphones. La infraestructura, como el blockchain y 5G, también tuvo influencia.
- Por último, la adopción creciente de la creación colaborativa de contenido y de softwares de código abierto destinado al desarrollo colaborativo en ambientes de desarrolladores.
De esta manera, es posible decir que estamos presenciando el comienzo de la web 3.0, en la cual los mundos virtuales son ambientes abiertos y descentralizados con base en el blockchain.
Esto último es fundamental, porque el blockchain es una serie de tecnologías que posibilitan llevar un registro seguro, descentralizado, sincronizado y repartido de las operaciones virtuales, sin que sea necesaria la intervención de un tercero.
Al estar basados en el blockchain, las ideas y productos de un mundo virtual tienen la posibilidad de ser de código abierto y que se monetizan independientemente por una comunidad de desarrolladores, usuarios y otros integrantes de este sector.
De este modo, los mundos virtuales pueden convertirse en economías autónomas, en las cuales los controladores de la creación y extracción de valor son los propios usuarios y no la plataforma.
El gobierno, así, es suyo y distribuido, constituido en el código de la plataforma subyacente, generalmente dispuesta como una Organización Autónoma Descentralizada.
Oportunidades de inversión y sus riesgos
El metaverso brindara la posibilidad a los usuarios de crear su contenido y distribuirlo sin restricciones en un mundo virtual con una fácil accesibilidad.
Así, los expertos auguran el nacimiento de numerosos multiuniversos, que gracias a la tecnología blockchain las transacciones e identidades, serán seguras sin estar supervisadas por un gobierno, corporación u otra entidad reguladora.
Estiman que el metaverso provocará una gran evolución de internet al brindar una experiencia inmersiva a los usuarios.
Es decir que añade el contexto 3D faltante cuando tenemos interacciones en las redes o realizamos compras online.
El potencial de este mundo será alcanzado mediante la interoperabilidad.
Según expresó el analista del grupo financiero Pictet Asset Management, Lorenzo Coletti, en una conferencia a principios de este año, “es el objetivo que tenemos para el futuro. Que a través de mi avatar tenga la posibilidad de interactuar con usuarios de otro mundo. Meta debería negociar con Alibaba o Tencent si estos presentan su mundo virtual para que las compañías que se encuentran en el mundo de Facebook, el cual por ahora está cerrado, puedan hacer operaciones con otros. Es decir que sea posible pasar de un mundo a otro con mayor facilidad”.
Opciones: invertir la Disney del metaverso
La mirada de la interoperabilidad es promocionada por los que buscan un metaverso abierto. La compañía estadounidense de tecnología de avatares Genies, que trabaja junto a personalidades famosas como Justin Bieber y Rihanna, busca crear un avatar universal para los famosos, y eventualmente para los usuarios comunes aunque actualmente la versión beta está cerrada, que pueda ser utilizado en un metaverso abierto.
Gracias a su éxito en el desarrollo de avatares, la compañía es llamada la “Disney descentralizada del metaverso”.
A finales del año pasado firmó un acuerdo con Universal Music Group y hace unos meses con Warner Music Group con el objetivo de desarrollar avatares con accesorios digitales para las celebridades, que tendrán la posibilidad de interaccionar con los fanáticos dentro del mundo virtual.
El riesgo de perder la descentralización
No obstante, con las principales compañías de tecnología creciendo en sector de software e infraestructura, como Meta y Amazon, se espera que el metaverso se vea amenazado por la posibilidad de convertirse en un ecosistema centralizado, contrariamente a su visión y esencia.
Algo parecido ocurrió con las criptomonedas, donde un reducido grupo de personas tiene la mayoría de las monedas digitales, como BTC.
La directora ejecutiva de la compañía de marketing empresarial blockchain Vox Consulting, Olga Vorobyeva, explica esta situación con dos ejemplos. Según informes de Ethernodes, cerca del 70 por ciento de los nodos de ETH son ejecutados en servicios alojados o en la nube de proveedores. El 24 por ciento de la red ETH está en un único proveedor, el cual es Amazon Web Services.
Supongamos que la compañía toma la decisión de lanzar su moneda digital en blockchain prohibiendo a la criptodivisa de Ethereum en Amazon Web Services.
Por otro lado, en el conglomerado Meta Platforms, Facebook, Instagram y Whatsapp están recopilando datos de sus usuarios permanentemente y con esos datos personales dirigen las publicidades a los usuarios.
El valor en bolsa de Meta es de 935.000 millones de dólares a finales del año pasado, con 2.900 millones de usuarios activos al mes.
En el año de la pandemia, la publicidad representó casi el 99 por ciento del total de los ingresos de la empresa. “¿Alguien piensa que la compañía actuará de forma distinta en un futuro próximo, adoptando el nuevo enfoque del metaverso? ¿O continuará generando ganancias y poder utilizando la nueva información personal como estado de ánimo, movimientos físicos y hasta enfermedades potenciales o predominantes?”, cierra Vorobyeva.
Igualmente, el metaverso ha llegado para quedarse y parece prometedor. Aún es muy pronto, pero es necesario avanzar más en tecnología antes de llegar a un punto en el que se pueda trabajar, jugar y hasta vivir en un metaverso durante un tiempo prolongado.
No obstante, ya hay distintas maneras para comenzar a realizar inversiones en la próxima generación de creadores y compañías que desarrollan nuestro futuro digital.
Invertir en compañías del metaverso es posible
Más allá de lo incipiente del metaverso, lo cierto es que ya se puede invertir en el sector. Por ejemplo, en infraestructura, en softwares relacionados a la creación de videojuegos y a plataformas educativas y laborales remotas, o en aquel que pueda crear NFT junto a elementos del mundo real.
También hardware vinculado al metaverso, como lentes y auriculares, cuyo mercado crece entre un 40 o 50 por ciento anual en cuanto a ventas.
También en la nube: los activos con base en la cadena de bloques que permiten un metaverso abierto y la interoperabilidad, entre otros.
Un mundo virtual es un mundo con un mayor almacenamiento y procesamiento de datos con servicios de infraestructura en la nube. Por esto, lograr una buena ubicación de carteras entre compañías financieras con una amplia cuota de mercado en Estados Unidos puede ser más que interesante para invertir: Amazon, Microsoft, Google e IBM, son las más evidentes.
También se puede invertir en Roblox y Nvidia.
La compañía especializada en el desarrollo de unidades de procesamiento gráfico Nvidia está en carrera para encabezar el mercado del metaverso.
Desarrolló su propio metaverso llamado Omniverse: una plataforma extensible, precisa y realista dirigida al diseño tridimensional y la simulación escalable de distintas unidades de procesamiento gráfico.
Según dicen desde Nvidia, quieren llegar a una simulación y creación de “gemelos virtuales” en su metaverso para lograr que compañías como BMW, Ericsson y Siemens Energy puedan desarrollar réplicas digitales idénticas a los objetos, procesos o entornos para utilizarlas como un ámbito de pruebas para el mundo real, sin fallar cuando sea el momento de implementarlos.
Esto se añade a la solidez ya existente de la compañía en el mercado de semiconductores, algo que la destaca como una buena oportunidad para realizar inversiones en los dos mercados, tanto en el de chips como en el del metaverso.