La empresa francesa Renault ha informado hace unos días que la imputaron en Francia por un supuesto fraude en lo relacionado a los aparatos que se ocupan de controlar las emisiones contaminantes en sus automóviles más antiguos propulsados por combustible diésel.
Es así que la fabricante de vehículos tendrá que pagar una fianza de unos 21 millones de euros. De ese total, unos 19 millones de euros deberán quedar a disposición del fisco francés en caso de que sea necesario un pago por multas y daños.
Además, la compañía del rombo tiene que ofrecer una garantía bancaria por una suma de más de 59 millones de euros con el objetivo de encarar una eventual indemnización.
Investigan a Renault
La investigación a Renault comenzó en el primer trimestre del año 2017. Lo que buscaba era precisar si había un engaño en los instrumentos que tienen el objetivo de regular las emisiones contaminantes de los vehículos de esta compañía.
Se buscaba saber si estaban programados de tal manera que se ocultara el volumen de contaminación que en realidad emitía el coche.
Todo esto, en un estado normal de conducción del vehículo.
El grupo francés se ha defendido estableciendo su presunta inocencia y desmintiendo lo dicho por la Justicia francesa. Aclaró que no cometieron “ni la más mínima infracción”.
Es así, que en un comunicado de esta semana, destacó que los automóviles que fabrican no se encuentran equipados con dichos “programas fraudes” y resaltó que siempre la marca ha respetado la legislación dispuesta en Francia y en toda Europa.
Además, Renault justificó sus dichos sentenciando que cada vehículo que produce la marca ha estado homologado acatando la ley y las reglamentaciones en vigencia.
El probable fraude se encuentra con el agravante de la peligrosidad que poseen estos motores diésel, objeto de las investigaciones para determinar si esas emisiones son perjudiciales para la salud de las personas y de los animales.
Renault y la justicia francesa
Cuando comenzó la investigación hace unos años, la empresa automovilística dijo que es otra diferente de la que se le ha abierto a su competencia alemana Volkswagen luego de trucar emisiones contaminantes de los motores diesel.
El Servicio Nacional del organismo antifraude había comenzado una investigación judicial a la gigante francesa que luego dio pie para empezar este procedimiento.
Durante los últimos meses del 2015, dichos servicios examinaron muchas de las sedes que tiene Renault con el objetivo de comprobar si esta marca estaba utilizando, al igual que VW, dispositivos que dan falsas informaciones engañando así los niveles contaminantes de sus automóviles.
Estas investigaciones se llevaron a cabo luego de los resultados que se obtuvieron en las pruebas que la comisión oficial, creada en septiembre de 2015 y ejecutada por el Ministerio de Ecología francés, realizó a varios de los modelos de la empresa.
Todo esto, en el contexto del escándalo Volkswagen.
Segolene Royal, la ministra de Ecología de la comisión técnica que creó ella misma en ese momento, llegó a la conclusión de que las dosis de óxidos de nitrógeno cuando se conduce el coche en condiciones normales, eran demasiado superiores a las que se obtuvieron en la homologación de los laboratorios, particularmente tratándose de las versiones diesel de la Captur y del Espace.
El drama de VW
El llamado “diesel gate” fue un gran problema para Volkswagen. Basta decir que le costó no menos de 36.000 millones de dólares sólo en pagos a los organismos reguladores de todo el mundo.
Además, el problema está lejos de terminar, porque los reclamos legales continuaron hasta llegar a récords nunca vistos en Alemania cuando más de 380 mil los propietarios de automóviles se inscribieron en una demanda colectiva que no tuvo precedentes.
A los directivos, además, se los acusó de tener conocimiento de los dispositivos que se estaban instalando en los coches incluso antes de que surgiera el escándalo, y de no estar cumpliendo con las obligaciones legales de dar información a los mercados de capitales de manera inmediata.
A todo esto hay que sumarle que las acciones del Volkswagen cayeron en más del 35 por ciento luego de que surgió el problema.