- Las preocupaciones han aumentado entre las autoridades del Reino Unido debido a múltiples problemas que causan los altos precios.
- La inflación en el país se encuentra en un alto histórico de 30 años y roza el 9%. Algunos analistas creen que para diciembre podría superar cómodamente el 10%.
- Casi el 90% de los ciudadanos manifiestan profundas preocupaciones sobre la capacidad que tendrán de comprar alimentos durante los próximos 6 meses.
Una reciente encuesta realizada por Sky News arrojó que la inmensa mayoría de las personas en el Reino Unido están preocupadas por la inflación. El miedo alcanza considerables niveles, puesto que buena parte de la población estaría enfrentando problemas de seguridad alimentaria.
El miedo de las personas habría subido aceleradamente luego de las declaraciones del gobernador del banco central. En su participación ante el Comité del Tesoro de la Cámara de los Comunes, Andrew Bailey dijo que el panorama de precios de alimentos era “apocalíptico” para los consumidores.
Las declaraciones del funcionario han sido duramente reprimidas por otros ministros y colegas gubernamentales, quienes acusan a Bailey de generar pánico. Sin embargo, los números relacionados con los precios ya venían jugando su parte independientemente de las palabras del jefe del Banco de Inglaterra.
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El destino de la seguridad alimentaria en Inglaterra
De acuerdo con la citada encuesta, los ciudadanos ingleses no solo están preocupados por el futuro de la seguridad alimentaria. Además, están tomando medidas que podrían calificarse de inéditas en las últimas décadas, como saltarse alimentos.
El costo de la vida, desde comprar alimentos o pagar servicios básicos como electricidad, lucen como un reto para las personas. Para las capas sociales de bajos recursos, el miedo es mayor aún. En ese grupo predominan aquellos que han optado por dejar de desayunar o cenar, según los resultados de la citada encuesta.
De igual modo, un importante porcentaje de personas estaría cambiando sus dietas y sustituyendo productos con otros de marcas económicas. Con estas medidas, los hogares hacen los ajustes necesarios para cumplir con todos los gastos familiares. La encuesta se basó en entrevistas a 2.000 personas. De ellas, el 89% manifiesta estar preocupada por los precios para los próximos meses.
Es de tener en consideración que este sentimiento generalizado está contemplado en el 9% del índice de precios al consumidor (IPC). No obstante, algunos analistas creen que la inflación podría mantenerse sólida por encima de 10% para diciembre. Esto generaría un serio riesgo para la seguridad alimentaria de millones de personas de ese país europeo.
Preocupaciones por la seguridad alimentaria personal
De la misma manera, el 80% de los consultados temen por sus circunstancias personales durante los próximos seis meses. Aunque el problema de la inflación no discrimina locaciones en el país, son las personas de bajos recursos las que llevan la peor parte. Como ya se dijo, son estos sectores los que han comenzado a aplicar medidas de recortes.
En consecuencia, más de la mitad de las personas que ganan $25.000 dólares se ubican a sí mismos en el grupo de los “muy preocupados”. Como es de suponer, las preocupaciones tienen que ver con los retos que supone llegar a fin de mes bajo las actuales circunstancias en el país. Entre aquellos que ganan $60.000 o más, la tasa de los “muy preocupados” es de 2 de cada 5.
De ese modo, la incertidumbre vinculada con la seguridad alimentaria afecta a todas las capas sociales en grados ligeramente distintos. Por otro lado, consultada en el portal de CNBC, una empresa de cáterin afirmó que las escuelas están tomando decisiones difíciles en cuanto al menú de los comedores. Esas instituciones enfrentan el dilema de decidir entre reducir el tamaño de las comidas o emplear ingredientes de menor calidad.
En un reciente trabajo de The Guardian, se relatan algunos casos como el de la escuela Southwark. Las autoridades afirman que el número de niños que asisten al comedor para los desayunos ha aumentado de 8 a 22 diarios. Esto supone que las familias buscan reducir la carga en algunas instituciones que, al mismo tiempo, también enfrentan el mismo problema relacionado con los altos precios de los alimentos.
La crisis lleva a muchas familias al borde del desespero
Las ya mencionadas capas sociales de bajos ingresos se encontrarían en serios problemas para cubrir sus pagos de facturas o cubrir deudas. En el mismo trabajo, las autoridades consultadas dicen que el número de recomendaciones a empresas de caridad de deudas va en aumento. De igual modo, la escuela estaría haciendo pagos discrecionales “para ayudar a las familias que ya no son capaces de pagar por gas, electricidad o pañales”.
“Para muchos de nuestros niños la única comida diaria decente es la que toman en la escuela y queremos que eso continúe”, expresó un representante. Las empresas de cáterin nombran algunos ejemplos particulares que evidencian la realidad de los precios. Así, entre abril y mayo el costo del paquete de 5 kilos de pollo subió de £19.96 a £28.53 libras esterlinas.
Otros productos básicos para la seguridad alimentaria, como el atún, se incrementaron de £6.99 a £8.07 el paquete de 1.7 kilogramos. La misma historia se repite con los huevos o el arroz. Se teme que si el Estado no aumenta el gasto social, muchas instituciones escolares podrían caer en un déficit poniendo en peligro el sustento de miles de niños.
Otro grupo de escuelas están pensando en incrementar el costo de los comedores para aquellos que pagan. No obstante, esto contribuiría a aumentar considerablemente el peso de los gastos sobre las familias, las cuales ya tienen presupuestos muy apretados.
Un “panorama apocalíptico” para la seguridad alimentaria
Precisamente, esa fue la situación a la que hizo referencia el gobernador del banco central cuando habló de un “panorama apocalíptico”. En su intervención, dijo que la escasez y los altos precios de los alimentos se convertirían en un inconveniente mayor para los consumidores. Expresó que estos problemas son resultado de la guerra en Ucrania y de los atascos en la cadena de suministro relacionados con el coronavirus en China.
“Según el gobernador del Banco de Inglaterra, el problema de los alimentos está vinculado principalmente con factores externos y no con las políticas de las autoridades financieras”
“Hay una gran cantidad de incertidumbres alrededor de esta situación”, subrayó el funcionario ante sus colegas gubernamentales. Asimismo, reconoció que sus palabras podrían ser asumidas como pesimistas o incluso alarmistas, pero agregó que todas se ajustaban a una realidad existente. “Perdón por ser apocalíptico por un momento, pero esto es una gran preocupación”, remarcó Bailey.
Paralelamente, el funcionario destacó que la seguridad alimentaria de los ciudadanos está amenazada principalmente por factores externos. Aseveró que la guerra en Ucrania y la política de cero tolerancias de China tendrían peores efectos que cualquier subida de tasas de interés. El banco central inglés ha realizado cuatro subidas de tipos de interés de manera consecutiva desde el mes de diciembre.
Esto último ha llevado a algunos políticos a reprocharle que el banco se apresuró a aplicar esas medidas. Sin embargo, Bailey desestimó esas acusaciones y subrayó que el banco está actuando de manera sincronizada con el ambiente político interno. El problema, a su juicio, tiene que ver con factores que vienen desde afuera y no con políticas monetarias y económicas locales.
Los alarmistas pronósticos de la inflación
De la misma manera que en la mayoría de los países, en Inglaterra la subida de los precios está en límites no deseados. Durante el mes de abril, la inflación alcanzó el 9%, lo que representa el incremento más alto de los últimos 30 años. Esto ha hecho que el número de problemas se multiplique para los ciudadanos y lo peor no habría pasado, según importantes analistas del país.
Tal es el caso del minorista Marks & Spencer. Esta firma aseguró el pasado martes que la inflación en el Reino Unido podría alcanzar la espeluznante cifra de 10% para finales de año. Con ello, los precios estarían cada vez más lejos del objetivo de 2% del banco central. “No sería sorprendente ver que la inflación del precio de los alimentos llegara entre el 8% y 10%”, expresó Archie Norman, consultado en la BBC.
De cumplirse las previsiones de esta compañía, la seguridad alimentaria en Inglaterra estaría más comprometida de lo que está ahora. Norman dijo que se han tomado medidas positivas, pero aún queda mucho camino por delante en lo que tienen que ver con los problemas que enfrentan los consumidores británicos.
Aunque comprende la gravedad de los problemas que enfrenta en país como un todo, resaltó que hablar de “panorama apocalíptico” es desproporcionado. “No usaría esa palabra, ciertamente no para nuestros clientes”, comentó.
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La guerra en cámara lenta
La guerra en Ucrania parece tener uno de los mayores efectos debido a que, tanto ese país como Rusia, se cuentan entre los principales proveedores. Por ejemplo, Rusia es el principal exportador de trigo y otros rubros en los que Ucrania le sigue muy de cerca. Entre los dos países representan el 29% de las exportaciones mundiales de trigo. Las operaciones militares han paralizado todos los sectores vitales ucranianos, entre los que se destaca el de exportaciones.
Simultáneamente, las sanciones contra Rusia están sacando del mercado una gigantesca variedad de productos agrícolas ofrecida por ese país al mundo.
La lentitud del conflicto lo ha convertido en una especie de “muerte lenta”, no solo para Ucrania y su economía, sino también para Europa. No está claro si Rusia está alargando la guerra deliberadamente para aumentar la presión sobre Europa o si realmente Ucrania se constituye en un rival a su altura. Lo que parece estar fuera de discusión es que, cada semana que pasa, más cerca se ve venir una crisis para la seguridad alimentaria.
Pocos días después de iniciar sus operaciones bélicas, el ejército de Rusia estaba a las puertas de Kiev. Luego decidió retirarse, mientras el uso de su aviación fue limitado, lo mismo que sus drones y misiles. Tal situación parece indicar que Moscú está perfectamente al tanto de lo vulnerable que es Europa y está jugando al desgaste.
En el otro extremo, tanto la UE como el Reino Unido y Estados Unidos se mantienen enviando armas a Ucrania, lo que contribuye a alargar el conflicto. En el bando ruso, las sanciones se han convertido en un golpe grave, pero las autoridades parecen estar medianamente preparadas para cambiar el destino de sus exportaciones hacia países como China e India.
La India prohíbe las exportaciones de trigo en el peor de los momentos
La salida del juego de Rusia y Ucrania en cuanto al comercio de trigo convirtió a la India en la principal esperanza. Las autoridades de ese país se habían mostrado dispuestas a “alimentar al mundo” para evitar problemas globales relacionados con la escasez de alimentos. Pero todo cambió la semana pasada con un inesperado giro de política por parte de Nueva Delhi.
“Un importante grupo de países también ha tomado medidas de prohibición o limitación en la exportación de alimentos. Entre ellos figuran India, Argentina, Indonesia, Egipto y Argelia”
El pasado viernes, las autoridades anunciaron una inmediata suspensión de las exportaciones de trigo. La medida se habría tomado para evitar una crisis por desabastecimiento en el mercado interno debido a una aguda sequía que afectó los cultivos. Al mismo tiempo, el país sufre una inflación cercana al 8%, lo que obligó a las autoridades a tomar una decisión.
De ese modo, las esperanzas de garantizar la seguridad alimentaria para millones de personas parecen desvanecerse. Por parte de la UE, el bloque está volteando nuevamente hacia EE.UU., lo que supondrían pagar montos muy elevados por el trigo y decenas de otros productos. A la gravedad de la situación descrita, las medidas contra las exportaciones de trigo se propagan entre el resto de los países productores.
En un trabajo de CNBC, se conoció que un creciente número de naciones estaría prohibiendo o limitando las exportaciones de alimentos. Entre estas se destaca Indonesia, Argentina, Argelia, Egipto y Turquía, entre muchos otros. Entre los rubros sometidos a medidas especiales se cuenta el trigo, la harina de soja, azúcar, maíz, aceite vegetal, papas y cebollas, los cuales complementan una lista mayor.
El precio de los alimentos subió un 30%
El panorama general del problema alimentario global, se refleja en el incremento de los precios de los productos más esenciales. Las Naciones Unidas (ONU) alertaron que los precios combinados de los alimentos subieron en un 30% en comparación con el mismo período del año anterior.
Según este organismo, el mundo podría enfrentarse pronto a una aguda crisis alimentaria si Ucrania no vuelve a los niveles de preguerra. El conflicto con Rusia y su prolongación han cortado de manera dramática los envíos de alimentos desde Ucrania a otras partes del mundo. Es de tener en cuenta que no solo se trata de las exportaciones, sino de la producción de los mismos.
El conflicto, puntualiza Antonio Guterres, secretario general de la ONU, tendría los peores efectos en los países más pobres. La seguridad alimentaria de personas vulnerables de distintas regiones estaría seriamente comprometida si Kiev es incapaz de reactivar su comercio.
“Ahora hay suficiente comida en nuestro mundo si actuamos unidos. Pero, a menos que resolvamos estos problemas hoy, estaremos enfrentando el espectro de una escasez mundial de alimentos en los próximos meses”, dijo Guterres el pasado miércoles desde Nueva York, citado por la agencia de noticias BBC.
Rusia dice que la culpa es de Occidente
Aunque Occidente culpa a Rusia de la crisis alimentaria, el país euroasiático se defiende cargando la responsabilidad sobre Europa y EE.UU. Estos últimos acusan a Moscú de haber lanzado una “invasión injustificada” contra Ucrania. Mientras tanto, el Kremlin dice que la OTAN pudo haber evitado la situación al mantenerse lejos de sus fronteras y no “amenazar su seguridad nacional” y respetando la neutralidad de Ucrania.
Más allá de los intercambios de acusaciones, la guerra está causando un problema real que es independiente de cualquier argumento. Unos 15.7 millones de personas estarían enfrentando serios riesgos alimentarios como consecuencia de la guerra, alerta la FAO.
El problema de la crisis de seguridad alimentaria es de proporciones tan grandes que incluso naciones avanzadas como Reino Unido están en aprietos. Es de esperarse que en países menos desarrollados o con un sistema económico menos robusto, los problemas sean mayores.
No se debe perder de vista que el mercado de alimentos tiene múltiples obstáculos por delante. No solo se trata de la guerra en Ucrania y el rebrote del Covid-19 en China. También se presentan otros contratiempos como el cambio climático, el cual está provocando sequías o precipitaciones en todo el mundo, las cuales tienden a destruir gran parte de las cosechas.