La vulnerabilidad económica es uno de los principales rasgos de la desigualdad entre hombres y mujeres. Así lo asegura el último informe “Análisis de las necesidades sociales de mujeres y hombres”, elaborado por la Fundación La Caixa. El informe, publicado esta semana, analiza las necesidades sociales de mujeres y hombres y las desigualdades existentes entre hombres y mujeres a través de cinco dimensiones: el bienestar económico y material, el empleo, el acceso a una vivienda digna, la educación y el estado de salud. Y los datos demuestran de forma paliativa la existencia de desigualdad entre mujeres y hombres en los cinco ámbitos.
Los datos, obtenidos antes de la llegada de la Covid-19, demuestran que las mujeres sufren mayor vulnerabilidad económica que los hombres, sobre todo las personas mayores de 65 años. Según el informe el 33,2% de las mujeres mayores de 25 años cuentan con ingresos propios nulos o inferiores al Indicador Público de Rentas de Efectos Múltiples (IPREM). Por el contrario, el porcentaje de hombres sin ingresos propios es del 14,2%. Esta brecha entre mujeres y hombres, que más que duplica los datos en el caso femenino demuestra, según el informe una falta de autonomía mucho más acentuada en el caso de las mujeres. El informe concluye que la falta de autonomía es mayor en el caso de las mujeres, independientemente de la franja de edad considerada.
Por su parte, el porcentaje de mujeres con vulnerabilidad económica se sitúa en el 33,9%, mientras que en el caso de los hombres suponen el 31,9% del total. El informe de la Fundación La Caixa establece dicha vulnerabilidad en el número de personas que viven en hogares con ingresos inferiores al 75% del ingreso mediano.
Las mujeres cobran menos, a pesar de estar más preparadas
El informe de la Fundación la Caixa también concluye que la retribución económica de las mujeres es inferior al de los hombres. Los datos muestran que el porcentaje de mujeres con salarios bajos -por debajo de 2/3 del salario mediano- es el doble y hasta casi el triple que el de los hombres a lo largo del período analizado. Sin embargo, el informe demuestra que la diferencia salarial entre hombres y mujeres no se debe a una mayor preparación por parte del género masculino. Es más, el informe asegura que el abandono escolar temprano es mucho mayor entre hombres que entre mujeres. Así, el 22,1% de hombres de entre 18 y 24 años en España han abandonado sus estudios de forma temprana. En cambio, en el caso de las mujeres este porcentaje baja hasta el 14,4%.
Esta desigualdad de género entre retribución salarial y formación también es confirmada por la Fundación Conocimiento y Desarrollo (CYD). Según los datos de la fundación, en el curso académico 2016-2017, el 55% de estudiantes eran mujeres, por el 45% de hombres. Además, las mujeres no solo eran más, sino que rendían mejor. Así el 82% de las mujeres aprobaron los créditos a los que estaban matriculadas durante el curso, mientras que en el caso de los hombres solo lo consiguió el 72%. La Fundación CYD concluye que en el mercado laboral español existen 4.578.400 mujeres con estudios superiores, por 4.233.800 hombres.
La desigualdad entre hombres y mujeres también afecta a la salud
Pero el informe de la Fundación La Caixa no solo analiza la desigualdad socioeconómica entre hombres y mujeres en España, sino que también analiza datos sobre la calidad de vida de hombres y mujeres. Y, en este sentido, muestra cómo la precariedad femenina también tiene efectos en la salud de las mujeres. En concreto, el informe demuestra que hay un mayor número de mujeres con patologías mentales, en comparación con los hombres. Así, el 12,3% de mujeres han sufrido depresión, ansiedad u otras afectaciones mentales parecidas en los últimos meses. Un porcentaje que en el caso de los hombres es del 6,7%.
El informe constata que uno de los diez problemas de salud más frecuentes en la población son las afectaciones de salud mental como la depresión u otros problemas mentales como la ansiedad crónica. En este sentido, el impacto de dichas patologías en las mujeres es prácticamente el doble que el de los hombres. El informe también concluye que las afectaciones en la salud mental aumentan con la edad, tanto en hombres como en mujeres. Sin embargo, se observa una excepción en el caso de los hombres de entre 65 y 74 años, cuya prevalencia de salud mental es incluso menor que la de los hombres adultos de entre 45 y 64 años.
El riesgo de pobreza se multiplica en hogares monoparentales encabezados por mujeres
Y otra muestra de la divergencia socioeconómica entre hombres y mujeres lo muestra la tabla de análisis de las necesidades sociales de los hogares monoparentales según género elaborado en el informe. Así, los datos reflejan que el 28,6% de los hogares monoparentales encabezados por hombres cuentan con riesgo de pobreza monetaria. En cambio, si lo encabeza una mujer el porcentaje se eleva hasta el 45%. Lo mismo pasa con la vulnerabilidad económica. Un 40,5% de hogares monoparentales con hombres son vulnerables, por el 57,1% en el caso de las mujeres.
Una situación que se replica en toda Europa
Sin embargo, la diferencias socioeconómicas y de calidad de vida entre hombres y mujeres no se producen únicamente en España. Según el informe de la Fundación La Caixa, las diferencias entre hombres y mujeres que viven en hogares en situación de vulnerabilidad económica son muy similares en todos los hogares europeos. El porcentaje de mujeres que viven en hogares en situación de vulnerabilidad económica es siempre mayor que el de los hombres.
El informe concluye que tanto en España como en Europa el porcentaje de mujeres con salarios por debajo del umbral relativo es mayor que el de hombres, si bien la brecha salarial de género es mucho mayor en España, donde el porcentaje de mujeres con salarios bajos duplica el de hombres, que en el conjunto de Europa.
Las políticas públicas, incapaces de revertir la situación
El Informe de la Fundación La Caixa también recoge los datos del Report on equality between women and men in the EU de 2018. Y los datos reflejan que en los últimos años ha seguido aumentando el número de mujeres económicamente activas. En 2018 la tasa de empleo de las mujeres en la Unión Europea alcanzó el nivel más alto registrado (67,4%).
Sin embargo, España todavía se encuentra entre los países con una tasa de empleo femenino más baja. Incluso por detrás de países como Grecia, Italia, Croacia y Rumania. En cambio, el informe sí identifica mejoras en el equilibrio de género en la política y los puestos directivos, a pesar de encontrarse todavía lejos de la igualdad. El informe, pues, muestra luces y sombras sobre la eficiencia de las políticas públicas para romper la brecha de género.