Los estrategas de Morgan Stanley, sostienen que la Reserva Federal de los Estados Unidos mantendrá una política agresiva con respecto a las tasas de interés. Piensan que todavía es temprano para un cambio de dirección con respecto a los tipos de interés.
A pesar de las amenazas de una posible recesión como consecuencia justamente del cambio de política para tratar de combatir las fuentes de la inflación desbordada. En consecuencia, creen que las acciones todavía podrían seguir cayendo antes de tocar fondo.
Mientras que los expertos de JPMorgan Chase & Co. afirman que las previsiones sobre un techo para la inflación conducirá a un cambio radical de política de la Fed con lo cual las acciones tendrán una mejoría de imagen hacia el segundo semestre.
Pero mientras la inflación se mantenga en niveles tan elevados, el banco central de los EE. UU. mantendrá los tipos de interés altos durante más tiempo, señaló Michael J. Wilson, estratega jefe de acciones de EE. UU. y director de inversiones de Morgan Stanley.
Wilson escribió en una nota que en los últimos cuatro ciclos la Fed ha flexibilizado su política monetaria, previo a una contracción económica. Esto se tradujo en una señal alcista para las acciones. Pero, debido a que los altos niveles de inflación no ceden, el organismo seguramente tendrá que seguir endureciendo su estrategia cuando se desate una recesión.
Expresó que los mercados bursátiles “pueden estar tratando de adelantarse a la eventual pausa de la Fed que siempre es una señal alcista”. Aunque advirtió que “el problema esta vez es que es probable que la pausa llegue demasiado tarde”.
¿Nuevos picos para la inflación y el dólar?
El director de Estrategia de Renta Variable Global y Europea en JP Morgan, Mislav Matejka, dijo por su parte que debido a los desafíos económicos actuales y la debilidad que se observa en los mercados laborales, la Fed podría adoptar una política monetaria más equilibrada. Si lo hace, la inflación y el dólar estadounidense tendrán nuevos picos.
En cuanto al índice S&P 500, se observa un intento de recuperación en julio y podría obtener una mejor ganancia comparada con el mes de octubre del año pasado. Durante el primer semestre del año el índice sufrió una fuerte caída. Sin embargo, en la segunda mitad del año las ganancias corporativas lo han impulsado por encima de las previsiones.
Los inversionistas tienen la vista puesta sobre la reunión de la Fed esta semana. Se espera que el emisor estadounidense apruebe un nuevo aumento de las tasas en otros 75 puntos básicos, lo que mantendría los tipos de interés en niveles históricos en los últimos 40 años.
En declaraciones para Bloomberg, el economista sénior de Generali Investments, Paolo Zanghieri afirmó que, después de la reunión de la Reserva Federal, se espera que el ritmo de las subidas de los tipos de interés tiendan a disminuir en lo que resta del año.
¿Una recesión inminente?
No obstante, las preocupaciones de que la Fed haya esperado mucho para intentar el control de la inflación y evitar así una inminente recesión en la economía de los EE. UU., siguen en aumento.
Una encuesta reciente de MLIV Pulse arrojó que más del 60 % de los 1343 encuestados opinan que la probabilidad de que el banco central pueda meter en cintura la inflación sin provocar una recesión, son bajas o nulas. Consideran que la presión sobre los precios obligará al organismo a mantener las tasas altas.
Aunque la desaceleración económica va en aumento, se espera que la presión sobre las acciones bursátiles derivada de una política monetaria más rigurosa disminuya en la segunda mitad de este año. Así lo cree Sean Darby, estratega de Jefferies LLC.
“A diferencia de las palabras ‘recesión’ e ‘hiperinflación’ que han generado muchos titulares de noticias, ‘pivote’ todavía tiene que captar el mismo interés”, escribió Darby en una nota.
Agregó que “si las formas de la curva de rendimiento de EE. UU. y las curvas de futuros de la Fed son correctas, entonces el viento en contra de las subidas de tipos se desacelerará un poco a medida que el ajuste entre en la última parte del año”.
Más dolor y daños a la economía para domar la inflación
Muchos analistas coinciden en que es necesario que la Reserva Federal siga ajustando las tasas para conseguir resultados. Observan que la subida de los tipos de interés está dando los resultados esperados. El crecimiento económico se viene desacelerando y el mercado inmobiliario está cayendo.
Igualmente, las empresas de tecnología han frenado la contratación y están creciendo las solicitudes de desempleo. Aun así, muchos analistas consideran que una recesión y el aumento del desempleo, son necesarios para aliviar de manera significativa las presiones sobre los precios de los bienes y servicios.
Casi la mitad de un grupo de economistas encuestados por Bloomberg este mes, opinó que la probabilidad de que se produzca una recesión en los siguientes 12 meses, es muy alta. El mes pasado quienes así lo creían representaban solo un 30 %.
“Tenemos que frenar las cosas internamente para ayudarnos a llegar a donde queremos ir con la inflación”, advirtió Michael Gapen, economista jefe de Bank of America para EE. UU. El experto pronosticó que a partir del segundo semestre del año, se producirá una recesión leve.
Para esta semana, se prevé que el presidente de la Fed, Jerome Powell, y sus colegas aprueben otro aumento de 75 puntos básicos. Probablemente, anunciarán también que las tasas seguirán subiendo en los próximos meses. En anteriores comparecencias públicas Powell ha dicho que peor que empujar la economía a una recesión, sería no estabilizar los precios.
¿Un “aterrizaje suave”?
Sin embargo, dentro de la Fed muchos funcionarios creen que se podrá evitar una recesión mediante la ejecución de una política monetaria blanda. El argumento del “aterrizaje suave” está basado en las fortalezas subyacentes de la economía estadounidense. Ellos abrigan la esperanza de que la inflación disminuya al mismo ritmo que se aceleró.
Pero la realidad parece desmentir los buenos deseos. En mayo, la economía de EE. UU. registró una inflación superior al 2% anticipado por la Fed como objetivo. Ese mes el aumento de los precios fue del 6,3%, de acuerdo con el índice de precios del consumo personal (PCE en inglés), el preferido por el banco central.
“La posibilidad de una recesión en los próximos 12 meses ha aumentado al 38%, significativamente más alta que cero cuando ejecutamos el modelo hace un mes. El modelo ve un 100% de probabilidad de recesión en los próximos 24 meses”, dijeron las economistas Eliza Winger, Yelena Shulyatyeva y Anna Wong.
Por otra parte, el índice de precios al consumidor sigue escalando. En junio subió un 9,1% en comparación con el mismo mes del año pasado. Alrededor de tres cuartas partes de los bienes y servicios de la canasta del IPC, vieron un aumento interanual en junio superior al 4% con respecto a mayo.
“La inflación está arraigada y se está extendiendo”, apuntó Donald Kohn, exvicepresidente de la Fed y miembro sénior de la Brookings Institution.
La Reserva Federal tiene un trabajo muy complicado para salir airosa de este desafío. La presión sobre los precios no la está ejerciendo una mayor demanda -que es algo más controlable- sino de las interrupciones que ha sufrido la cadena de suministro.
Este problema que comenzó desde los inicios de la pandemia de origen chino, se vio incrementado con la invasión de Rusia a Ucrania. La otra complicación ha sido la política monetaria, que tiene impactos sobre la inflación con retrasos de entre dos y tres años, sostiene el ex vicepresidente de la Fed, Alan Blinder.
Los operadores del mercado de futuros de fondos federales esperan que la Fed suba las tasas de interés cerca del 3,5% hasta finales de 2022. Que se produzca un incremento del 1,5% actual al 1,75%, para después comenzar a recortarlas en el segundo semestre del próximo año. Esta apreciación no es compartida por el exsecretario del Tesoro, Lawrence Summers.