- A pesar de las políticas restrictivas adoptadas por los bancos centrales, la inflación sigue en niveles muy altos.
- La tentación de usar las intervenciones cambiarias para mantener la fortaleza de sus monedas y controlar los precios está latente.
América Latina está liderando los aumentos consecutivos de las tasas de interés en todo el mundo. En un intento por controlar la creciente inflación, los países más avanzados de la región están llevando al mundo a una nueva etapa de escasez de dinero.
Sin embargo, este proceso que comenzó en 2021 no muestra señales de que vaya a terminar pronto. Al contrario, los expertos consideran que todavía podría prolongarse un poco más, antes de que los bancos centrales comiencen a revertir este fenómeno derivado de la inflación pandémica.
El banco central de México anunció el jueves su 10º aumento consecutivo de los tipos de interés. Ese mismo día, el instituto emisor de Perú hacía lo propio. Con este nuevo aumento, el país suramericano ha hecho 13 aumentos desde el año pasado y faltan otros, según el pronóstico de los expertos.
El único país en la región que parece estar encaminado hacia una moderación de los precios es Brasil. Aunque los formuladores de políticas del banco central han dicho que todavía mantendrán las tasas en “territorio significativamente contractivo durante un período suficientemente prolongado”.
Inflación: una historia muy conocida en América Latina
Al igual que casi todos los bancos centrales del mundo, los de América Latina fallaron en sus objetivos y políticas antiinflacionarias. Es probable que pronto la era de los altos precios esté por finalizar por diversas señales, pero aún así se mantienen en alerta.
La región ha tenido una de las experiencias de hiperinflación más dolorosas y desastrosas de la historia. Venezuela pudo salir recientemente de este proceso que comenzó en 2016, después de que el régimen socialista de Hugo Chávez y Nicolás Maduro destruyera la economía.
Pero sigue siendo el país con mayor inflación del mundo, junto con otras economías latinoamericanas como Surinam y Argentina. Este último país actualmente está inmerso en una de sus peores crisis financieras debido a una acumulación de errores de política económica de los últimos gobiernos.
Las altas tasas de inflación en América Latina han golpeado muy duro a los sectores sociales más vulnerables. Los precios de los alimentos y los alquileres se han disparado a niveles insoportables para los pobres.
Ahora las políticas restrictivas de los bancos centrales, que intentan controlar la demanda y enfriar las economías, también los afectará duramente. De cualquier forma, los sectores pobres seguirán siendo las víctimas de los errores estatales.
La debilidad de las monedas emergentes
Las monedas latinoamericanas de los países emergentes en su mayoría han logrado mantener su fortaleza. Esto es debido a las altas tasas de interés junto con el aumento de los precios de las materias primas (petróleo, gas, cobre, cereales, etc).
Aunque en los últimos meses el peso (chileno, argentino, colombiano) ha estado tambaleándose. Los cambios políticos en Chile con la elección de los gobiernos de izquierda de Chile (Gabriel Boric) y de Colombia (Gustavo Petro) han causado preocupación en los mercados.
En Argentina la pelea entre el presidente Alberto Fernández y su vicepresidenta, Cristina Kirchner, ha creado mucha inestabilidad en el gobierno. Por otro lado, el círculo vicioso financiero: endeudamiento, quema de reservas y fuga de capitales, pareciera no tener fin.
“La resiliencia de la inflación refleja el retraso entre las alzas de tasas y su efecto en la economía” latinoamericana, afirmó la economista latinoamericana, Adriana Dupita, en declaraciones para Bloomberg.
“Esos efectos se ven frenados por otros dos factores: el adverso escenario externo, que debilita a las monedas emergentes y empuja al alza los precios de los transables”, dijo. Y agregó: “las medidas fiscales adoptadas por algunas economías latinas alimentan la misma inflación cuyos efectos pretenden paliar”.
Intervención de los bancos centrales en el mercado
A medida que las monedas locales se devalúan mientras los EE. UU. y otras economías avanzadas del mundo elevan los tipos de interés, el resultado es una mayor presión sobre los precios en los países latinoamericanos.
Ante tal panorama, los banqueros centrales no pueden aflojar su estricta política monetaria. E incluso, es una invitación para que adopten otras medidas adicionales. Tal como hizo Chile en julio que ante la macro devaluación del peso decidió intervenir en los mercados de divisas.
El anuncio de Boric de vender 25,000 millones de dólares para rescatar el peso produjo un inmediato retroceso de la divisa estadounidense. Otros países de la región como Colombia podrían también aplicar esta medida para reflotar su moneda. Argentina lo viene haciendo desde hace ya bastante tiempo con poco éxito.
¿Cuánto tiempo más permanecerán altas las tasas de interés?
“Existe la posibilidad de que muchos tengan que esperar hasta 2024 para reducir las tasas”, sostiene el jefe de economía para América Latina de Barclays Plc., Gabriel Casillas. Aunque según una encuesta de Bloomberg a varios economistas, la flexibilización de las tasas podría comenzar un poco antes.
Hasta el segundo semestre de 2023, las tasas de interés no comenzarán a bajar en el mundo, consideran los expertos. En varios países latinoamericanos, la inflación no muestra signos de haber encontrado techo.
Al contrario, recientemente en México, Chile y Colombia, ha registrado picos máximos de varias décadas. Ni hablar de Argentina, un país que ha estado permanentemente en crisis en las últimas dos décadas, donde la inflación superó el 70%.
Para mitigar esta escalada de precios, el banco central tuvo que aumentar los tipos de interés en casi 10 puntos porcentuales esta semana. Después de Europa del Este debido a la guerra de Ucrania, la región latinoamericana muestra el mayor crecimiento de precios del mundo.
En julio Brasil logró inducir una fuerte caída de los precios después de que el presidente Jair Bolsonaro aprobara un drástico recorte de los impuestos a los combustibles para aliviar el peso de la inflación sobre los votantes.
La cercanía de las elecciones presidenciales y la presión de la candidatura del expresidente Lula Da Silva, favorito en las encuestas, obligó al gobierno a tomar medidas urgentes para mejorar su popularidad y aceptación.
De no haberse tomado medidas urgentes y rápidas, probablemente la inflación habría estado hasta tres puntos porcentuales por encima, dijo el jefe de economía para América Latina de Morgan Stanley, Andre Loes.
A pesar de que todavía se prevé una inflación mayor a los objetivos del banco central, según el experto, podría comenzar a retroceder rápidamente, si se prolonga la caída en los precios de las materias primas. La presión inflacionaria cederá pero el crecimiento económico resultará seriamente afectado.
Una producción “notablemente resistente”
Hasta ahora los altos precios de los productos de exportación en los mercados internacionales han permitido a los países latinoamericanos este año tener una producción “notablemente resistente”, como la catalogan los analistas de Goldman Sachs Group Inc.
La crisis inflacionaria no ha golpeado más fuerte a los consumidores, ya que los gobiernos han podido usar estos ingresos extras en sus presupuestos para subsidiar productos de primera necesidad y reducir el impacto de los altos precios.
Bolsonaro en Brasil ha utilizado los ingresos fiscales adicionales para bajar los impuestos y elevar el gasto social, antes de las elecciones de octubre. Estas medidas le han permitido recortar la diferencia en las preferencias electorales con respecto a Lula.
Andrés Manuel López Obrador en México, ha destinado la mayor parte de las ganancias por exportaciones de crudo para financiar unos 28,000 millones de dólares en subsidios este año. El sexenio de AMLO que finaliza en 2024, mantiene niveles de aceptación pública muy altos.
En tanto que el gobierno de Chile anunció un aumento de la ayuda social. Petro en Colombia está aumentando el gasto público, metiendo la mano en los bolsillos de los empresarios y los consumidores con la elevación de los impuestos.
Es posible que estas medidas reduzcan los precios en el corto plazo. Sin embargo, al estimular la demanda de los consumidores es probable que aparezcan nuevas y más amplias presiones inflacionarias.
En el caso de Colombia, donde se discute actualmente una nueva reforma tributaria que amenaza con disparar aún más los precios y frenar las inversiones, el resultado de estas políticas podría ser otro.
Latinoamérica no podrá reducir las tasas de interés pronto
De ser así, la inflación se extendería por más tiempo en estos países, junto con la política de aumento de las tasas de interés. Por otro lado, se prevé que el crecimiento se detenga el próximo año como consecuencia de las políticas monetarias restrictivas.
Si los países más industrializados logran domar la inflación en el corto plazo y cae el precio de las materias primas, la situación será muy apremiante para las economías latinoamericanas.
La estanflación (estancamiento con altos niveles de inflación), no es una palabra desconocida para los latinoamericanos. Si los banqueros centrales y los gobiernos equivocan su rumbo, puede crearse una crisis económica peor que la actual.
Según el estratega de tasas del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria SA en Nueva York, Mario Castro, “tan pronto como la economía se desacelere, la gente presionará para obtener ese apoyo (subsidios), y es muy probable que los políticos lo cumplan”.
Explica que si el país “tiene una política fiscal más expansiva, su capacidad para reducir las tasas disminuye”.
Quemar reservas es parte del riesgo
Las monedas más fuertes de los países latinoamericanos también corren un alto riesgo. Si termina el período de altos precios de las materias primas que comenzó con la pandemia de origen chino y se detienen los aumentos de los tipos de interés de la Reserva Federal de los EE. UU. el próximo año.
Casi todas las monedas han podido mantener su valor con respecto al dólar. Chile pudo revertir la caída en picada del peso tras la elección de Boric. Las que mejor desempeño han tenido son el real de Brasil y el peso mexicano. Estas y otras pocas monedas lograron ganancias recientes, aunque cotizan por debajo de los máximos de junio.
Los países que tienen mayores reservas de efectivo acumuladas, no dudarán en intervenir en el mercado para preservar el valor de sus monedas. No pueden tampoco subir las tasas de interés a niveles peligrosos porque amenazarían más su propio crecimiento económico.
“Hemos visto depreciaciones lo suficientemente grandes, en una región que, en términos generales, ha acumulado reservas”, comentó el representante de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Daniel Titelman.
“Eso es parte del conjunto de herramientas que tienes, de la misma manera que lo hizo Chile”, dijo.