- Este miércoles, el banco central de Estados Unidos anunció un nuevo incremento de 25 puntos básicos de la tasa de fondos federales.
- El resultado fue un retroceso generalizado de los principales índices financieros del país norteamericano.
- Se espera que para la próxima reunión de mediados de junio se anuncie una pausa en la política de incrementos.
- Esa hipotética pausa no debe asumirse como una oportunidad para comprar acciones a la espera de un rally, según Hartnett.
Hace pocas horas, se conoció que la tasa de desempleo de Estados Unidos bajó una décima hasta el 3,4% durante el mes de abril. Entre las lecturas que se le puede dar a esto, se destaca la de la inflación y las medidas del banco central. El desenlace para muchos inversores podría ser negativo si colocan capitales esperando que una pausa de la Fed desencadene un repunte de las acciones.
Esto último lo sostiene un grupo de analistas del BofA encabezados por Michael Hartnett. Luego de la subida de tipos del pasado miércoles (03 de mayo) la Reserva Federal dejó abierta la posibilidad de un tiempo de espera. La especulación se centra en que el reciente incremento de tipos podría ser el último del ciclo. Así, en lo sucesivo solo restaría esperar los recortes que sucederían en algún momento de 2024.
Muchos analistas esperan que este frenazo genere un nuevo rally de las acciones. De tal modo, se produciría un efecto similar a la baja de ritmo de subidas de 75 a 25 puntos básicos de las últimas reuniones. Gracias a esa baja de intensidad, los mercados bursátiles experimentaron un fuerte ascenso en la primera parte de 2023.
Pero Harnett considera que ese no será necesariamente el caso con la posible pausa de junio. En una nota a los clientes, citada en Bloomberg, el experto advirtió sobre las consecuencias negativas de atenerse a esa hipótesis.
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¿Qué esperar de la pausa de la Fed?
Luego de la subida de 25 puntos básicos de esta semana, se espera que la Fed aplique una pausa de observación en sus políticas monetarias. De este modo, la tasa de fondos federales queda en la franja de 5%-5,25%, la mayor desde el año 2008. El banco central estadounidense dejó abierta la posibilidad para el mencionado freno durante la reunión del FOMC de mediados de junio.
El presidente de la Fed, Jerome Powell, aclaró que podrían aplicar subidas adicionales dependiendo de los datos que se presenten en el camino. Pese a ello, la inmensa mayoría de los inversores espera que no se produzcan otros incrementos del precio del dinero. En todo caso, el analista del BofA cree que bajo cualquier escenario no es recomendable un punto de entrada.
A su entender, los temores de recesión y una inflación persistentemente alta se convierten en una señal negativa para el desarrollo financiero. Para Harnett, quien acertó con su predicción sobre el éxodo de acciones en 2022, llegar a un mercado alcista requiere una política abierta de relajación por parte del banco central y una simple pausa no es suficiente.
En consecuencia, para llegar a un mercado alcista se requiere pasar primero por una recesión que lleve la inflación al objetivo del 2%. Bajo las condiciones actuales no se puede esperar que se salten algunas alcabalas para entrar en terreno de ganancias. Ahora la Fed tiene en mente doblegar el mercado laboral, que en abril agregó 253,000 nuevas nóminas.
Con semejante prospecto del empleo, la posible pausa de la Fed queda en suspenso, por lo que cobran mayor fuerza las palabras del analista. Así, las presiones de los precios y la fuerza del sector empleo impiden al banco central que contemple la posibilidad de levantar el pie del acelerador.
Las acciones en retroceso en lo que va de mayo
Durante la primera semana de mayo, las acciones perdieron un importante terreno luego de varias sacudidas. Los coletazos de la crisis en el sector bancario, que se llevó a First Republic recientemente, fueron la primera causa de incertidumbre. A esto se suman los prospectos de una inflación más resistente, una desaceleración del crecimiento económico y una duración prolongada de los altos tipos.
Los estrategas apuntan a un debilitamiento de las ganancias corporativas a pesar de los buenos resultados expresados en la temporada de ganancias del primer trimestre. Hasta ahora, el año 2023 es visto de manera positiva en comparación con el año pasado. Los números verdes del primer trimestre generan una sensación positiva entre los inversores, pero Harnett considera que esos meses pudieron ser solo un pequeño oasis.
De tal modo, “la gran historia de 2023” continúa siendo la recesión que dañaría las esperanzas de una situación favorable en los créditos, las acciones tecnológicas y al sector de construcción de viviendas. Por otro lado, generaría grandes oportunidades en los activos de aterrizaje forzoso. Entre estos se cuenta el petróleo, los bancos y las empresas de pequeña capitalización de mercado.
En medio de este contexto, esperar a que la Fed tome una pausa para hacer entradas en algunas acciones no parece la mejor recomendación. La magnitud de la tasa de fondos federales parece que tarde o temprano terminará por fracturar el mercado laboral. No obstante, si ese efecto se tarda mucho, la crisis bancaria podría agudizarse y provocar mayores pérdidas entre los prestamistas regionales.
Dentro de la Fed, los funcionarios esperan que la crisis de los prestamistas allane el camino hacia la recesión. Desde su sacudida a principios de marzo, la misma reapareció con la caída del First Republic. Según JPMorgan, con la compra de ese banco el problema habría llegado a su fin, pero no todos concuerdan con ese punto de vista.
Es más rentable comprar Bitcoin
Aunque parezca una mala recomendación, ahora invertir en Bitcoin podría ser una forma de resguardo de valor para los inversores. Históricamente, este activo digital es contemplado con horror debido a su fuerte volatilidad, pero ahora parece tener otra naturaleza. Durante la primera parte de la crisis bancaria, la criptomoneda experimentó un fuerte crecimiento.
Con los miedos nuevamente a flor de piel, el BTC marca un camino de crecimiento nuevamente hacia los $30,000 dólares por moneda. En 2022, la moneda digital pionera tuvo un comportamiento correlacionado con los activos de riesgo. No obstante, ahora su cara es más cercana a la de un activo de reserva, tal como insisten sus adeptos.
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Con eso se puede decir que la posible pausa de la Fed en su política monetaria presentaría alternativas para los inversores. Aunque no puedan invertir en acciones, sí podrían hacer en monedas digitales. No se debe perder de vista que estos activos son altamente peligrosos y colocar capital en ellos puede llevar a pérdidas totales.
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