La mayor ola de Covid-19 registrada en China desde 2020 continúa expendiéndose en ese país a pesar de las medidas extremas de contención. Según un reciente informe de Bernstein, citado en CNBC, los confinamientos que se llevan a cabo amenazan con más inflación en todo el mundo.
La firma de asesoramiento financiero expresa que la amenaza de inflación es mucho mayor que la vista en 2020. Con esto dan a entender que el IPC en todo el mundo y en Estados Unidos en particular continuará creciendo. Esto último, pese a que se esperaba que el mismo estuviera acercándose a su techo.
Este martes se conoció que la inflación en el país norteamericano alcanzó 8.5%, la más alta en 40 años. Si el problema persiste en China, ese índice podría ser mucho mayor y probablemente sentenciaría a las principales economías del mundo a la recesión.
Analistas creen que habrá más inflación
Según expresa el analista Jay Huang y el equipo que redactó el informe, la amenaza de más inflación descansa en la dependencia de mercancías chinas. Mientras el mundo luchaba contra el virus y la industria internacional entró en problemas, Pekín logró cortar a tiempo la cadena de contagios.
Eso permitió que la nación continuara trabajando y de ella dependiera gran parte de la economía mundial. A pesar de los cuellos de botella en la cadena comercial, las exportaciones de esa nación se convirtieron en una pieza crítica para la recuperación.
En ese sentido, las esperanzas en la recuperación estaban puestas en el potencial industrial y comercial de China. En medio de eso estallaron las hostilidades entre Rusia y Ucrania, lo cual vino a empeorarse con el violento estallido de infecciones por el virus.
De esa manera, las principales ciudades comerciales, los puertos y los más importantes nervios industriales están parcial o totalmente paralizados. La falta de productos tecnológicos, componentes y decenas de mercancías podrían provocar una nueva escalada global de precios, lo que se expresarían en los índices de inflación.
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Las lucha de las autoridades por contener el virus
La disciplina que permitió a la población china superar de manera exitosa la peor parte de la pandemia mundial en 2020 y 2021 parece agotarse. Según reportes, la ciudad de Shanghái, que arriba a su tercera semana de confinamiento, estaría dando señales de descontento. El portal BBC habla de supuestos choques entre los cuerpos de seguridad y ciudadanos.
Las autoridades impusieron medidas extremas, con las que se prohíbe bajo rígidas amenazas la salida de casa. Al mismo tiempo, ejecutan un régimen agresivo de test y cualquier persona que sea caso positivo para el virus, es colocado en cuarentena. Sin embargo, los analistas temen que pronto la situación se pueda salir de control debido a los 20.000 contagios diarios.
En ese contexto, es muy probable que el comercio chino siga en bajos niveles y aumentando la posibilidad de más inflación en el mundo. Las críticas a las autoridades se basan en que el número de casos serios es muy bajo, lo que haría que las medidas sean innecesarias. Pese a ello, en Pekín parecen tomarse la lucha contra el virus como un verdadero desafío.
Mientras eso ocurre, la economía interna continúa en un laberinto de peligros y envía serias alarmas al resto de los países. Las empresas internacionales apostadas dentro de ese país también se vieron obligadas a cerrar sus puertas, lo que aumenta el problema en mayor medida.
La inflación en Estados Unidos ya no estaría en su techo
El pasado martes, se publicó el informe de la Oficina de Estadísticas Laborales de EE.UU. Según sus datos, el IPC en ese país subió desde 7.9% en febrero hasta 8.5% en marzo. Aunque se trata de una subida por encima de lo esperado por Wall Street (8.4%) existía la esperanza de que las medidas de la FED pudieran controlarla en el transcurso del año.
El banco central inició el proceso de subida de las tasas de interés el mes pasado. Asimismo, anunció que los incrementos de los tipos se harían de manera escalonada durante las seis reuniones del FOMC restantes de este año. Además, no se descartaron incrementos adicionales en caso de que el índice inflacionario continuara subiendo de manera amenazante.
Con el problema descrito en China más el desequilibrio en el mercado de hidrocarburos, las autoridades temen que la inflación no pueda ser controlada. En ese caso, se podrían esperar subidas más agudas de las tasas de interés. No obstante, esto acarrea un grave problema vinculado con el empleo, el comercio e incluso con importantes sectores industriales.
Dicho de otra manera, el incremento de los tipos de interés podría llevar a la principal economía mundial a la recesión. Recientemente, las primeras señales fueron dadas con la inversión de la curva de rendimiento de los bonos de 2 y 10 años. Históricamente, se trata de una señal clara de que una situación de recesión está en camino.
Exportación de la inflación
Los analistas de Bernstein afirman que la dependencia internacional del comercio generado desde China está en su máximo apogeo. La participación de China en las exportaciones internacionales habría crecido en más de 15.4% solamente en 2021. El reporte asegura que se trata de la mayor crecida en su participación desde el año 2012.
“Habría una mayor exportación de inflación, especialmente a los grandes socios comerciales de China”
El crecimiento de tal participación estaría sujeto a que durante los dos años anteriores, el país no habría tenido problemas con el virus. Tras la primera oleada de contagios, el lapso de control fue de pocas semanas, mientras que en el resto del mundo se alargó hasta finales de 2021 cuando se produjo la relajación de las medidas. Pero esa situación se hizo inversa hace algunas semanas con los nuevos brotes de contagios.
En consecuencia, la ausencia del principal proveedor de productos, se traduce en más inflación, según el informe. “Creemos que el impacto macro de los bloqueos en China podría ser bastante alto y algo que el mercado no estaba valorando hasta el momento”, subrayan los analistas de Bernstein.
Para tener una idea de lo problemática de la situación, el informe destaca que en comparación con los años previos a la pandemia, ahora los costos de exportación de contenedores desde Shanghái, es cinco veces más costosa. “Por lo tanto, habría una mayor exportación de inflación, especialmente a los grandes socios comerciales de China. Al mismo tiempo, se retrasaría la propia recuperación de la demanda de China”.
Los sectores que reciben el mayor golpe
El informe también menciona los sectores que se llevan la peor parte de esta interrupción de la vida económica. Uno de ellos, es el de la industria de coches eléctricos. Este sector ya viene arrastrando un enorme déficit comercial debido a una demanda en acelerado crecimiento y una oferta limitada por múltiples razones.
En todo caso, algunas importantes empresas, como las fabricantes NIO y la estadounidense Tesla, cerraron de manera total o parcial sus puertas en China. Lo mismo se puede decir las empresas que fabrican semiconductores. Debe tenerse en cuenta que estos son componentes indispensables no solo para la industria automotriz, sino para casi todas las ramas tecnológicas.
En Estados Unidos, los precios de los coches eléctricos usados vienen en ascenso y con el problema chino, el papel de ese mercado en la inflación podría ser mayor. Por otro lado, se destaca la caída del comercio de componentes como las celdas para las baterías de los vehículos eléctricos, las cuales tienen su principal mercado en China.
Según CNBC, algunas plantas en Japón y Corea del Sur están en grandes problemas por falta de componentes para operar. En lo que respecta a la exportación de materias primas indispensables para la industria, se aplica lo mismo. Por ejemplo, el confinamiento afecta los precios del paladio y otras materias críticas para la industria tecnológica internacional.
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Como resultado directo del precio del crudo, aumentan el precio del combustible, lo que mantiene a raya las posibilidades de bajar la inflación.
Paralelamente, en China, algunas esperanzas parecen mostrarse en el camino. Según medios locales, citados por la BBC, las autoridades estarían enviando equipos de ayuda para reactivar casi 700 empresas relacionadas con la tecnología de chips y coches.