Etiqueta: Guerra de Ucrania

Las autoridades pro rusas de cuatro provincias del este de Ucrania (Donestk, Lugansk, Jersón y Zaporozhie) viajaron a Moscú esta semana para firmar formalmente la fusión. Las poblaciones de las cuatro provincias votaron masivamente en favor de la unificación con Rusia. El gobierno ucraniano afirma que la medida de Moscú de aceptar la solicitud de anexión anula todas las posibilidades de negociación. El gobierno de Rusia, como se tenía previsto, confirma la anexión de las cuatro regiones rebeldes ucranianas que recién celebraron referéndums. Se trata de cuatro provincias de población mayoritariamente rusa, dos de las cuales se desprendieron del gobierno de Kiev desde el golpe de Estados de 2014. Desde Occidente califican la anexión de “ilegal”. Al dar este paso, la escalada de tensiones entre el Kremlin y los países occidentales aumenta y el clima se hace más pesado. En tanto, el número de oblasts (provincias) ucranianas que se unen al país vecino asciende a 5 contando Crimea, la cual tampoco es reconocida por Occidente. Por su parte, la abrumadora mayoría de esas regiones ve favorablemente la anexión. Por otro lado, las tensiones siguen a flor de piel con el sabotaje al sistema de gasoductos que pasan por el Báltico. Hasta el momento no existen pruebas concluyentes acerca de los responsables de las explosiones a las infraestructuras que llevaban gas hacia Europa. Los principales sospechosos son la propia Rusia y Estados Unidos o alguno de los países de Europa más hostiles al poderoso vecino eslavo. Rusia confirma la anexión de las provincias y enfurece a Occidente Ahora que Rusia confirma la anexión de cuatro nuevas provincias a su soberanía administrativa, la reacción de Occidente ha sido de ira. Las principales naciones del hemisferio encabezadas por Estados Unidos califican los referéndums como "ilegales" y dejan claro que nunca los reconocerán. Las autoridades ucranianas afirman que la anexión anula cualquier posibilidad de negociación entre las partes. Debe tenerse en cuenta que tres de las cinco regiones ya habían celebrado referéndums en 2014 en los que solicitaron la anexión. Sin embargo, Moscú solo reconoció a una de ellas (Crimea) y dejó en el limbo a las otras dos (Donetsk y Lugansk). En ese entonces, las dos provincias rebeldes se declararon repúblicas independientes y establecieron gobiernos locales apoyados por Rusia. Las autoridades autorproclamadas de esas dos “repúblicas populares” denunciaron sufrir un genocidio durante los últimos 8 años y solicitaron ayuda al Kremlin. Desde Moscú se sospechaba que Kiev estaba preparando la entrada en la OTAN para realizar una operación conjunta y retomar por la fuerza las tres provincias. Fue entonces cuando las autoridades rusas reconocieron el estatus de repúblicas independientes y aprobaron la ayuda militar. Desde entonces, los acontecimientos son harto conocidos con una guerra que se ha prolongado más de lo que se suponía. La feroz determinación de los ucranianos para defenderse y el apoyo económico y militar de Occidente han retrasado los planes de Moscú. No obstante, Rusia parece estar alcanzando sus objetivos en cámara lenta y la anexión de provincias así lo confirma. Hasta ahora, las autoridades rusas no han cambiado su discurso y afirman que los planes son "liberar" el Dombás son sus metas. Sin embargo, de acuerdo a la amenaza que represente Ucrania, podrían ampliar los objetivos de lo que ellos denominan “operación especial”. Cuatro provincias del este de Ucrania celebraron esta semana respectivos referéndums para unirse a la Federación de Rusia. La abrumadora mayoría de los participantes en el proceso de elecciones votó a favor de la incorporación de sus regiones al vecino eslavo. Imagen: Dw.com ¿Pudo haber sido de otra manera? Es probable que la unión de las provincias ucranianas a Rusia fuera un fenómeno inevitable dado el desenlace de los acontecimientos. Desde los países miembros de la OTAN aseguran que el accionar de Vladímir Putin es una “postura imperialista” no compatible con la geopolítica contemporánea. De igual manera, afirman que la invasión y la anexión violan el derecho internacional de respeto a la integridad territorial. Desde el Kremlin tienen sus propios argumentos, los cuáles podrían ser válidos desde el punto de vista de los intereses de ese país. En ese sentido, el poder de propaganda de cada lado podría definir la balanza ante la opinión pública mundial como de hecho lo está haciendo. En la mayoría de los países occidentales la señal de los canales rusos fue censurada y lo mismo hicieron en Moscú con los medios de este lado del mundo. Pero el trasfondo apunta a que el desmembramiento de Ucrania se pudo evitar con los acuerdos de Minsk, explica el experto Andrés Serbin en una entrevista reciente con France24. En estos tratados, las partes de la guerra civil ucraniana, es decir, Kiev y los dos territorios del Dombás acordaron una tregua. Los mediadores propusieron que Ucrania otorgara un carácter especial a las dos regiones rebeldes para acordar la reunificación con autonomía. Sin embargo, los acuerdos poco a poco quedaron en el olvido y las escaramuzas entre las milicias de las dos provincias y el ejército de Kiev continuaron. Según las estimaciones de las autoridades de las regiones y de Rusia, los bombardeos por parte del ejército ucraniano habrían dejado unos 13.000 muertos en las regiones de población mayoritariamente rusa. Sea real o no este último señalamiento de genocidio, lo cierto del caso es que los acuerdos de Minsk no se cumplieron. Ahora Rusia confirma que no solo las dos provincias del Dombás se unen a la Federación, sino otras dos: Jersón y Zaporozhie. Los gasoductos rusos Nord Stream 1 y 2 sufrieron un reciente sabotaje y hasta ahora se desconocen los autores. Desde Occidente se apunta a Moscú, mientras el Kremlin denuncia que el incidente fue perpetrado por algún Estado hostil, aunque no han adelantado mayores informaciones. Imagen: Forbes.com Un peligroso reclamo histórico Históricamente Ucrania no ha sido el país más estable en términos de fronteras. De hecho, tiene disputas con Polonia y otros estados europeos con los que comparte fronteras al oeste. Al este, con Rusia, ha compartido fronteras movibles e incluso durante épocas enteras no han tenido fronteras en absoluto. Buena parte de los territorios del este de Ucrania fueron entregados al país por parte de Rusia cuando ambas pertenecían a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). “Ucrania fue reconocida como Estado independiente por primera vez en 1919 con la subida de los bolcheviques al poder, pero no fue hasta finales del siglo XX cuando ejerció ese derecho otorgado por Vladimir Lenin” Es de tener en consideración que fue precisamente Rusia la que otorgó a Ucrania el estatus de república al inició del poder bolchevique. Pese a convertirse en un nuevo Estado federado en la URSS, las posibilidades de independencia de Kiev eran casi nulas a los ojos de los líderes soviéticos, los cuales cedieron una parte del territorio occidental del Don a Ucrania. Durante el proceso de derrumbe de la URSS, Kiev se quedó con territorios que eran históricamente de Rusia. Sin embargo, si el chauvinismo ruso va más allá y podrían decir que el país entero es parte de Rusia. No se debe perder de vista que esa misma historia de pertenencia histórica a Rusia también aplica a Finlandia, Georgia y las tres naciones bálticas (Estonia, Letonia y Lituania) aparte de Bielorrusia. Eso explica la urgencia de la mayoría de esos países por unirse a la OTAN. Ahora que Rusia confirma la reunificación con las provincias del este ucraniano, se espera que la escalada aumente. De no haber un cambio brusco en el frente de batalla, es probable que el ejército ruso pueda llegar a Odessa, otra de las regiones legendarias de la historia y la cultura rusa. Se debe tener presente que Odessa juega un papel importante en la historia de la Rusia zarista y Bolchevique por igual. De tener éxito la movilización parcial ordenada por Putin, es probable que en poco tiempo esa región también esté celebrando un referéndum de anexión y se pueda establecer un corredor hasta Transnitria. Ahora, Rusia estaría preparando una ofensiva masiva con decenas de miles de soldados, la cual podría generar gran impacto en el frente durante el invierno. El proceso de balcanización de Ucrania Existen dos versiones antagónicas que narran el proceso de desmembramiento que está sufriendo Ucrania. La primera versión es la occidental y habla de las aspiraciones expansionistas del gobierno de Moscú. Con la anexión de Ucrania (o de una parte de sus regiones) estaría más cerca de Europa y su influencia en el Mar Negro sería mucho mayor. Además, ya cuentan con el dominio del Mar de Azov. De igual manera, las tropas del Kremlin y sus aparatos de espionaje estarían en una posición envidiable con respecto a sus rivales de la OTAN. Al otro extremo, desde la visión de Moscú, el deseo de la OTAN es rodear a Rusia anexando a países fronterizos a esa alianza. Controlando a Kiev, los países occidentales tendrían sus tropas y aparatos de inteligencia muy próximos a Moscú. Es probable que ambas teorías sean ciertas al mismo tiempo y Ucrania corrió con la mala suerte de estar en medio de los dos bloques. Cualquiera que fuera el gobierno en Kiev el destino del país parecía estar condenado a la balcanización de la misma manera que la antigua Yugoslavia. El gobierno pro ruso ucraniano fue derrocado en 2014 por las potencias occidentales y ahora un gobierno pro occidente sufre los embates del Kremlin. Ahora que Rusia confirma la anexión de parte de Ucrania (un 30%) a su territorio, es poco probable que con un gobierno pro ruso la situación hubiera estado mejor para Kiev. Pero no se debe pasar por alto que Ucrania no es la única en pasar un mal momento con la guerra. Para Europa, la situación ha sido trágica y los países del continente enfrentan una crisis como pocas en la historia. El compromiso con la parte ucraniana parece estar pasando factura debido a que los países europeos ahora deben destinar valiosos fondos para ayudar a Kiev. De igual modo, la falta de los recursos rusos parece ser uno de los grandes problemas que llevaría las economías nacionales a una recesión de consecuencias no previstas. Ese temor aumenta con el sabotaje a los gasoductos Nord Stream 1 y 2, lo cuales provocaron una subida considerable de los precios del gas. ¿Por qué hay provincias rebeldes en Ucrania? Las cuatro provincias que acaba de reconocer Moscú como parte de la Federación de Rusia no son todas producto de la guerra. Básicamente, solamente dos provincias rebeldes son resultado directo de la “operación especial” iniciada durante el mes de febrero. Las otras tres tienen comenzaron su proceso de separación como consecuencia de un golpe de Estado hace ocho años. En ese entonces, se produjeron los conocidos sucesos del denominado “Euromaidán”. El cuarto presidente de Ucrania desde la independencia de la URSS, Víktor Yanukovich, se negó a avalar los acuerdos que acercarían a su país a la Unión Europea y se posicionó en el bando de Moscú. Las protestas ciudadanas iniciaron y lo sectores de extrema derecha (incluidas fuerzas neonazis) entraron en acción para imponer el golpe de Estado. De esa manera, el gobierno democráticamente electo fue derrocado por medio de un golpe de Estado y el nuevo gobierno autoproclamado era abiertamente pro europeo. De inmediato, las provincias del Este ucraniano, cuya población es mayoritariamente rusa, sintieron la amenaza y las protestas ciudadanas iniciaron rápidamente. Como resultado, en Crimea, Lugansk y Donestk no reconocieron las nuevas autoridades surgidas del golpe de Estado. El gobierno impuesto por los sectores pro europeos reaccionó con fuerza militar frente a la rebelión de las provincias del Este. El escenario posterior a ello confirma la participación de Rusia en la guerra civil. En las provincias rebeldes se armaron milicias populares de autodefensa, las cuales fueron fuertemente armadas por el Kremlin y resistieron de manera exitosa los embates del ejército regular. El gobierno golpista calificó a las dos regiones como “terroristas” y la ofensiva se enfocó contra la población civil. Pero las tropas ucranianas, mal preparadas, fueron incapaces de retomar completamente las tres provincias, las cuales se declararon “repúblicas populares”. Posteriormente, se realizaron referéndums para unirse a Rusia y en las tres zonas la victoria de la anexión fue abrumadora. No obstante, Moscú solamente aceptó a Crimea y se sentó en la mesa para firmar los acuerdos de Minsk. Como ya se mencionó, con los acuerdos de Minsk Ucrania accedió a trabajar para dar un carácter especial a las dos regiones dentro de su territorio, algo que evidentemente incumplió. Durante ocho largos años, las milicias de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk se han enfrentado al ejército regular de ucrania. Tras la intervención de Rusia, estas milicias paramilitares han mejorado su capacidad de combate y en algunas zonas han liderado la toma de ciudades. Imagen: Elperiodico.com.gt El supuesto genocidio Al firmarse los acuerdos de Minsk, Rusia se retiró de la pelea en el campo y las autoridades de Kiev y de las nuevas repúblicas populares quedaron en una frágil tregua. Ese tiempo bastó para que Ucrania se equipara y mejorara su ejército con material proporcionado por la OTAN. Esto último es una de las claves de la férrea capacidad de Kiev para combatir a las tropas rusas y de acertar duros golpes en el campo de batalla. Esa fortaleza en armas, según Rusia, habría permitido a las tropas ucranianas violar repetidas veces los acuerdos de Minsk bombardeando las zonas rebeldes. La suma de bombardeos habría dejado unos 13.000 muertos civiles en las dos regiones rusoparlantes del Este ucraniano. De acuerdo a las autoridades de Kiev, fueron las milicias de esas regiones, las cuales abrían fuego y el ejército se limitaba a responder. Asimismo, aseguraban que era su deber recuperar el control de regiones de su país en manos de "terroristas". Una vez más, independientemente de quien tenga la razón en ese tema, ese fue uno de los pretextos para el Kremlin para iniciar las hostilidades. Paralelamente, el hecho de que ahora Rusia confirma la anexión de las dos “repúblicas populares” y de las otras dos provincias, se convierte en una victoria para las administraciones de las mismas. Los resultados abrumadores de los referéndums en esas provincias no dejan dudas acerca del sentimiento de las poblaciones con respecto a Kiev y demuestra que la guerra en Ucrania es una herida que difícilmente pueda sanarse en el futuro. Como estaba previsto, las autoridades de Rusia, encabezadas por el presidente Vladímir Putin, aprobaron la solicitud de cuatro provincias ucranianas de adhesión a la Federación de Rusia. La medida es tachada de ilegal por parte de Occidente desde donde se prometen represalias. Imagen: Elespanol.com Las consultas populares en las regiones separatistas Uno de los temas más delicados de los últimos días, fue la realización de los referéndums de anexión a Rusia en las mencionadas regiones. Naturalmente, para los países occidentales estas consultas son ilegales y carecen de todo valor. Consideran que la medida de absorción de los territorios ucranianos por parte de Rusia viola el derecho internacional. Esto último, como ya se destacó, tiene que ver con el respeto a la integridad territorial que rige la Organización de las Naciones Unidas. Al otro extremo, desde Moscú se invoca otra piedra angular de la ONU y tiene que ver con el derecho de los pueblos a la autodeterminación. A entender del Kremlin, las repúblicas populares y las otras dos provincias, al practicar los referéndums invocan ese principio. En este escenario también juegan otros principios como el de no interferencia en los asuntos internos de los países soberanos. No obstante, ni Occidente ni Rusia pueden quedar limpios ante Ucrania en cuanto a no injerencia. Se trata de un delicado tema de interpretación en el que chocan dos de los más importantes postulados de las Naciones Unidas. Más allá de eso, el deseo de adhesión a Rusia confirma que las personas de esas regiones tomaron una decisión. Según datos recopilados por este medio, en esas consultas participaron observadores de varios países de todo el mundo y todos avalan la integridad del proceso de elección independientemente de que violen o no el derecho internacional. Los observadores serían de Uruguay, Italia, Venezuela, Sudáfrica y otros. Además, serían representantes de organizaciones no gubernamentales (ONG) especializadas en proceso electorales. En lo que concierne a Estados Unidos, las autoridades de esa nación calificaron la anexión como algo ilegal. Los representantes gubernamentales amenazaron con incrementar las medidas punitivas contra Rusia y anunciaron nuevos paquetes de ayuda militar a Ucrania.

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