- El derrumbe rápido del SVB se convirtió en un terremoto para todo el sector financiero de los Estados Unidos.
- Los analistas de distintos portales temen que la quiebra del banco pueda ser seguida por más de una decena de instituciones vinculadas.
- Pero no todos son pesimistas sobre la salud del sistema financiero estadounidense y uno de ellos es Seiberg.
La aparatosa caída del Silicon Valley Bank (SVB) se convirtió en la noticia de turno en el mundo de las finanzas. Los analistas de diversas firmas debaten sobre las consecuencias de ese derrumbe en todos los ámbitos del sector. Todavía no hay un consenso sobre la real profundidad de este nuevo episodio que agrega mayor drama al contexto financiero actual.
Es importante destacar que no todo gira en torno a los posibles cataclismos que seguirán este evento reciente. Entre las voces optimistas se cuenta la de Jaret Seiberg, quien se desempeña como analista de la firma TD Cowen. En una carta a sus clientes, citada por medio especializados, llamó a la calma y dijo que el sistema bancario de EE.UU. es robusto y que seguramente soportará la sacudida.
En ese sentido, el experto cree que este episodio no afectará el sector y agrega que la caída del banco tuvo motivación interna. Con esto quiere decir que el fracaso del prestamista no tuvo que ver con las condiciones que rodean al sector, sino con su propio modelo de negocios.
En un tono similar se expresó recientemente la secretaria del Tesoro del país norteamericano, Janet Yellen. La funcionaria apuntó que los reguladores cuentan con “herramientas eficaces” para evitar males mayores.
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¿La caída de SVB no es un problema para el sector bancario?
Desde el momento en que comenzaron los problemas con el SVB, los analistas recalcaron que la caída vendría acompañada por otros bancos. Desde portales como MarketWatch alertaron que al menos una decena de prestamistas sufrirían la misma suerte del Silicon Valley Bank. En un trabajo reciente, resaltaban el hecho de que muchos de estos bancos estaban en una situación más desesperada que la propia protagonista del desastre.
El hecho de que una decena de bancos se puedan ir a la quiebra como consecuencia, es sinónimo de problemas muy serios en todo el sector. Sin embargo, este no es el caso, al menos eso es lo que piensa el citado experto de TD Cowen. “No creemos que esto sea el comienzo de una amenaza más amplia para la seguridad y la solidez del sistema bancario”, escribió el viernes pocas horas después del desplome de la firma de servicios financieros.
Seiberg remarca que el modelo de negocios del banco fue el principal causante de su destrucción más que los problemas en el sector amplio. Agrega que los problemas se derivan en que esa forma de funcionar no descansaba en los depósitos minoristas. Así, a diferencia de los bancos tradicionales, el principal motor del SVB eran las empresas tecnológicas y no los minoristas u otros sectores que representan solidez y seguridad. Con los problemas en el área y sin contar con el apoyo de los retailers, el modelo ya venía fracturado.
El experto agrega:
“Al igual que Silvergate, Silicon Valley tenía un modelo de negocios único que dependía menos de los depósitos minoristas que un banco tradicional. Esto hacía que el banco estuviera más expuesto al riesgo de los tipos de interés, ya que su financiación se encarecía, pero sus activos no se revalorizaban más”.
Bajo tal escenario, el analista insinúa que la caída de SVB estaba más que anunciada y los movimientos de la directiva a mitad de semana fueron ”de cortesía”.
La reedición del fracaso bancario de 1980
Más que un problema relacionado con las debilidades del sector bancario actual, Seiberg recalca que hay otro telón de fondo. En consecuencia, afirma que el desplome de este prestamista es una repetición a escala de los fracasos bancarios de la década de 1980. Con eso se refiere al episodio de las crisis de las cajas de ahorro y préstamos de ese entonces.
Para ilustrar las palabras del analista, estas subrayan que el banco tenía tres posibilidades de apoyo para no resbalar y apostó por la más insegura. Estos posibles soportes son el ya mencionado sector minorista, el de sector de bienes raíces y el de la tecnología. Expresa que esta quiebra puede servir de experiencia para los reguladores a la hora de crear una reforma de las normas de liquidez.
No se debe perder de vista que la mayoría de los bancos gozan de buenos rendimientos en el actual contexto. Eso de debe a las altas tasas de interés, lo que permite que se amplíen los diferenciales entre lo que ganan por préstamos e inversiones y lo que pagan por la financiación. Este hecho básico otorga validez a las palabras del analista de que el sector está en un momento envidiable como para predecir una reacción negativa en cadena.
De cualquier manera, la caída de SVB es un asunto delicado para un importante número de bancos que estaban vinculados con él. No obstante, el sistema en su conjunto no está nadando en las mismas aguas. A pesar de esto, el nerviosismo parece extenderse entre los inversores y los clientes de muchas instituciones de crédito. Algunos funcionarios gubernamentales se apresuran a llamar a la tranquilidad ante la posibilidad de un desangre de considerables dimensiones.
Janet Yellen descarta un problema mayúsculo con la caída de SVB
Entre los representantes gubernamentales que salieron a llamar a la calma se destaca la secretaria del Tesoro, Janet Yellen. Luego de confirmarse el derrumbe del banco, la funcionaria aseguró el viernes que Estados Unidos “sigue siendo resistente”. Agregó que los reguladores cuentan con las herramientas necesarias para hacer frente al colapso del prestamista.
Según informó Bloomberg, Yellen convocó a una reunión de emergencia con funcionarios de diversos entes. Entre ellos se destacan la Reserva Federal, la Corporación Federal de Seguros de Depósitos y la Oficina del Contralor de la Moneda. Los funcionarios de estos entes se reunieron de emergencia para discutir sobre el caso del SVB y lo que eso podría implicar para todo el sector financiero estadounidense.
La preocupación de Yellen estaría centrada en que días atrás la firma Silvergate también se fue a la quiebra. El resultado de ese ambiente, es que provocó la venta de miles de acciones de todo el sector en una oleada de pánico y desconfianza hacia los bancos. De tal manera, el Tesoro se vio forzado a pronunciarse para evitar un pánico mayor entre los inversores, lo cual podría ser absolutamente dañino.
Horas antes de la caída de SVB, el índice bancario sufrió uno de los peores castigos debido al nerviosismo de los inversores. Los miembros de esa referencia perdieron ese día unos $90 mil millones de dólares en valor. Asimismo, el viernes (10 de marzo), los bancos europeos más grandes perdieron un aproximado de $40 mil millones de dólares en capitalización de mercado.
Todo ese escenario crea el peligro de que, de no manejarse la situación de manea adecuada, un desatarse mayor azote todo el universo financiero. Algunos bancos como el First Republic y Signature Bank anunciaron la detención de operaciones en la bolsa de manera momentánea el viernes, según CNN.
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La otra cara de los pronósticos
De manera simultánea a los intentos de calmar las aguas por parte del analista de TD Cowen, también están las predicciones pesimistas. El hecho de que el colapso del Silicon Valley Bank esté provocando efectos en otros bancos e incluso entre algunas empresas del sector cripto es llamativo. Se trata de un anuncio de que habrá mayores problemas en lo sucesivo, opinan algunos analistas.
En esa línea de pensamiento se coloca Dennis Kelleher, quien ocupa el lugar de director ejecutivo en la firma Better Markets. Consultado en Bloomberg da por sentado que habrá una crisis de contagio que provocará numerosas quiebras de bancos. A su juicio, se requiere una brusca reforma financiera para evitar que este tipo de escenarios se vuelvan algo cotidiano en el área de los créditos.