Hace apenas un par de años atrás quién podría haber imaginado que algunos millonarios pagarían decenas de millones de dólares por inmuebles digitales. Ahora resulta que este tipo de transacciones son cada vez más frecuentes y se están popularizando entre los inversores.
Solo el año pasado, las ventas de bienes raíces superaron los 500 millones de dólares. En enero las ventas inmobiliarias alcanzaron otros US $85 millones. De acuerdo con MetaMetric Solutions, las transacciones se han concentrado en las cuatro principales plataformas del metaverso: Sandbox, Cryptovoxels, Decentraland y Somnium.
La firma de asesoría e inversión en bienes raíces del metaverso, proyecta que para 2022 las ventas de terrenos virtuales podrían duplicarse de continuar el ritmo de ventas actuales.
Los analistas creen que el aumento en las ventas de los bienes raíces digitales, es una consecuencia directa del cambio de nombre de Facebook por el de Meta en alusión al metaverso donde se concentrará la plataforma.
El metaverso, término acuñado por el novelista Neal Stephenson en 1992, con el cual se describe a un conjunto de “espacios virtuales para crear y explorar”, es la nueva moda de inversión de los multimillonarios que apuestan al éxito del proyecto de Mark Zuckenberg y el de otras empresas de tecnología.
Previsiones de crecimiento hasta 2028
Según MetaMetric, en noviembre las ventas de bienes raíces se multiplicaron por nueve hasta llegar a los US $133 millones. Aunque la tendencia de ventas ha tendido a disminuir, en enero las compras de propiedades en el metaverso fueron 10 veces superiores a las del mismo mes del año pasado.
Se espera que en los próximos seis años, el mercado inmobiliario del metaverso tenga un crecimiento anual de un 31%, según un informe de BrandEssence Market Research.
Sobre este tipo de inversiones, la directora ejecutiva de Republic Realm, Janine Yorio, advirtió que “existen grandes riesgos, pero (también) potencialmente grandes recompensas”.
La empresa de asesoría e inversión en bienes raíces del metaverso, pagó a Sandbox un total de 4,3 millones de dólares por un terreno registrado en la mega plataforma de bienes raíces virtuales. Esa es la venta más cara registrada hasta ahora en el metaverso.
Republic Realm desarrolla en la actualidad un complejo inmobiliario llamado Fantasy Islands. Consta de 100 islas, cada una de las cuales tiene sus propias villas y hasta un mercado relacionado de botes y motos de agua.
El primer día de ventas la compañía vendió 90 de estas islas se vendieron a un precio de US $15,000 cada una. El caso es que ya varias de estas islas vendidas están siendo dispuestas a US $100,000 en reventa.
Concentración de parcelas virtuales
Algunos inversores no entienden cómo a una propiedad virtual, que representa un activo artificial, sin valor definido, se le puede asignar un precio. Lo cierto es que, ya existen varias plataformas de metaverso que venden bienes raíces y su número va en aumento cada día.
Las cuatro inmobiliarias del metaverso: Sandbox, Decentraland, Cryptovoxels y Somnium, disponen de 268.645 parcelas de diferentes tamaños para desarrollos futuros.
La compañía líder del mercado es Sandbox con el 62% de la tierra virtual disponible en todo el espacio. Es decir, 166 464 parcelas con un área de 96 mts x 96 mts, cada una de las cuales tenía en diciembre un valor en Ether equivalente a US $12,700.
Además, la empresa concentra cerca del 75% de todas las ventas de propiedades para este año, de acuerdo con un informe de Republic Realm. Le sigue Decentraland que acumula 90.600 parcelas de 16 mts x 16 mts, cuyo precio unitario en Ether equivale a US $14.440.
La ubicación y el uso importan
La moda por la compra de tierra digital también tiene preferencias por dónde se ubican las propiedades. Ya sea un inmueble en Manhattan o una villa en Mónaco. Aunque, según Yorio, lo que da valor realmente a los inmuebles en el metaverso es su fin más que su ubicación.
Por ejemplo, un parque temático, una cancha deportiva, una playa, un museo o una característica. Lo importante es lo que construyan o hagan los propietarios con la parcela adquirida en las plataformas que las alojan.
“Puedes teletransportarte a cualquier lugar, por lo que la ubicación no es tan importante”, comentó la ejecutiva.
Pero, algunos inversores no concuerdan del todo con esta apreciación. Al igual como ocurre con los bienes raíces reales, consideran que la ubicación de la propìedad si que importa. Por ejemplo, los precios de las parcelas cercanas a las propiedades virtuales de Snoop Dog en Sandbox y las que están ubicadas cerca del desarrollo de Atari, tienen un valor mayor.
Metaverso inmobiliario: ¿un nuevo esquema Ponzi?
El relato contrario de algunos analistas sobre las ventas de propiedades en el metaverso, advierte sobre este tipo de compras. Se considera que los inmuebles del metaverso representan la última y más acabada versión de los esquemas Ponzi en el mundo cripto.
Los analistas opinan que este tipo de proyectos pueden resultar un total fiasco y conducir a la ruina a algunos inversores incautos. El concepto de escasez de la tierra, que es lo que determina el valor de una propiedad en realidad, en el universo virtual no existe o al menos es ficticia.
“Las ventas de tierras del metaverso son generalmente un esquema piramidal y lo han sido durante más de 20 años. El Metaverso es El Dorado para las nuevas empresas de Internet. Lo persiguen hasta la jungla y mueren”, afirma Edward Castronova, profesor de medios en la Universidad de Indiana.
Con un código se puede crear tanta tierra como sea necesaria o imaginada. De modo que no existe un límite para el número de nuevas plataformas de metaverso que busquen hacer lo mismo con proyectos de desarrollos inmobiliarios virtuales.
El mejor ejemplo de que una plataforma puede crear más terrenos y aumentar su tamaño lo hizo ya Sandbox. Nada impide a una de estas plataformas hacer lo que mejor crea en sus universos virtuales.
Los acaparamientos de tierras virtuales no existen
Por otro lado, está comprobado que los acaparamientos de tierras virtuales no existen, como ya quedó demostrado con “Second Life” de Linden Labs.
Estos activos digitales están dirigidos fundamentalmente a inversionistas y consumidores jóvenes. Los mayores lo ven como una total y rotunda estafa.
“El problema que tiene mucha gente es que hay generaciones que tienen dificultad para atribuir valor a las cosas que son digitales, que no se pueden sostener y que no tienen peso”, sostiene Andrew Kiguel, director ejecutivo de Tokens.com.
“La generación más joven no tiene ningún problema con eso. Al igual que con las NFT, la tecnología blockchain permite que algo sea digital, insustituible y escaso. Puede retenerlo, almacenarlo, exhibirlo y venderlo”, agrega.